Diario de Valladolid

En busca de la minería sostenible del siglo XXI

El ICAMCyL forma parte de un proyecto europeo que busca recuperar materiales críticos de escombreras mineras / Utilizará procesos metalúrgicos respetuosos con el medio ambiente.

Santiago Cuesta, director general del Centro Internacional para el Estudio de Materiales Avanzados y Materias Primas de Castilla y León.-EL MUNDO

Santiago Cuesta, director general del Centro Internacional para el Estudio de Materiales Avanzados y Materias Primas de Castilla y León.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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El sector de la minería atraviesa un momento crítico en Europa. El carbón se apaga y castiga a grandes regiones con una alta tradición, experiencia y conocimiento en esta actividad. Una actividad que para adaptarse a los nuevos tiempos tiene que ser aceptable y sostenible. Desde el Centro Internacional para el Estudio de Materiales Avanzados y Materias Primas de Castilla y León (ICAMCyL) trabajan en el desarrollo de la minería sostenible del siglo XXI, una minería que utiliza técnicas de extracción respetuosas con el medio ambiente y minimiza los riesgos para los trabajadores, «acabando con la penosidad de muchas de las tareas de la minería tradicional», expone su director general, Santiago Cuesta.

En este sentido, explica que forman parte de un proyecto europeo, dotado de siete millones de euros, que propone desarrollar nuevas técnicas de recuperación de metales críticos para su posterior uso en productos de alto valor añadido. «Los metales estudiados, wolframio, niobio y tantalio, forman parte de los llamados metales refractarios, que tienen excelentes propiedades de resistencia de altas temperaturas y al desgaste», precisa Cuesta, antes de comentar que estos materiales cada vez son más demandados en la industria y no son fácilmente sustituibles, razón por la que la Comisión Europea los ha clasificado como materiales críticos. Sin embargo, se pueden encontrar cantidades muy significativas de estos elementos en escombreras procedentes de la actividad minera.

Su idea es recuperar estos materiales olvidados a través de «novedosos procesos metalúrgicos respetuosos con el medio ambiente, sostenibles, flexibles y de bajo coste para la industria». En su opinión, tendrán una alta selectividad y altas tasas de recuperación, mejorando notablemente las técnicas utilizadas en la actualidad.

Además de la mejora de los procesos de recuperación de metales, una contribución fundamental de la iniciativa es la creación de una base de datos exhaustiva de todos los recursos de interés no explotados dentro del territorio europeo. «Esta información será muy valiosa para futuras investigaciones, contribuyendo a impulsar la economía del sector y su valor añadido en la Unión Europea».

Otro aspecto esencial es asegurar que todos los procesos desarrollados cumplan de manera rigurosa los estándares medioambientales más exigentes, y para ello, avanza Santiago Cuesta, se abrirá el diálogo a todas las regiones y todas las partes interesadas, confirmando que las soluciones desarrolladas sean inclusivas, con el menor impacto sobre el ecosistema y el mayor beneficio social y económico para las regiones mineras involucradas.

En la actualidad, señala que los procesos de recuperación de metales críticos utilizan mucha energía, requieren equipos de procesado muy sofisticados, con costes difíciles de asumir para gran parte de la industria del sector y llevan asociado un alto riesgo para la salud y el medio ambiente debido a que suelen utilizar gases explosivos. Además, estos procesos tienen un control limitado sobre la morfología de las partículas obtenidas, lo que limita su posterior uso.

En esta línea, detalla que van a desarrollar soluciones óptimas para la industria extractiva en términos tanto de costes como de eficacia. Una clave será la flexibilidad. De ahí que el camino se recorrerá creando herramientas modulares, escalables, flexibles, que supongan bajos costes de inversión en capital, al mismo tiempo que maximizan las tasas de extracción y su calidad, obteniendo así metales que puedan ser utilizados directamente en la industria. Se fabricará un prototipo que podrá ponerse en uso en las diversas empresas participantes.

Una parte crucial del proyecto será la demostración de las tecnologías en experiencias piloto que se probarán en Castilla y León, gracias a la colaboración de empresas españolas como Saloro o Strategic Minerals. «Esto nos dará la oportunidad de comprobar en nuestro propio territorio los beneficios del proyecto de primera mano», apostilla el director general de la Fundación ICAMCyL.

Respecto a las ventajas, dice que en la actualidad Europa importa en torno al 44% de su consumo de wolframio, niobio y tantalio, principalmente de Nigeria, Brasil y Rusia. «Los desarrollos del proyecto reducirían de forma considerable esta cifra, facilitando la independencia de la industria europea de las fluctuaciones en el suministro y el precio de los mismos».

Otro valor añadido es, tal y como resalta, poseer el know-how de las tecnologías de recuperación, con lo que esto conlleva en términos de valor añadido, beneficios económicos derivados de la propiedad intelectual y la creación de nuevos puestos de trabajo de alta cualificación.

A nivel local, las tecnologías podrán ser trasladadas a las cuencas mineras del Bierzo. «Esto va a dar lugar a nuevas actividades mineras no explotadas hasta el momento, como la rehabilitación de suelos, la neutralización de materiales tóxicos para el medio ambiente y, por supuesto, la recuperación y reutilización de las colas mineras para la obtención de minerales con interés comercial», pronostica.

El proyecto, que acaba a finales de 2022, supone poner la primera piedra de un plan a largo plazo con el que el ICAMCyL pretende impulsar la economía de la provincia de León. Uno de sus principales objetivos es la creación de un centro demostrador de tecnologías industriales y de recuperación medioambiental de las cuencas mineras de la zona. Utilizarán para ello experiencias piloto que permitirán el análisis de la viabilidad técnica, rentabilidad económica y evaluación medioambiental de las soluciones implementadas.

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