Cerrar

LEÓN

La armadura de los tesoros con memoria

Un catedrático de Biología Celular de la ULE patenta un soporte para estudiar los papiros sin dañar su estructura / El sistema sujeta la pieza dentro de la cámara de vacío.

Rafael Álvarez Nogal muestra el modelo de utilidad en las instalaciones de la Universidad de León.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

Son una rica fuente de información sobre la mentalidad y la vida en otras épocas. En ellos se puede encontrar desde la lista de la compra a ejercicios para resolver en la escuela, pasando por las costumbres de los faraones. Estas plantas que los egipcios utilizaban para fabricar láminas sobre las que escribir son mucho más que documentos con miles de años. Son chivatos de datos muy valiosos y relevantes a la hora de realizar una interpretación. Cada detalle ayuda a escribir otro episodio de la historia. Nada es casual. Ni los dobleces. Así que poner la lupa sobre estas láminas se convierte en una ardua tarea solo apta para profesionales en la materia.

Estos tesoros revelan misterios de antiguas civilizaciones, sin embargo, en ocasiones sólo existe un pequeño fragmento. También aparecen papiros castigados por una ola de fuego que les dejó ennegrecidos y compactos. Renglones borrados. Falsificaciones. Todo tipo de avatares sufrieron estos preciados documentos que ahora se exhiben en museos y atrapan las miradas de los más curiosos. Eso sí, antes de colocarse en vidrieras pasan por una policía muy especial: los investigadores.

Desde sus laboratorios se afanan en ir más allá. El problema es que hay que tratarlos con mimo. La tecnología ayuda a encontrar un indicio que haga tirar del hilo, pero también les puede dañar. El aliado de los científicos es el microscopio electrónico de barrido, una herramienta imprescindible para la caracterización de estructuras. Con él se puede observar cualquier detalle de la muestra con una resolución «cien veces mayor» a la de un microscopio óptico tradicional y, al mismo tiempo, es posible analizar cualquier área que se esté observando.

Rafael Álvarez Nogal, catedrático del área de Biología Celular de la Universidad de León (ULE), trabaja con estos papiros que hasta hace poco introducía en la cámara de vacío del microscopio, protegidos y cubiertos parcialmente con papel de aluminio. «Se echaba de menos en el mercado un soporte eficaz para la sujeción de estos documentos», reconoce. Por este motivo, decidió buscar una solución. Así nació el modelo de utilidad que ha patentado.

Este instrumento permite la observación y caracterización superficial de materiales inorgánicos y orgánicos, entregando información morfológica del material analizado. A partir de él se producen distintos tipos de señal que se generan desde la muestra y se utilizan para examinar muchas de sus características, explica el catedrático, antes de precisar que con él se pueden observar los aspectos morfológicos de zonas microscópicas de diversos materiales, además del procesamiento y análisis de las imágenes obtenidas.

Está formado por dos piezas, una superior con múltiples orificios, que ofrece la posibilidad al usuario de decidir la zona de análisis, y una inferior sin orificios sobre la que se sitúa el papiro, quedando dicha muestra acomodada entre las piezas. En este sentido, señala que los agujeros pueden ser redondos o cuadrados y que las piezas se unen mediante un sistema de sujeción como pinzas pala o clips de fijación, que proporcionan «una buena unión» y facilitan el montaje y desmontaje de la misma, además de no dañar el objeto.

En los estudios convencionales, las muestras –generalmente tienen dimensiones milimétricas– se deshidratan y se recubren con metales. Posteriormente, se sujetan con cinta adhesiva de doble cara en unos pequeños soportes, que se introducen en la cámara del microscopio electrónico de barrido, donde se realiza el vacío para que un chorro de electrones incida sobre la superficie de la muestra. «Los electrones que rebotan en la superficie metalizada son recogidos, formándose una imagen tridimensional del objeto que queremos estudiar», puntualiza Álvarez Nogal.

En la cámara en la que se introduce el material, existe una plataforma donde se sujetan los soportes que contienen las muestras previamente tratadas. Esta plataforma, tal y como detalla, se maneja desde el exterior pudiendo seleccionar la zona concreta, desplazando la muestra y jugando con mayor o menor número de aumentos. «El tratamiento rutinario de las muestras supondría metalizar su superficie de manera que, después de llevar a cabo el estudio, ésta quedaría inservible», subraya.

Por este motivo, manifiesta que este procedimiento no serviría para obras de arte o documentos antiguos, ya que se dañaría el material. Lo mismo pasa con otros sistemas de soporte que existen. Una patente que se usa describe un sistema de dos piezas que se sujeta enroscando una en la otra, el problema se encuentra en que sólo sirve para muestras milimétricas.

El modelo de utilidad patentado por la Universidad de León permite analizar muestras de dimensiones mayores que requieren «una minuciosa manipulación» debido a su naturaleza o valor. Pero no se queda ahí. El catedrático de Biología Celular asegura que se podría utilizar en cuestiones relacionadas con la policía, por ejemplo, cuando el investigador crea necesario estudiar determinadas muestras en microscopia electrónica de barrido, como pueden ser restos de ropa.

Cuenta que la idea nació de dos proyectos financiados por el Ministerio de Economía y Competitividad. El primero –ya terminado– titulado ‘La memoria escrita: estudio integral de los fondos papirológicos nacionales’. El segundo, que aún está en vigor, se llama ‘La memoria escrita: texto, materialidad y contexto de las colecciones papiráceas españolas’ e intervienen la Universidad Pompeu Fabra, la Compañía de Jesús y la Universidad de León.

En ambos participan el profesor Alberto Nodar del departamento de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra como investigador principal y el catedrático Rafael Álvarez Nogal como miembro del grupo investigador. Cabe destacar que en el estudio de los primeros papiros acompaña al leonés la técnico Silvia González, que en la actualidad trabaja en el Max Planck Institute de Alemania. También está relacionado con este logro el trabajo de fin de grado de la alumna Magdalena Brasas Alonso.

Cargando contenidos...