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VALLADOLID

Manual de instrucciones de las traqueotomías

El Hospital Clínico desarrolla un protocolo sobre el cuidado de los pacientes con esta vía aérea artificial / Su aplicación en salas de hospitalización ha reducido la mortalidad en un 50%.

Felipe Bobillo, coordinador de la UCI del Clínico de Valladolid, y José Ignacio Benito muestran un muñeco con el que practican el cuidado de la vía aérea en el paciente traqueotomizado.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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Conquista los rincones musculares de su cuerpo. Primero llama a la puerta con un dolor en el brazo, la rodilla o el hombro hasta que se hace con el control. La ELA destruye lo que se encuentra a su paso, incluso los músculos implicados en la respiración. Por ello, los enfermos con esta patología degenerativa necesitan recurrir a una traqueotomía. No son los únicos que se aferran a esta cánula que da vida. Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico y otros también pueden contar en algún momento con esta vía aérea artificial, que requiere un cuidado muy especial.

Profesionales del Hospital Clínico Universitario de Valladolid han desarrollado un conjunto de recomendaciones sobre el cuidado del paciente traqueotomizado. Hasta el momento no existía un protocolo y se actuaba en función de la prescripción del médico responsable del paciente. La cuestión, según explica el coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos, Felipe Bobillo, es que los profesionales tenían «cierto miedo» a estos pacientes y cuando salían del «paraguas protector» que hay en las unidades de cuidados intensivos no existía seguridad. «En planta tenían complicaciones muy graves por la falta de vigilancia y en ocasiones podían morir por un simple moco».

Bobillo acudió a la dirección del centro para informar sobre la situación de desamparado en la que se encontraban estas personas. En ese momento, José Ignacio Benito, del Servicio de Otorrinolaringología, también comentó el mismo problema y juntos decidieron buscar la solución. El primer paso fue impartir cursos por las tardes para aprender todo lo que rodea a este procedimiento. «Veíamos que la rentabilidad era muy pequeña porque el hospital tiene mucho movimiento de personal y no terminaban de calar». Así que decidieron organizar las charlas-taller dentro del horario laboral y, además, analizar los protocolos que se seguían en los diferentes hospitales de todo el mundo. Con toda la información elaboraron uno propio que pusieron en marcha en 2014. Desde ese año la mortalidad en personas que tienen una traqueotomía se ha reducido «del 20% al 9%», manifiesta Bobillo.

¿En qué consiste esta especie de manual de instrucciones? Benito expresa que se establece una serie de pautas, entre las que se encuentran, utilizar las mismas cánulas que se usan en la UCI, a los pies de la cama colocar los registros que indiquen en qué situación se encuentra el paciente en relación con su cánula, cómo hay que limpiarla, cambiarla o cuándo es el momento idóneo para quitársela y que empiece a comer sin riesgo de aspiraciones que deriven en una infección mortal, y algoritmos para situaciones de urgencia. A los cursos y las recomendaciones que tienen que seguir médicos, enfermeras y auxiliares, se suma la visita semanal de los doctores José Ignacio Benito y Felipe Bobillo y la enfermera Sonia de Juana. Esta particular patrulla visita a todos los pacientes traqueotomizados para ver en qué estado se encuentran y si el material y la información está actualizada de acuerdo al protocolo.

«Esto sirve también para que los familiares tengan una referencia y puedan preguntar dudas y comentar con nosotros la situación», señala el coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos. Las enfermeras, por su parte, pueden consultar en cualquier momento a través del programa Gacela los aspectos que no tengan claro. Pero el que más se beneficia del proceso es el paciente. «La seguridad es el principal objetivo», recalca el otorrino del Clínico.

Hay que tener en cuenta, agrega Bobillo, que los pacientes con traqueotomía tienen menos defensas que un lactante, ya que los bebés si tienen hambre o les duele algo lloran. Por el contrario, estas personas no pueden hablar y muchos de ellos, los neurológicos, ni moverse, así que pueden ahogarse sin que nadie se dé cuenta. «La intención es que juntos podamos controlar el proceso y decidir cuándo es el mejor momento de la deglución», sostiene. Esto es posible gracias a que los intensivistas han salido de su zona. «Ahora vemos las consecuencias de las traqueotomías. Muchas veces se hacían para que salieran de la UCI lo más rápido posible, pero ahora lo pensamos mucho viendo las complicaciones que se pueden dar en planta», reconoce Felipe Bobillo. De hecho, se ha pasado de realizar 30 a 10 al año.

En este sentido, Benito indica que las traqueotomías se tienen que hacer cuando son «absolutamente necesarias» y «poner en la balanza» los pros y los contras. Por este motivo, trabajar juntos ayuda a aprender unos de otros y encontrar la mejor solución tanto para el paciente como para el hospital.

La traqueotoquía percutánea es un procedimiento quirúrgico que se «realiza en menos de 10 minutos». Hasta su introducción, esta técnica sólo la llevaban a cabo los otorrinos. «Los intensivistas decidimos salir de nuestra zona porque venían menos enfermos. Entonces, abrimos las puertas de la UCI y empezamos a conocer a los enfermos. Tenemos que dejar de hacer doctrina en los púlpitos y estar más con los feligreses», incide Bobillo. Esta opinión también la comparte el doctor Benito, quien comenta entre risas que «los intensivistas abandonaron la cúpula para bajar con el común de los mortales».

Desde hace tres años UCI y Otorrinolaringología trabajan conjuntamente en la aplicación de este protocolo, en el que la aceptación y colaboración de todo el personal sanitario implicado, permite mejorar la seguridad del paciente portador de cánula traqueal.

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