Maquinaria para secaderos inteligentes

Entre las preocupaciones de los productores de embutidos se encuentra el obtener un acabado del producto lo más natural posible dentro de los márgenes que corresponden a los volúmenes que demanda la producción industrial. Para ello es fundamental el funcionamiento de los equipos de secado que emplean habitualmente las grandes empresas del sector agroalimentario, dedicadas a la elaboración de jamones, embutidos y quesos, fundamentalmente.

Precisamente sobre su funcionamiento y la mejora de estos procesos es en lo que ha investigado el emprendedor guipuzcoano, afincado en Soria, José Ignacio Criado en los últimos años. Su trabajo y conocimiento le han permitido diseñar y fabricar equipos propios que instala en plantas de secado de empresas agroalimentarias, en las que ha logrado mejorar el proceso industrial, a través de medios naturales, con la consiguiente reducción del gasto energético. Aunque lo segundo no es el objetivo inicial de esta aplicación innovadora, bien es cierto que la reducción de consumos es bien recibida por los empresarios del sector, explicó Criado, quien aseguró que la mayor parte de las industrias del sector no tienen bien cerrado este proceso en sus fábricas. Ello significa que no generan las condiciones atmosféricas adecuadas para llevar a cabo un buen secado del producto.

Su larga trayectoria trabajando como técnico de refrigeración y asistencia en secaderos le han permitido detectar los principales problemas de funcionamiento y esto le animó a formarse en ingeniería y a desarrollar su propia aplicación de estudio, análisis y modificación de secaderos artificiales que ya ha empleado en cuatro empresas del sector, del ámbito nacional, y ha comenzado a trabajar en un secadero piloto, de creación propia, que se va a destinar a mejorar la curación de la panceta de cerdo, de la que se obtiene el sabroso torrezno, con marca de garantía de Soria.

José Ignacio Criado modifica los secaderos de cualquier fábrica, «a medida», en función del producto y sus necesidades concretas de aire y de tiempo para culminar el ciclo de secado. Todo comenzó con la creación de un sistema de control para las plantas de secado que Criado ha perfeccionado. En primer lugar toma los datos en el interior del secadero para lo que emplea sus herramientas de medición. Tras 24 horas de seguimiento, los equipos recogen información de todo el ciclo de funcionamiento del secadero. En las empresas para las que ha trabajado le han permitido comprobar que solo el 30% de la energía empleada se aprovecha para el objetivo que tiene; el secado de los embutidos.

«La regulación del aire es muy importante, no hay dos secaderos iguales», explicó Criado, quien diseña las herramientas necesarias, para conseguir que el aire pase de una u otra manera, en función de las necesidades del producto que se quiere conseguir. Para realizar los cálculos ha desarrollado dos sofware, con determinados parámetros. El primero le permite realizar los cálculos que necesita cada secadero en cuanto a velocidad, enfriamiento del aire y las presiones, así como determinar la energía que va a necesitar. En el segundo puede incluir los datos diarios de cómo va a funcionar el secadero a lo largo del año, con el que cada empresa puede establecer las horas de ventilación que necesita para el acabado final de sus embutidos.

Con estos cálculos puede detectar los principales fallos que tiene cada secadero y las herramientas nuevas que necesita para ensamblarlas y conseguir un rendimiento adecuado. A partir de este momento, Criado comienza a diseñar las herramientas nuevas que colocará en el secadero y que comenzará a funcionar como nuevo.

En los trabajos que ha realizado hasta ahora ha diseñado nuevas baterías de condensación de calor y frío, el mueble donde está el secadero o el control de la máquina, «el ventilador es el único que no diseño ni fabrico, lo sustituyo o reemplazo», puntualizó este emprendedor que ha creado su propia empresa Técnicas y Eficiencia en Secado(Tefisec) para trabajar y especializarse en este sector, donde la demanda empresarial es importante.

Criado aseguró que tras su sistemas de diagnosis y aplicación de sus nuevas herramientas las empresas recuperan la inversión destinada en sus secaderos en el plazo de dos años, aproximadamente. Estimó que una empresa con un gasto energético anual de un millón de euros por el funcionamiento de sus secaderos puede ahorrarse la mitad de estos costes, una cifra nada despreciable para los grandes productores del sector.

Su experiencia profesional y los buenos resultados que ha obtenido con la puesta a punto de secaderos de importantes firmas productoras españolas, entre las que se encuentra alguna soriana, le ha animado a construir su propio secadero a petición de una firma cárnica de la provincia. El secadero inteligente, que estará terminado en un mes, incluirá una buena parte de todas las piezas que Criado ha empleado en remodelaciones que se van a disponer para mejorar el secado de la panceta de cerdo, de la que se obtiene el torrezno de Soria. El objetivo del productor es incrementar la cantidad y aumentar la calidad en el proceso para un producto que ha experimentado un importante crecimiento por la demanda de con sumidores.