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Cómo estudiar el corazón desde el teléfono móvil

El servicio de Cardiología del Hospital Clínico crea una aplicación que ayuda a determinar qué válvulas cardíacas hay que reparar / Se trata de un proyecto pionero que lo utilizan especialistas de todo el mundo.

El cardiólogo intervencionista Ignacio Amat muestra un catéter y la aplicación en las instalaciones del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.-PHOTOGENIC / MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Publicado por
Estibaliz Lera

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La válvula mitral separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo. A través de un mecanismo de apertura y cierre, la sangre pasa de una cavidad a la otra. La válvula aórtica está localizada entre el corazón y la aorta. Se abre para que la sangre fluya hacia fuera. Luego, se cierra para impedir que regrese al corazón. La válvula tricúspide separa el ventrículo derecho de la aurícula derecha y la válvula pulmonar regula el flujo de sangre entre la cavidad inferior derecha del corazón –el ventrículo derecho– y la arteria pulmonar; es decir controla el flujo de sangre entre el corazón y los pulmones. Cuando existe un debilitamiento de estas válvulas, se produce una alteración en la circulación del cuerpo y el individuo puede tener problemas respiratorios, fatiga, latidos irregulares e insuficiencia cardíaca que puede llevarle a la muerte.

Entonces, es necesario intervenir, o bien para repararlas, o bien para sustituirlas. La cuestión es que si en la operación hay que arreglar dos válvulas, el índice de mortalidad se duplica. Por este motivo, el servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid ha desarrollado una aplicación móvil que ayuda a determinar qué válvulas hay que reparar. En este punto, el cardiólogo intervencionista Ignacio Amat aclara que en ocasiones con intervenir una de ellas la otra se arregla automáticamente en los días siguientes sin aumentar el riesgo para el paciente.

Para poder arrojar el porcentaje de probabilidad de mejoría, la herramienta recoge el mayor número de datos posibles sobre el enfermo. Se introduce si padece hipertensión, diabetes, obesidad, el tamaño de su ventrículo izquierdo, el grado de deterioro de las válvulas afectadas, cuánto calcio tiene la válvula, si la persona ha sufrido arritmias y otra serie de características derivadas de diversas pruebas. Con toda la información se obtiene un resultado. Y éste permite al equipo de profesionales planificar la intervención para colocar una o más prótesis que puedan realizar la misma función que hacían las válvulas estropeadas.

La aplicación es «pionera» en el mundo. Se creó hace más de un año con la ayuda de la unidad de investigación, en particular del estadístico Manuel Carrasco, y la han utilizado, al menos, diez centros en España y otros tantos a lo largo del mundo, expone. De hecho, fue presentada en dos de los congresos más importantes de cardiología: el europeo y el americano, en los que despertó «mucho interés» entre los presentes, y recibió uno de los premios al mejor proyecto en el Congreso Nacional de Cardiología. Está disponible para Android y están trabajando para que «pronto» se pueda incorporar a la tienda de aplicaciones de iOS. También se puede acceder a ella a través de la página web del Instituto de Ciencias del Corazón. Otra peculiaridad es que la información introducida por cada médico queda recogida, de forma que se pueden ir analizando y mejorando sus resultados.

Amat indica que la herramienta no se utiliza en consulta, sino cuando el equipo de cardiólogos se reúne para ver qué se va a hacer con un determinado paciente. En ese instante juega un papel crucial. Y es que los enfermos antes de llegar a ese punto han pasado por otras fases: «Las válvulas se deterioran lentamente pero llega un punto en el que el corazón que ha ido compensando ese deterioro ya no puede más. Al paciente le cuesta más andar hasta que no puede levantarse de la silla», expone antes de dejar claro que si las válvulas no se arreglan se acorta «mucho» la esperanza de vida. Pone como ejemplo que si no se hace nada en la válvula aórtica, la persona habrá muerto antes de dos años. También hay que tener en cuenta la edad y otros problemas de salud, puntualiza.

Para el cardiólogo intervencionista del Clínico, la verdadera importancia de la aplicación es el futuro. Un futuro que pasa por arreglar las válvulas a través de catéter. ¿En qué consiste esa intervención? El cardiólogo introduce el catéter en una arteria de la ingle y lo desliza hasta la válvula que quiere remendar. Cruza la compuerta y coloca la prótesis, hincha el balón y la nueva válvula aplasta a la estropeada contra la pared. A partir de ese momento, el corazón vuelve a funcionar de manera normal. Este centro vallisoletano comenzó con este tipo de operación en 2009 para una de la válvulas y esperan que «en cinco años» sean capaces de reparar todas con este procedimiento menos invasivo y que reduce la estancia en el hospital y, por ende, se produce «un importante ahorro económico».

En esta línea, Amat tiene claro que el Clínico tiene que liderar esta investigación a nivel mundial. « Gracias a este estudio vimos que en el 14% de los pacientes se podía arreglar dos válvulas a través de catéter. Fuimos los primeros que lo dijimos en el mundo. Fue bastante revolucionario y muchos profesionales se interesaron en saber cómo lo hacíamos y en qué pacientes se podía llevar a cabo», presume el cardiólogo intervencionista para, a continuación, dejar claro que su servicio tiene que seguir investigando y dando pasos de gigante. Pero para ello reclama toda la ayuda posible de la administración. «Tiene que apoyar estas nuevas tecnologías para intervenir las válvulas sin abrir a los pacientes. Vivimos un momento trascendental y es muy fácil quedarse atrás. Ahora la administración tiene que jugar un papel interesante para apoyar a aquellos profesionales que están impulsando la investigación en estos campos. Tenemos el equipo y las ganas para ser los pioneros, pero sin un apoyo decidido de la administración, nos quedaremos desfasados», concluye.

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