Pagar y cobrar en menos de 10 segundos

Clin, clin, clin. Parece que el escenario en el que las monedas ya no tintineen en los bolsillos está más cerca que nunca. Los defensores del dinero digital están convencidos de que, tal y como avanza la tecnología, en poco tiempo nadie usará efectivo, incluso hasta para pagar una barra de pan se hará con el móvil. Un paso que algunos países como Dinamarca ya han dado. Se han abrazado a él porque genera un ciclo beneficioso para la economía y la sociedad al impulsar el consumo, el empleo y eliminar el fraude, puesto que todas las operaciones están controladas de principio a fin.

Ahora mismo nadie se imagina quemando los billetes porque ya no valen nada. De hecho, si alguien lo hiciera le tildarían de loco. Puede ser. Pero imagínese que ‘No aceptamos efectivo’ fuese el cartel de bienvenida de muchos restaurantes, gasolineras, supermercados, peluquerías y tiendas de ropa. Entonces, la sustitución sería progresiva y un buen día el billete de 500 euros que se guarda como oro en paño en el cajón secreto del comodín valdría menos que el papel con el que se adquiere la calle Serrano de Madrid en el Monopoly.

En ese caminar, que asusta a muchos y alimenta la esperanza de otros, aparece la compañía leonesa EurocoinPay. A los mandos de este negocio está el visionario Herminio Fernández de Blas, quien un buen día decidió formar parte del futuro. Por este motivo, su equipo terminará en noviembre una aplicación «única en el mundo» que aporta «sencillez, rapidez y costes bajos» para comercios y clientes. Permite pagar y cobrar en menos de 10 segundos. ¿Cómo funciona? El usuario elige la moneda virtual con la que desea operar, selecciona el código QR del tique del servicio empleado y se lleva lo que ha ido buscar al establecimiento con cero comisiones.

El comercio, por su parte, se descarga la app «sin ningún coste» y a la hora de cobrar la factura decide con qué moneda digital se quiere quedar pudiéndose hacer también en euros y se confirma. «El sistema facilita el dinero en su cuenta bancaria en 20 minutos si lo decide cobrar en euros. Esto ya se puede hacer en más de 20 entidades financieras de todo el mundo», subraya Fernández de Blas, antes de matizar que el lanzamiento de la plataforma está previsto para finales de este año o principios de 2019.

El CEO de EurocoinPay explica que incorporarse en 2009 al bitcoin con una inversión de 20 dólares a día de hoy habría generado 5,8 millones. Por el contrario, si la incorporación se llevó a cabo a finales de 2017 «el pánico» se habría apoderado del inversor debido «a las importantes pérdidas» a las que habría tenido que hacer frente por «los importantes ajustes» que se han hecho en las monedas digitales. «El momento actual es muy bueno porque el sector ha madurado y los proyectos llevan un gran valor a la sociedad», puntualiza para, más tarde, advertir de que los inversores deben asegurarse bien de qué iniciativas son reales y no especulativas. «Hay mucho intruso aprovechándose del conocimiento escaso, existiendo un porcentaje alto de fraude».

Respecto a la parte técnica, especifica que trabajan en la integración de tres capas tecnológicas y tres blockchains, uno de ellos privado para registrar los tokens –unidades de poder de valor que una organización crea para dar más poder a sus clientes y facilitar la distribución de beneficios– de forma interna, otro público en la red Ethereum para anotar los tokens que están fuera de la empresa en diferentes monederos digitales y el último para apuntar los pagos más pequeños realizados de forma pública.

La primera capa se desarrolla en el blockchain de Ethereum a través de un contrato inteligente, donde se crean las unidades de poder que la empresa leonesa da a sus usuarios y se registran todas las transacciones que se ejecuten con los tokens fuera de la plataforma de pago. La segunda capa se encarga de registrar todo el histórico de la aplicación para cada cliente y comercio y al mismo tiempo sirve para confirmar pagos al comercio y al usuarios en pocos segundos. El broche lo pone la tercera capa en la que interviene la red de IOTA con intercambios gratuitos para su red.

Presume de que los miembros que forman parte de EurocoinPay son «evangelizadores» de las criptomonedas y trabajan para llevarlas a un mundo real y útil para la sociedad a través de la sencillez. «Queremos que las puedan usar desde un niño de ocho años a una persona de 80», indica. Es verdad, dice, que no son los únicos del mercado que trabajan en este sector, sin embargo, son «pioneros» en que los comercios puedan operar desde sus cuentas bancarias sin necesidad de tener dinero en la empresa leonesa y recibirlo en 15-20 minutos.

Empezaron en 2016 buscando desarrolladores de blockchain y registrando sus marcas en la Comunidad Económica Europea. En estos momentos cuentan con una comunidad de 3.700 clientes y, según adelanta Herminio Fernández de Blas, están en una Oferta Inicial de Monedas que se cierra el 31 de octubre y «si se hacemos las cosas bien nuestros tokens se pueden revalorizar en el futuro». Además, manifiesta que muchas empresas de distintos sectores –cadenas de hoteles, agencias de viajes, inmobiliarias, hipermercados, comercio online, páginas web de venta de entradas, cadenas de muebles, concesionarios de coches, entre otras– están interesadas en implementar la aplicación.

EurocoinPay es una empresa tecnológica con diversas líneas de negocio: compra venta de criptomonedas, pasarela de pago para comercios y empresas, facilidades para gastar el dinero digital en tarjetas regalo de firmas como El Cortes Inglés, Repsol y Zara, una ficha especulativa para cambiar en los exchanges internacionales y una VISA que se carga con monedas digitales que se puede gastar en más de 40 millones de comercios de todo el mundo.

Cuenta con 17 trabajadores y busca integrar sus servicios en mercados financieros tradicionales que, a su juicio, están necesitados de soluciones disruptivas blockchain. «Estas propuestas de cambios de paradigma requieren de empresas tradicionales para encontrar nichos de mercado buscando confianza en la sociedad y las instituciones para crear sinergias de valor en un mundo más amigable», zanja Herminio Fernández de Blas.