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PERSONAJES ÚNICOS / ADRIÁN DEL PRADO

El ‘poli’ vallisoletano de la red

El estudiante del grado en Ingeniería Informática de la UVA ha ganado el mayor campeonato europeo de ciberseguridad / Ha hecho una versión casera de la piña wifi, dispositivo que roba las claves en internet / También trastea con temas de radiofrecuencia.

El estudiante Adrián del Prado en las instalaciones de la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Valladolid.-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC

Publicado por
Estibaliz Lera

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Tiene en su cabeza muchos secretos de internet. Su conocimiento será clave a la hora de tomar una decisión estratégica, enfrentarse a una crisis o defender los intereses de una institución, una empresa e, incluso, un país. Adrián del Prado quiere convertirse en constructor de estructuras inteligentes en la red. Su trabajo espera que blinde los negocios ante los cacos digitales. Es vallisoletano y, aunque comenzó estudiando el grado en Derecho y Grado en Administración y Dirección de Empresas (DADE), acabará licenciándose en Ingeniería Informática por la UVA.

Con nueve años, recuerda, tuvo su primer ordenador. En ese momento decidió que de mayor conocería todos los entresijos de la computación, en concreto, de los temas relacionados con la seguridad. Dicho y hecho. Durante su etapa formativa, además de ir superando los cursos, trastea y desarrolla pequeños proyectos. Uno de ellos es la versión casera de la piña wifi, dispositivo que permite suplantar la identidad de redes wifi y revisar las páginas en las que navegan los usuarios permitiendo espiar todo el tráfico en internet. Pone como ejemplo que cualquier teléfono móvil con esta red encendida se conecte y tratar de realizar diversos ataques. También ha hecho sus pinitos en temas de radiofrecuencia, realizando herramientas para captar la señal de un mando de garaje para obtener la clave y poder abrirlo por la fuerza; y programas que facilitan ciertas tareas de ataque a servidores web.

Pequeños pasos que da en un campo que lo apasiona. Por este motivo, actividad que ve, actividad que se apunta. El año pasado se convirtió en uno de los 40 seleccionados para participar en la Cybercamp, una de las competiciones de seguridad informática más importantes a nivel estatal organizada por el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe). A raíz de esta participación fue elegido para formar parte de la selección que representó a España en los European Cyber Security Challenge, en su edición de 2017 celebrada en Málaga. Se impusieron a 15 contrincantes por segundo año consecutivo. «Siempre es agradable cuando le has dedicado mucho trabajo a algo y obtienes la recompensa», señala.

En este sentido, comenta que a nivel personal es «una gran oportunidad» para ganar visibilidad y encontrar trabajo, ya que muchas empresas se pusieron en contacto con el vallisoletano para ofrecerle un empleo. Además, añadió que el equipo demostró que en España hay mucha gente con talento en materia de ciberseguridad y que no tiene nada que envidiar a otros países que han podido contar con más facilidades tanto para desarrollar su carrera en ciberseguridad como para desarrollar la propia competición, apunta.

Para Adrián del Prado, la ciberseguridad está presente en todos los aspectos de la vida. «Nadie sale de su casa sin su móvil, prácticamente todas las empresas tienen algún tipo de estructura informática, aunque sólo sea un ordenador para sus empleados o una caja registradora electrónica en un bar. No tener estos elementos debidamente protegidos trae consecuencias graves ya sea para su privacidad, que lean sus conversaciones por WhatsApp, o que un ataque informático paralice la actividad de su empresa», explica el estudiante del grado en Ingeniería Informática de la UVA.

De hecho, asegura que los recientes ataques de ransomware –programas maliciosos que cifran el contenido del ordenador y piden un rescate a cambio de descifrarlos– han demostrado tener «un gran impacto» tanto en el ámbito personal de la gente como en la actividad económica de las empresas. «La sociedad no le da la importancia que tiene, y parece que sólo nos acordamos de la ciberseguridad cuando ha pasado algo y ya es tarde», lamenta.

Ahora su día a día se pasa entre apuntes, libros y ordenadores. Tras graduarse, quiere trabajar en el sector de la seguridad informática, ya sea en una empresa o montando su propio negocio. Sabe que tiene futuro porque, tal y como argumenta, a pesar de que la tecnología avanza y aparecen nuevas formas de hacer sistemas más seguros, también aparecen nuevas formas de explotar vulnerabilidades. «Igual que hoy en día es inconcebible que una empresa no esté preparada para afrontar un robo con alarmas y seguros, poco a poco será inconcebible que no tome las mismas precauciones en materia de ciberseguridad», avanza Adrián del Prado.

Preguntado por su opinión sobre la investigación y la innovación en Castilla y León, sostiene que tiene «poca información» sobre la Comunidad, sin embargo, ve cómo muchos de sus compañeros tienen que abandonar su tierra para trabajar en su ámbito.

Por ello, afirma alto y claro que los jóvenes han sido «los grandes perjudicados» por la crisis económica. Así lo demuestra un 40% de paro juvenil, aduce para, a continuación, añadir que sólo hay que mirar las ofertas de trabajo para darse cuenta de la precariedad del mercado laboral. «Contratos de muy poca duración, falsos autónomo y falsa formación no remunerada. Todos esos elementos están omnipresentes en las ofertas de empleo».

Dentro de este panorama tan desolador, el vallisoletano ensalza a la institución en la que estudia por las ‘charlas de los miércoles’, ponencias impartidas por empresarios del sector, que muestran su visión sobre las necesidades en el campo de la informática o sobre algún proyecto que están llevando a cabo. «Es una forma de, a nivel individual, establecer contacto con alguna de las empresas punteras, así como entablar un diálogo entre el mundo universitario y la empresa, que lo considero muy positivo», concluye.

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