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Arquitectos del ‘byte’ que protegen el patrimonio

Cartif digitaliza el castillo de Torrelobatón para que sea accesible de forma remota / Forma parte de un proyecto europeo.

Javier Rodríguez, Ana López, Francisco Barrientos, Pedro Martín y David Olmedo en Cartif.-PABLO REQUEJO

Javier Rodríguez, Ana López, Francisco Barrientos, Pedro Martín y David Olmedo en Cartif.-PABLO REQUEJO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Es irreversible cuando una voladura extirpa una ruina de hace 2.000 años. Tampoco habría retorno si las gotas de agua que se filtran acaban derrumbando un castillo que es una joya. Pero la tecnología aporta ideas para que esa memoria permanezca intacta y seguir exhibiendo lo que está en riesgo. También para lo que no está. Existen muchos monumentos que, aunque se sitúan muy alejados de las bombas, se digitalizan para trabajar con ellos a golpe de clic.

El centro tecnológico Cartif participa en Inception, un proyecto que propone una reconstrucción 3D dinámica de objetos, entornos y edificios de interés cultural a través de un enfoque inclusivo y teniendo en cuenta el paso del tiempo. «Una copia digital accesible a todo tipo de usuarios, desde un profesional muy especializado como puede ser un arquitecto o un historiador, hasta público general que en su teléfono móvil quiera disfrutar de una rotación en 3D de un modelo», explica Pedro Martín Lerones, responsable del proyecto en Cartif.

En este sentido, señala que el problema es que el espectro es «muy amplio» y hay que aportar el tipo de información que necesita cada usuario. Por este motivo, los investigadores tienen que compendiar los datos necesarios de forma que tengan sentido.

El proyecto, que arrancó en 2015 y terminará en 2019, se está probando en nueve demostradores de toda Europa donde se están desplegando todo tipo de tecnologías para la documentación, protección, conservación, restauración y difusión del patrimonio.

El demostrador español es el castillo de Torrelobatón. Cartif ha realizado modelos 3D muy detallados partiendo de una nube de puntos proporcionada por la Junta de Castilla y León y realizada con drones. A ésta se unen sistemas de adquisición que buscan dotar de mayor calidad el material existente.

Para ello, Martín Lerones expone que han utilizado un robot que recorre la fortaleza y toma fotografías. También han realizado termografías –una técnica que permite determinar temperaturas a distancia y sin necesidad de contacto físico con el objeto a estudiar– e imágenes multiespectrales, aquellas que reflejan zonas del espectro que no son visibles al ojo humano.

Toda la información se sintetiza para que sea compatible con las tecnologías Building Information Modeling (BIM). En ellas se puede desde registrar sus tres dimensiones hasta planificar cuánto va a costar una intervención, el tiempo de duración y su evolución.

Aparte del modelo tridimensional, los investigadores también van a incorporar información complementaria como puede ser un códice, un pergamino, un mapa del castillo... «Todo esto son datos semánticos», precisa antes de resumir los tres aspectos obtenidos en este proyecto: una clasificación estandarizada y multilingüe de los elementos arquitectónicos básicos que definen la arquitectura defensiva; una herramienta informática que permite incorporar toda la información gráfica (planos, vídeos, libros, documentos, etc.), y semántica (libros, vídeos, planos, documentos...) bajo un único modelo 3D compatible con BIM, y un sistema que posibilita extraer automáticamente de formas elementales –como cilindros y planos– en entorno BIM partiendo de la nube de puntos.

Respecto a las ventajas, señala que la principal es «salvaguardar» el patrimonio. Tener «una copia de seguridad» para preservar en caso de deterioro, pero también para conocer su valor. «Es importante tener esa datación digital de cómo están las cosas y cómo pueden evolucionar», subraya el investigador de Cartif.

El consorcio eligió el castillo de Torrelobatón porque los castillos a nivel europeo son los monumentos más comunes, apunta. «El 60% de ese patrimonio está en Castilla y León y esta fortaleza es muy representativa porque es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura de fortificación de Europa. Está prácticamente igual que cuando se construyó, sólo existe una pequeña destrucción en las almenas», detalla.

El resto de demostradores son iglesias, excavaciones arqueológicas, museos, palacios, una pequeña necrópolis... Por ejemplo, están estudiando el Palacio de los Huérfanos de Florencia o el Museo de Hidra de Grecia. Cada uno tiene sus peculiaridades. Destaca la documentación de las policromías en la iglesia de los primeros cristianos que hubo en Croacia. «Es un sitio histórico y hemos tenido que buscar cómo documentar las pinturas que tiene en su interior».

Falta más de un año para que acabe el proyecto, pero este equipo vallisoletano ya dispone de un modelo 3D completo del castillo de Torrelobatón que se puede usar en la aplicación Revit, el formato para BIM más extendido a nivel mundial. Además, la fortaleza tiene una grieta y los investigadores de Cartif ya han realizado un registro y realizarán otro antes de Semana Santa, con la meta de ver si evoluciona y si es así estudiar la causa. Saben que la ladera sobre la que se sitúa el castillo es arcillosa. «Toda la información que vamos teniendo la pondremos en un informe para que cualquier persona de manera remota pueda ver cómo está el castillo de Torrelobatón», manifiesta muy orgulloso.

En este proyecto participan como observadores la Junta de Castilla y León y el Instituto del Patrimonio Cultural de España, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. «No son socios porque no tienen la tecnología, pero su presencia es muy interesante porque son los clientes finales». De hecho, en la próxima reunión del consorcio que tendrá lugar a principios de junio en Florencia estarán presentes.

Inception aglutinará todos los resultados en una plataforma web que permite el trabajo simultáneo y colaborativo entre profesionales del sector. Esta herramienta y los modelos 3D como el de Torrelobatón serán presentados como punteros en investigación aplicada al Patrimonio en el High-level Innovation and Cultural Heritage Conference que se celebra hoy en Bruselas. No será la única cita donde este proyecto muestre sus entresijos. Jugará un papel «destacado» en la próxima Bienal de la Restauración y Gestión del Patrimonio, AR&PA, que tendrá lugar en noviembre.

Cabe recordar que la Unión Europea celebra en 2018 el Año Europeo del Patrimonio Cultural y concede un sello de calidad a proyectos de I+D que considera «especialmente relevantes» porque aportan «un valor añadido» al patrimonio cultural y por su labor para sensibilizar a los ciudadanos acerca de su valor e importancia. Tres proyectos de Cartif han recibido el sello.

En esta línea, Pedro Martín Lerones comenta que los pasos que han llevado a cabo en Torrelobatón han dado lugar a tres publicaciones en revistas de alto impacto a nivel internacional. El último de los artículos ha versado sobre la clasificación en unidades elementales o, en otras palabras, «desfragmentar» la fortaleza para crear un diccionario gráfico de los elementos constructivos básicos: almenas, torre del homenaje, puertas, columnas... al que se puede acceder desde cualquier parte del mundo con independencia de la cultura y el idioma.

Para Martín Lerones, conservar el patrimonio cultural es «vital» por razones culturales, sociales pero, sobre todo, económicas. «Con el patrimonio pasa como con la sanidad que ya no hay recursos para mantener todo lo que tenemos, de manera que la tecnología nos puede ayudar a abaratar los costes lo máximo posible para que se pueda conservar la mayor cantidad». «Algunos de los proyectos de conservación y digitalización del patrimonio cultural europeo – prosigue– se están llevando a cabo en España y en Castilla y León. Somos referencia en el resto de Europa. Y es bueno que lo contemos a nuestros ciudadanos».

«Hay que dedicar más esfuerzos en todos los sentidos a la conservación del patrimonio»

Pedro Martín Lerones, investigador del centro tecnológico Cartif, asegura que el patrimonio es una de las líneas de investigación que mejor ha sobrevivido a la crisis económica. Y lo ha hecho, a su juicio, por la vinculación que tiene con la sociedad, un «sentimiento identitario» que se plasma incluso en la financiación. No obstante, reclama que se destinen aún más fondos y se sensibilice más a la sociedad. «Hay que dedicar más esfuerzos en todos los sentidos a la conservación del patrimonio», apunta.

Preguntado por la inversión en patrimonio, sostiene que cada vez hay más sensibilidad y, por tanto, va calando en tiempo y en dinero. «Las administraciones públicas respaldan las iniciativas porque estamos obligados a colaborar de alguna manera. Nosotros tenemos la tecnología y ellos tienen el patrimonio. Somos las dos caras de la misma moneda».

En este sentido, manifiesta que el patrimonio es «importantísimo» y es «de las pocas cosas» que realmente vincula a la gente al lugar. «Se sienten muy identificados con sus monumentos típicos. Sepan o no la historia. Son elementos muy integradores», destaca Pedro Martín Lerones, quien tiene claro que el patrimonio es «el motor de desarrollo económico» no sólo vinculado al turismo.

Para el investigador de Cartif, la sociedad sí que valora las nuevas tecnologías aplicadas a este campo. De hecho, cuando se organizan jornadas la gente demuestra mucho interés. Pone como ejemplo el proyecto SH Buildings que se desarrolló en la catedral de Palencia. «Había mucha gente, incluso palentinos, que iban a visitar la catedral exclusivamente para ver dónde estaban colocados los sensores», comenta antes de añadir que este tipo de iniciativas «estimulan» las visitas a los monumentos.

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