Diario de Valladolid

AZUCARERA

En el foco de la innovación más dulce

El centro de I+D del grupo en Toro desarrolla productos a la carta para consumo humano, alimentación animal y fertilizantes.

-EL MUNDO

-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

En un mercado cada vez más exigente y cuyos consumidores reclaman productos diferenciados sin dejar de ser sanos y naturales, la industria más dulce no para de buscar referencias que agraden a la sociedad sin perder su ADN. Azucarera, empresa líder en producción de azúcar en España, trabaja para valorizar y explotar al 100% su principal materia prima, la remolacha. Su idea es crear productos a la carta en colaboración con sus clientes a partir de sus necesidades tecnológicas y de reformulaciones específicas.

Todo el saber hacer del grupo AB Sugar se concentra en el centro de I+D de la localidad zamorana de Toro. Allí, un grupo de 22 investigadores y técnicos trabajan para conquistar nuevos públicos a través de referencias innovadoras destinadas al consumo humano, la alimentación animal y la fertilización. El punto de partida es el campo.

Su idea es incorporar nuevos desarrollos tecnológicos en las distintas fases: contratación, seguimiento del cultivo y de la cosecha y entrega en fábrica. «Existen nuevas herramientas que ayudarían a mejorar el proceso y dar más servicio al agricultor, sobre todo, reducirían sus costes y aumentarían sus rendimientos», expone Salomé Santos, directora del área agrícola de Azucarera.

En la fase de contratación la novedad fundamental es la creación de una plataforma digital que permita al cultivador contratar de una manera más fácil sin necesidad de seguir el procedimiento clásico: acudir a la oficina y firmar el contrato en papel. En el seguimiento agronómico del cultivo, los avances son más potentes, apunta Santos, antes de comentar que están desarrollando un servicio para generar recomendaciones sobre, entre otros asuntos, fitosanitarios, pautas de riego y fertilizantes a partir de la información que reciben de los agricultores.

A esta plataforma se une una herramienta que busca monitorizar el cultivo mediante drones y satélites. «Estamos trabajando para afinar el modelo para la remolacha, un cultivo de raíz que exige determinadas peculiaridades». En este sentido, Fernando Martín, director de Innovación y Desarrollo de Azucarera, puntualiza que buscan ver cómo evoluciona la sacarosa para cosechar cuando esté en su punto óptimo de maduración.

Pasos encaminados a la entrega en fábrica. Por un lado, la tecnología puede ayudar a determinar la fecha de arranque. Por otro, dotaría a las máquinas de inteligencia para que se desplacen de forma lógica para ahorrar costes. Para ello, Azucarera va a incorporar GPS a todos los eslabones de la cadena, desde las cosechadoras a los camiones, con la meta de mejorar el proceso conociendo los recorridos y ajustando los márgenes para no perder ni un solo segundo.

El broche a estos desarrollos lo quieren poner con un servicio para pagar en campo por la remolacha, es decir, que la industria sea capaz de medir con precisión cuánta azúcar tiene el fruto en el momento de la recogida. También estudian tecnologías para distinguir piedras de remolacha. En este camino hacia la modernización no olvidan tampoco apoyarse en unos bastones diez: las redes sociales, YouTube y WhatsApp. Gracias a estos canales, asegura Salomé Santos, la comunicación con sus clientes es mucho más ágil, ya que en cualquier momento pueden ponerse en contacto con los técnicos y explicarles el problema que tiene en campo, e incluso mandar fotografías.

Del campo a la Planta de Especialidades Líquidas, dirigida por Laura Diego, la única mujer que está al frente de una fábrica de la compañía con presencia en Europa, África y China. Los vigilantes de seguridad de este espacio con una superficie total de 1.143 metros cuadrados son dos silos con capacidad para 130.000 toneladas y cinco depósitos de azúcar líquido, en los que se pueden almacenar hasta dos cisternas en cada uno de ellos. Unos baúles más que espaciosos teniendo en cuenta que su producción anual de azúcar líquido es de 15.000 toneladas. Su reto es llegar a las 30.000.

Pero para guardar el producto primero hay que transformarlo. Eso se lleva a cabo en la zona de producción. La encargada de la sala de control es la jerezana Natalia Vargas. El transporte es neumático para no contaminar la materia prima. Una tubería impulsada por aire se encarga de llevar la remolacha a una tolva, en la que una hélice dosificadora se ocupa de disolver el azúcar en agua. Más tarde, el reactor de contacto será el encargado de diseñar el producto. Y es que Azucarera tiene más de medio centenar de referencias destinadas a diferentes mercados. Junto a la zona de producción, se encuentra un pequeño laboratorio que mide el pH, el color y el brix y un área de almacenamiento, donde se realiza un estudio de vida útil de los productos.

Además del azúcar en distintos formatos sólidos y líquidos, abordan la entrada de producción de ingredientes funcionales a través de nuevas marcas registradas: Fibractive y Betalia. La primera está destinada a las fibras vegetales líquidas con propiedades prebióticas y 100% solubles. La principal novedad de estos productos, señala Martín, es su poder endulzante, equivalente a la mitad del azúcar blanco pero con un menor contenido calórico. Otros valores añadidos son que disminuyen el porcentaje del contenido de grasas, estimulan el crecimiento de la flora y mucosa intestinal, favoreciendo la absorción de nutrientes e inhibiendo el crecimiento de bacterias patógenas, aumentan la absorción de calcio y de magnesio y facilitan la motilidad intestinal a la vez que disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos.

Las principales aplicaciones se centran en sorbetes y helados, preparaciones de frutas, productos infantiles, galletas, masas batidas, productos de panadería, artículos a base de cereales, lácteos sin fermentación, jugos de frutas y suplementos dietéticos. El Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León (Cetece) y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y león (Itacyl) han certificado su uso en galletas, masas batidas, bollería y panadería.

Dentro de la gama Fibractive está Isopel, un azúcar apto para diabéticos. Se caracteriza por ser un nutriente de absorción muy lenta frente a otros azúcares. No produce efectos laxantes, a diferencia de otros edulcorantes ni incrementa los niveles de glucosa en sangre ni los de insulina. También está indicado para deportistas. Lo han desarrollado a demanda de la galletera Siro, desvela Fernando Martín para, a continuación, agregar que siempre trabajan de la mano de importantes empresas agroalimentarias a excepción de las compañías de bebidas refrescantes.

Betalia es la marca en la que engloban sus productos destinados a la alimentación animal, aplicaciones vegetales y usos industriales. Proponen los mejores artículos a base de pulpa de remolacha y melazas enriquecidas con el fin de formar parte de las raciones ganaderas. No sólo de la comida, su principal reto es conseguir sustituir a los antibióticos. El equipo de I+D de Azucarera colabora con la granja de desarrollo ovino AGM de la localidad vallisoletana de Olmedo para diseñar referencias que sean capaces de prevenir y eliminar enfermedades a través de un producto natural y procedente de la remolacha. Estaría destinado para el ganado ovino y porcino. Aunque saben que el camino es complicado, están muy esperanzados porque el futuro de Europa se escribe con tinta ecológica.

Un «buque insignia» que reinventa la remolacha

La compañía Azucarera cuenta con cinco centros de producción, envasado, suministro e I+D+i en Castilla y León y uno en Andalucía que reciben la remolacha de alrededor de 4.800 agricultores individuales y asociados en unidades de producción, distribuidos en Castilla y León, Andalucía, País Vasco, La Rioja y Navarra. Forma parte del grupo AB Sugar, uno de los líderes mundiales del azúcar, que busca convertirse en «buque insignia» de la innovación tecnológica en el campo. Tiene claro que debe transformarse para ser aún más rentable. Por este motivo, va a extraer todo el jugo a la remolacha sin olvidarse de los cultivadores.

Aparte de los ingredientes funcionales, cuenta con fertilizantes orgánicos. Uno de ellos es Stimel, un abono orgánico que se obtiene de la mezcla de diferentes corrientes generadoras durante el proceso de extracción del azúcar de remolacha y de la fabricación de sus derivados. Aunque es apto para todo tipo de cultivos, es muy adecuado para frutales de pepita y hueso, hortícolas, cereales, cítricos y cultivos ornamentales, ya que influye favorablemente sobre el desarrollo de la parte aérea de la planta.

Otra aplicación es la obtención de biogás. «El 75% de la remolacha es agua», manifiesta Fernando Martín, director de Innovación y Desarrollo de Azucarera. Razón de más para que se utilice para generar energía en la planta. Cuenta con una depuradora equivalente a una población de 80.000 personas. «El agua que devolvemos al Ebro no es potable pero está mucho más limpia que cuando la recogemos», confirma antes de puntualizar que su idea es cero residuos.

La expansión de esta compañía azucarera es el desarrollo de productos que aportan ingredientes para sectores vinculados a la cosmética, la industria farmacéutica, la energía, la construcción, entre otros. En esta categoría están la melaza para usos industriales y las piedras, ripios e incocidos. Desde el centro de I+D trabajan en muchos proyectos pero también se apoyan en el conocimiento de los centros tecnológicos y las universidades de Valladolid y Salamanca.

tracking