Diario de Valladolid

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‘Trajes a medida’ para reparar la aorta

El Clínico emplea una técnica personalizada basada en reconstrucciones en 3D del vaso arterial enfermo / Reduce la mortalidad de pacientes con aneurisma del 80 al 10 %.

Carlos Vaquero, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en su despacho.-J. M. LOSTAU

Carlos Vaquero, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en su despacho.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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Es el vaso sanguíneo más importante del cuerpo humano. Tiene un diámetro de tres centímetros. La aorta es el conducto que transporta la sangre desde el corazón hasta las extremidades. En su periplo surte al hígado, bazo, páncreas, intestino y riñones de esa gasolina que les permite funcionar de forma correcta. Hay paradas de suma importancia, donde emergen ramas que si enferman hay que repararlas rápidamente para no poner en peligro la vida de la personas. Sin embargo, el tratamiento es «de elevada complejidad», lo que deriva en alta mortalidad en los procedimientos.

Para hacer frente a un aneurisma (dilatación) en la aorta, el Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid emplea una compleja técnica de cirugía mínimamente invasiva –cinco horas de quirófano–, denominada endoprótesis con ramas, que ha logrado reducir la mortalidad de pacientes con esta dolencia del 80 al 10 %.

La estrategia, según cuenta Carlos Vaquero, jefe del departamento, se basa en un sistema de tubos realizados por un equipo de ingenieros gracias a reconstrucciones en tres dimensiones del vaso arterial enfermo. «No hay dos iguales y se fabrican según la forma de la lesión o de la arteria que se vaya a tratar», aclara. Cada años se realizan una media de 14 intervenciones de este nivel en una veintena de hospitales en toda España.

Las técnicas antiguas consistían en abrir al paciente por el tórax y abdomen, desde la axila hasta la ingle, llegar a la aorta que está en una zona de difícil acceso, cerrar el paso de la sangre por el canal del cuerpo humano, recambiar este conducto por un tubo de plástico y, posteriormente, ir uniendo cada rama a ese tubo de plástico. «Una intervención muy larga, agresiva y con altas cifras de mortalidad, lo que la convertía en poco resolutiva», asegura.

Así que este equipo vallisoletano intentó buscar una alternativa. De esta forma, surgió el procedimiento basado en trajes a medida. El primer paso para la colocación de este atuendo es acceder a la zona a tratar situada cerca de la columna vertebral mediante la introducción de unos dispositivos tubulares desde la región inguinal utilizando la artería femoral o desde el brazo usando la arteria humeral. Luego, se avanza con los sistemas tubulares, plegados y alojados en una pequeña cámara, y cuando se expanden cubren la zona afectada, tapizando el interior de la aorta enferma, y posteriormente se montan como «si fuera un mecano» –conexiones a ese tubo principal y a todas y cada una de las arterías que nutren a las vísceras de la zona–, pero «con poca agresión quirúrgica».

Para el jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Clínico, es un método innovador porque elimina el conducto enfermo y «reemplaza» las técnicas de unión con sutura e hilo por «una reparación interna» que se ajusta a las necesidades de cada paciente. En este sentido, explica que, una vez detectado que es un aneurisma de aorta con afectación de las ramas nutricias de las vísceras de la zona, se realiza «un estudio muy fino y preciso» con escáner. Con la exploración en mano, el departamento la valora con un programa informático y estudia las posibilidades de tratamiento. El último paso es trasladar esa información a los ingenieros para que elaboren un dispositivo teniendo en cuenta factores, como son las longitudes que se van a cubrir, el grosor del tubo de plástico que se va a implantar, los ángulos de salida de las ramas que irán a las arterias de las vísceras, entre otros.

«Se convierten en trajes a medida para vestir internamente a la arteria que pretendemos tratar», especifica. La empresa facilita los planos con las especificaciones, además de un modelo plástico, en el que se reproduce la lesión y también un prototipo de prótesis que pretende ser el que se implante al paciente. «Se prueba un día en quirófano, colocando este prototipo en el modelo de simulación en plástico de la aorta y valoramos los posibles inconvenientes hasta lograr pulir el modelo, que es el que se implica al enfermo», expone Carlos Vaquero.

Esta tecnología se basa en la exclusión de la lesión, es decir, la arteria se aísla para evitar el crecimiento del conducto biológico. Se realiza a través de unos tubos compuestos por aleaciones metálicas de última generación, como son el nitinol –una mezcla de níquel y cadmio–, y cubiertos de una tela de poliéster. En este procedimiento, tal y como comenta, hay actuaciones complementarias, como es el sellado de los conductos para que no pierdan sangre mediante la aplicación de balones de dilatación.

En su opinión, la gran ventaja de la estrategia es poder tratar al enfermo con este tipo de patología de una forma eficaz y, sobre todo, con menos riesgo y mortalidad. «Cualquier inversión en medicina siempre sale rentable, si hay en juego la salud de la población», sostiene, antes de recomendar que lo que tiene que hacer la sanidad es no despilfarrar en el desarrollo y economizar en otros gastos sociales, como festejos, ornamentación, etc.

De cara al futuro, el doctor avanza que seguirá trabajando en aquellas actuaciones que optimicen el tratamiento en la atención a los enfermos. «Nos entusiasma lo nuevo, que intentamos aplicar, evidentemente, con prudencia después de la constatación de su efectividad. Nunca nos cerramos a nada y como jefe del Servicio debo tener la misión de ilusionar e incentivar a todos los integrantes del mismo que quieran desarrollar actuaciones innovadoras», sentencia Vaquero.

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