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Fotos que avisan de la recuperación del bosque

Investigadores de la ULE demuestran que las imágenes de satélite de alta resolución obtenidas en zonas quemadas aportan datos precisos sobre la capacidad de regeneración de las especies arbóreas.

Los investigadores Susana Suárez-Seoane, José Manuel Fernández y Leonor Calvo en las instalaciones de la Universidad de León.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Los incendios causan daños irreparables, ya que devoran en unas horas lo que puede tardar más de 100 años en recuperarse. Las escasas lluvias y las altas temperaturas son ingredientes de los siniestros que calcinan miles de hectáreas y arrojan un triste paisaje. Una realidad que año tras año deja a demasiados huérfanos. La sociedad pierde pulmones verdes. Es verdad que las llamas parten de la naturaleza y moldean el paisaje, sin embargo, la mano del hombre y la mala gestión dibujan una huella virulenta.

Ante la impotencia de no sofocar a tiempo los incendios, surge un buen puñado de interrogantes. Preguntas que bombardean una y otra vez. Y es que el fuego no es el final. Tras el silencio y la desolación, llega una nueva etapa en la que se necesita la mano del hombre. Sí, esa que tanto daño hizo a sus entrañas, tiene que ayudar al terreno a recuperarse. Mirar con cuidado, ver e interpretar las reacciones del ecosistema. Mensajes que no aspiran a elaborar recetas mágicas, sino a estudiar la zona, analizar cómo se va a comportar la naturaleza por sí sola y determinar la ayuda necesaria.

La tecnología que viene del cielo tiene mucho que decir en este camino. Investigadores de la unidad de Ecología Aplicada y Teledetección de la Universidad de León (ULE) han demostrado que las imágenes de satélite de alta resolución obtenidas sobre zonas forestales calcinadas aportan información precisa sobre la capacidad de regeneración a nivel de la especie arbórea dominante antes del fuego. En este caso, se han centrado en Pinus pinaster (una de las especies arbóreas más afectadas por grandes incendios forestales en España) y en el sotobosque. Y es que estas fotografías junto con los datos de campo «facilitan» el diagnóstico y su aplicación a ecosistemas de pinares en zonas climáticas diferentes.

Para Leonor Calvo, profesora de la ULE y directora del departamento, es una herramienta «muy eficaz» para evaluar «de forma precisa y al menor coste» cómo se produce la recuperación de la vegetación en grandes superficies quemadas, así como facilitar la toma de decisiones rápidas en gestión forestal.

La idea de seguir esta linea de trabajo, reconoce, surgió porque con megaincendios de más de 10.000 hectáreas es «imposible» evaluar la regeneración después del fuego sin utilizar plataformas basadas en imágenes de satélite.

El inicio del estudio se remota a 2014 y se realizó dentro del perímetro de tres grandes fuegos que tuvieron lugar en las provincias de Valencia, León y La Coruña. Cada uno con una idiosincrasia. El incendio de Valencia, de clima mediterráneo, arrasó cerca de 30.000 hectáreas de Pinus pinaster. En León, se estudió el fuego que se produjo en agosto de 2012 y quemó 12.000 hectáreas. En La Coruña ocurrió en una zona costera en septiembre de 2013. Afectó a 2.500 hectáreas de clima atlántico.

Son el primer grupo de España que está trabajando en comparar la eficacia de las diferentes imágenes de satélite (en función de su resolución espacial) como herramientas de evaluación de regeneración. «La gran ventaja de nuestra propuesta es que los modelos que sacamos están todos validados a través de muestreos en campo, que suponen un esfuerzo muy grande pero es fundamental», señala Calvo, antes de añadir que la meta del proyecto es obtener el nivel de fiabilidad de la recuperación vegetal de estas grandes superficies.

«Se ha muestreado dentro del perímetro cómo se está regenerando la vegetación al nivel de la especie arbórea dominante antes del incendio y de la vegetación de sotobosque», apunta la directora de la Unidad de Investigación Consolidada Ecología Aplicada y Teledetección de la ULE. En este sentido, añade que las imágenes del satélite han generado «diversos productos como índices de vegetación y análisis de textura que nos han permitido evaluar a escala fina tanto el grado de regeneración vegetal como el vigor en las zonas quemadas».

El trabajo, que ha sido publicado en la revista científica Forest Ecology and Management, pone de manifiesto que la relación entre los muestreos puntuales en campo dentro de cada fuego y los productos derivados de las imágenes permiten desarrollar modelos de cómo se produce esa recuperación vegetal y comprobar si pueden ser transferibles entre zonas con diferentes características ambientales.

La investigadora califica este sistema como un «hito importante» para la gestión forestal. 2018 cerró con un total de 25.162 hectáreas afectadas en 7.143 siniestros, la mayor parte fueron conatos, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los más importantes fueron los de Llutxent, en Valencia, donde se quemaron 3.270 hectáreas y los de la localidad onubense de Nerva con 1.747 hectáreas afectadas.

Estos datos descubren que el número de incendios, así como su severidad, está incrementándose por el cambio climático. Nuevos escenarios que necesitan herramientas precisas, reconoce Leonor Calvo, que pueden ser muy útiles en los territorios propensos a fuegos. «Son un aliado más en la toma de decisiones, ya que cuando los incendios son grandes es imposible basarse sólo en el seguimiento directo en campo».

De cara al futuro, van a seguir investigando con nuevas imágenes, puesto que ahora ya no sólo buscan en situación de postincendio sino en situación de preincendio, es decir, qué condiciones son las que hacen que se produzcan siniestros tan severos. «Esto es fundamental porque cuanta mayor severidad peores son los efectos en el ecosistema», indica.

La iniciativa se enmarca dentro de los proyectos Firecyl y Gesfire, financiados por la Junta de Castilla y León y por el Ministerio de Economía y Competitividad, respectivamente, que tienen como finalidad definir los efectos de diferentes regímenes de fuegos, a través de parámetros de recurrencia y severidad, sobre la capacidad de recuperación de ecosistemas forestales propensos a las llamas en el contexto del cambio global. Aparte de Leonor Calvo, también participan Susana Suárez-Seoane y José Manuel Fernández.

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