La ingeniera que doma las obras

Brillante en su estilo y conciliadora en sus actos. Susana del Pozo estudió Ingeniería Técnica de Obras Públicas en la Universidad de Salamanca (USAL) con un aprovechamiento excepcional. Su máxima es el buen hacer, y sus divisas son las miles de horas de trabajo. Enganchada a la curiosidad que le depara todo lo que la rodea, se encarga de domar las obras y, sobre todo, el agua, el bien más preciado de la tierra. Precisamente, esa curiosidad fue la que le llevó a matricularse en una carrera, que según reconoce, tenía buenas perspectivas laborales en aquel momento.

Cursó sus estudios en el campus de Ávila, su ciudad natal, donde vive y de la que solo se ha ausentado durante tres meses, en los que realizó una estancia en la Universidad Tecnológica de Delft. Tras licenciarse, decidió hacer un máster en Prevención de Riesgos Laborales con el objetivo de complementar el currículo y tener una mejor posición para dar el salto al mundo laboral. De forma paralela, surgió una beca de colaboración con Iberinco, la filial de ingeniería y construcción de Iberdrola, para el modelado CAD 3D de subestaciones eléctricas. Esta labor la realizó desde las instalaciones de la universidad abulense, donde conoció a los que más tarde se convirtieron en sus compañeros.

«Fue esa vinculación con la universidad y ese roce con el mundo de la investigación los que fueron alimentando el deseo de continuar con mi formación profesional», apunta. Por ello, decidió matricularse en el programa de doctorado.

Del Pozo optó por la radiometría, es decir, el análisis de la radiación electromagnética que va más allá de lo que el ojo humano ve. «Esto suponía un gran reto personal dada mi experiencia y estudios de ingeniería», comenta, muy emocionada. De hecho, este particular reto le ha llevado hasta lo más alto. El Comité Internacional de Documentación del Patrimonio Cultural le ha otorgado el premio a la mejor tesis 2016. Un galardón para «una carrera de fondo» que estuvo a punto de abandonar en infinidad de momentos. «Conseguir superar esos momentos de dificultad y bajón emocional reporta mucho aprendizaje y conocimiento personal. Esto no habría sido posible sin el apoyo de mis directores de tesis, familia y amigos que estuvieron al pie del cañón», expone la investigadora.

En la actualidad, Susana del Pozo se encuentra inmersa en dos proyectos dentro del grupo de investigación sobre Tecnologías de la Información para la Digitalización 3D de Objetos Complejos de la USAL. Por un lado, participa en Revela-Duero, una iniciativa nacional para crear un sistema de información geográfica, «versátil y potente», capaz de integrar información satelital, datos agroclimáticos, inspecciones de campo y delimitación parcelaria, y procesar esa información y obtener resultados que permitan llevar a cabo tareas de control y gestión de parcelas regadas, volúmenes de agua extraída y estimación de los cultivos existentes en la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

«El proyecto es muy ambicioso, ya que va a abarcar la demarcación más extensa de la Península Ibérica, comprendiendo el territorio de la cuenca hidrográfica del río Duero, las aguas de transición del estuario de Oporto y las aguas costeras atlánticas asociadas», opina.

Por otro lado, la abulense colabora en el CHT2, un proyecto europeo que persigue evaluar los cambios sufridos por el patrimonio cultural con el tiempo. Para ello, detalla, se plantea la fusión de información tanto histórica como actual sobre el elemento patrimonial en cuestión dentro de un entorno de gestión y visualización web, en el que mediante modelos en tres dimensiones se pueda ver la evolución del mismo con el paso del tiempo. De esta forma, se consigue salvaguardar el patrimonio cultural mediante la creación de modelos en cuatro dimensiones del patrimonio; diseñar estrategias sostenibles para la protección, monitorización y gestión del patrimonio cultural, y dar difusión al patrimonio cultural a través de internet, enumera Susana del Pozo. Además, apunta que se está aplicando en cuatro casos de estudio: Circo Romano y centro de Milán, Muro de Adriano en Reino Unido, Fortificación de la Ciudad de Cracovia y las murallas de Ávila.

Entre sus trabajos también destacan estudios sobre la diferenciación de tipos de rocas y minerales en macizos rocosos; así como evaluaciones del estado de degradación de materiales de construcción en edificios históricos producidos por humedades, entre otras líneas y todas ellas desarrolladas por medio de la aplicación de diferentes geotecnologías.

Respecto a la investigación y la innovación en Castilla y León, opina que «se echan en falta» ayudas para las universidades, no obstante, valora de forma positiva que la Junta haya creado un programa para fomentar la investigación y el marco de vinculación universidad-empresa. En este sentido, afirma que «el futuro es alentador».

En su opinión, la crisis no entiende de edades, pero los peor parados son los jóvenes, sobre todo, los que todavía no se les ha brindado la oportunidad de desenvolverse en el mundo laboral. «Y es que esta generación, llamada por tantos millennials, aún cuando ha crecido en la abundancia y se caracteriza por tener un alto nivel de estudios, se ha encontrado con una situación económica desfavorable nada más graduarse y mientras desarrollaba sus estudios», lamenta.

Del Pozo considera que la sociedad sí que premia la innovación y el talento. Buena parte de ese reconocimiento se debe, tal y como comenta, a los medios de comunicación que difunden la labor de los grupos de investigación y hacen que sea conocida en todo el mundo gracias a su publicación no sólo en formatos analógicos sino digitales.