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La guía que ilumina las trampas mortales para aves

Investigadores de la Usal firman una herramienta para clasificar las torres de los tendidos eléctricos según su nivel de riesgo para las rapaces / Optimiza la inversión en la integración de las líneas.

Los investigadores del grupo Diversidad Biológica y Diversidad Humana de la Universidad de Salamanca José Ángel Sánchez e Iván Barbero.-ENRIQUE CARRASCAL

Publicado por
Estibaliz Lera

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Llevaba días deambulando. Quería encontrar posada, un lugar donde resguardarse y poder alimentarse sin demasiados sobresaltos; sin embargo, la mala suerte se interpuso en su camino. Exhausta decidió posarse donde no debía. Y cayó fulminada. No es la única. La mayor parte de las aves que se choca con los tendidos eléctricos muere y las que logran sobrevivir se quedan con secuelas incompatibles con la vida en la naturaleza.

En los últimos años ha tenido gran auge la utilización de procesos sistemáticos dirigidos a la optimización de acciones de conservación de la biodiversidad a partir de criterios científicos. En esta línea, el grupo de investigación Diversidad Biológica y Diversidad Humana de la Universidad de Salamanca (Usal) impulsa un trabajo «pionero» en Castilla y León que apuesta por la estimación de riesgos para la fauna silvestre, en concreto el riesgo de mortalidad de las aves rapaces por la electrocución en las redes de distribución eléctrica según las características técnicas de los postes y las variables ambientales que condicionan la presencia de estas especies.

El equipo salmantino ha diseñado una herramienta informática que permite detectar «de una vez y de manera fiable», en un territorio amplio, los tramos de mayor riesgo sobre los que aplicar las medidas de mitigación, de modo que posibilita la optimización de la inversión en la integración de las líneas eléctricas. «Ofrece una estimación fiable del riesgo de electrocución de aves rapaces en los apoyos de la red eléctrica de un territorio, en este caso correspondiente a la que Iberdrola tiene desplegada en Castilla y León», expone José Ángel Sánchez Agudo, coordinador del proyecto.

La innovación reside en el empleo de unas herramientas ya existentes en un ámbito en el que no habían sido empleadas. Además, añade, otra aportación importante es la gran dimensión de la escala del estudio que abarca un extenso territorio como es la comunidad castellana y leonesa.

El procedimiento diseñado implica la combinación de grandes bases de datos con capas de variables ambientales y técnicas –relativas a las características de las torres eléctricas–, mediante algoritmos matemáticos que dan como resultado ecuaciones que expresan valores de probabilidad, en este caso de electrocución. «Los resultados tangibles son un mapa georreferenciado y una base de datos en la que a cada apoyo se le da un valor –valores de 0 a 1, correspondiendo el 0 a los apoyos menos peligrosos y el 1 a los de mayor riesgo– que indica su peligrosidad para las aves», detalla.

Para Sánchez Agudo, la aplicación de esta herramienta es facilitar una mejor identificación de apoyos con potencial riesgo de electrocución para la fauna, ayudando a dirigir los trabajos de corrección hacia aquellos más peligrosos y, de esta manera, optimizar los recursos económicos invertidos en su rectificación.

La idea, cuenta, nació de la mano del investigador de la Universidad Complutense de Madrid Roberto Carbonell, muy implicado en el estudio y conservación de la avifauna peninsular, quien propuso como potencial capítulo de tesis al doctorando Ricardo Hernández aplicar la metodología de los modelos de distribución de especies al estudio de la mortalidad en las redes eléctricas de Castilla y León. «Dado que Iberdrola era la principal empresa que gestiona las líneas de la Comunidad, nos pusimos en contacto con ella para buscar una forma de colaborar, lo que se materializó en forma de una financiación del proyecto a través de la Cátedra Iberdrola que hay en la Universidad de Salamanca».

Se llevó a cabo durante nueve meses, entre 2016 y 2017. En ese tiempo se depuró y evaluó la información técnica y geográfica de la red de distribución de Iberdrola, que comprende más de 188.000 apoyos. En cuanto a los datos de accidentalidad de las aves, estos fueron proporcionados por la compañía eléctrica y por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

Los resultados de la iniciativa no están dirigidos a ser comercializados, si bien pueden ser replicados por cualquier otra empresa de distribución eléctrica con el fin de disminuir la mortalidad de la avifauna. De hecho, reconoce el coordinador del proyecto, con esa intención se ha publicado en la revista Journal of Applied Ecology.

Ya han realizado un trabajo preliminar de validación del modelo en campo, revisando algunas de las líneas eléctricas de varias provincias de Castilla y León que el modelo mostraba con un mayor riesgo de electrocución, y el resultado ha sido positivo, encontrando un mayor número de aves electrocutadas en aquellos puntos que el modelo había indicado.

Esta metodología puede ser replicada en cualquier territorio que disponga de información georreferenciada de su red de tendidos eléctricos y en el que también se cuente con registros de casos de mortalidad de aves por electrocución.

Su intención es seguir perfeccionando el modelo y aplicarlo en otros ámbitos para comprobar su utilidad. También esperan poder incorporar a sus análisis otras situaciones que suponen un impacto sobre la biodiversidad. En particular, en estos momentos el grupo de investigación Diversidad Biológica y Diversidad Humana de la Universidad de Salamanca está trabajando con los procesos de decaimiento forestal, también conocidos como Seca, a fin de tratar de conocer los factores que propician su aparición.

Este avance se produce en el seno de la Cátedra Iberdrola-Usal que tiene como meta el fomento de la transferencia tecnológica Universidad-Empresa, estableciéndose como un marco de colaboración para el lanzamiento de proyectos I+D+i e iniciativas formativas en áreas de interés comunes. También busca la formación especializada en los campos de conocimiento de mayor interés para Iberdrola, así como otras actividades sociales y culturales.

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