Técnicas para que respiren los pulmones

La fisioterapia respiratoria es un conjunto de técnicas físicas destinadas a mejorar la calidad de vida del paciente y su capacidad pulmonar. Tiene como función principal ayudar a la expulsión de secreciones del árbol respiratorio con el fin de evitar obstrucciones bronquiales.

Para muchas personas respirar es todo un triunfo. Por ello, necesitan ayuda de un profesional que entrene a los pulmones y libere todos los obstáculos que se encuentran a su alrededor como, por ejemplo, los mocos.

Manos sabias y tecnología de última generación forman el dúo perfecto para que los pacientes mejoren. Eso sí, se trata de un tratamiento complementario, nunca sustitutivo, del tratamiento médico. Un bastón cada vez más demandado y que está dando buenos resultados. De hecho, está comprobado que los enfermos que se someten a este tipo de terapias hacen que el tratamiento prescrito por los doctores sea más eficaz.

La fisioterapeuta Anna Maximo ha puesto en marcha un centro pionero en León, que está especializado en el tratamiento de las patologías respiratorias tanto en niños como en adultos. Los pacientes que acuden a su clínica, situada en la calle González de Lama, 15, junto al parque San Pedro, buscan solucionar dolencias agudas como catarros de vías altas, otitis, vegetaciones, neumonías y bronquiolitis, pero también patologías más graves como enfermedades neurológicas o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), entre otras. «La fisioterapia respiratoria se centra en prevenir, curar y estabilizar todas las patologías respiratorias. Es un complemento a los especialistas sanitarios», incide.

Su valor añadido es que, tal y como expone, es la única clínica privada de la ciudad que reúne los aparatos más modernos del mercado. Maquinaría que sirve para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por diferentes dolencias pulmonares. Su trabajo se basa en técnicas respaldadas por esta tecnología. Cada paso que da está sustentado en su conocimiento y en un pulsioxímetro digital, que se encarga en todo momento de medir la frecuencia cardíaca, respiratoria y la saturación de oxígeno para que los pacientes tengan la seguridad de que el tratamiento no pone en peligro su vida.

Una de las máquinas que tiene es el Cough Assist, un insuflador-exuflador mecánico que despeja de manera no invasiva las secreciones de las vías áreas. Está recomendado tanto para niños como para adultos, pero se utiliza sobre todo en niños. «Es la tecnología más nueva y se basa en introducir aire en el interior para abrir los pulmones y así liberar mocos», explica Maximo antes de añadir que es un ayudante de tos muy útil para pacientes que son incapaces de eliminar la secreción eficazmente.

Además, afirma que se usa para varias dolencias, principalmente la bronquiolitis, una enfermedad frecuente del aparato respiratorio provocada por una infección. Afecta principalmente a niños menores de dos años y suele comenzar como un resfriado, con moco, tos y, en ocasiones, fiebre.

Otro aliado en la consulta es el sistema Smartvest, muy efectivo para movilizar las secreciones. Consiste en un chaleco inflable, conectado a un compresor programable, que el paciente se coloca y provoca vibraciones rápidas, alternando movimientos que aprietan y relajan la parte superior del cuerpo.

Cada compresión provoca, en primer lugar, una relajación de los músculos de las paredes de las vías respiratorias de los pulmones; en segundo, disminuye el espesor de las secreciones; y, por último, desplaza los mocos hacia las vías respiratorias centrales, donde se pueden expectorar de forma más sencilla. Se utiliza, comenta, para pacientes de todas las edades desde recién nacidos hasta personas de la tercera edad. Normalmente las sesiones tiene una duración de entre 15 y 20 minutos. Cubre un amplio abanico de enfermedades y la diferencia con la tecnología anterior es que el chaleco se coloca antes de la sesión de fisioterapia y es un ayudante para retirar la mucosidad, apunta la fisioterapeuta.

Otro dispositivo interesante que utiliza con sus pacientes es la CPAP, que envía una presión de aire leve de forma continua para mantener las vías respiratorias abiertas de manera constante en pacientes que no pueden respirar espontáneamente por sí mismos. Se aplica a través de un tubo y una mascarilla. Se utiliza para muchas enfermedades pero, principalmente, para pacientes con EPOC, una patología que causa dificultad para respirar porque el pulmón pierde elasticidad.

Anna Maximo es brasileña. En su país se formó como fisioterapeuta y siempre tuvo un sueño: montar una clínica especializada en fisioterapia respiratoria. No obstante, cuando empezó era una especialidad poco conocida y nunca se imaginó poder hacer su sueño realidad en la tierra de su marido. Hace un mes abrió este centro y lo hizo porque León es una ciudad con clima muy duro y con muchas personas con patologías pulmonares. «Estaban olvidadas porque este tipo de tratamientos son complejos y muy novedosos, con lo cual los emprendedores prefieren invertir en patologías ortopédicas que van a ser mucho más rentables, ya que todo lo que empieza tarda un tiempo en consolidarse», expone.

Poco a poco va contando con sus primeros pacientes. En el Facebook se pueden ver imágenes de los usuarios: la pequeña Alba acudió al centro porque tenía un catarro de vías altas y tos o Maite con su terapia del Cough Assist. Un saber hacer que, según admite, tiene efecto inmediato. Para más información: 636760374.