Manolín echa la partida con los cofrades

Los costaleros de la Semana Santa siempre han jugado un papel importante en la evolución de las cofradías. «Derecha, adelante, izquierda y atrás». Es una frase que escuchan durante siete días a ritmo de cornetas y tambores. No es un trabajo fácil, pero la devoción saca fuerzas de flaqueza. Su labor es ponerse debajo del paso y deambular por las calles de la ciudad. Si se traslada esa escena a internet aparece un personaje que cuenta con una legión de seguidores formada por más de 10.000 personas. Éste es Manolín, el costalero. Y ahora quiere saltar a los videojuegos.

Su autor es Vicente Martín, un dibujante salmantino que dio vida a este fenómeno que ha tenido «una gran aceptación» en todas las partes del mundo. Por este motivo, en unos meses subirá a su página web –www.manolinelcostalero.com– cuatro pantallas del juego para que todo aquel que le apetezca, pueda disfrutar y jugar desde casa.

«En un principio, el nivel de dificultad es sencillo, pero se incrementa a menudo que pasas de pantalla», apunta Martín. Para el diseño de las plataformas se ha tomado un modelo similar a una trabajadera –estructura interna de los pasos– con sus módulos de varios tamaños y con distintos niveles y suelos.

En cuanto a los decorados, señala que forman parte del universo de Manolín. «Edificios emblemáticos y con nubes, lo que aporta un gran efecto visual», puntualiza, antes de añadir que todo el juego estará combinado con «un amplio abanico de personas» que conforman el mundo cofrade a los que Manolín no puede tocar para no perder la partida. Desde un nazareno a un músico, pasando por un saetero y llegando a un capataz. De momento, aclara que los personajes y hermandades que formarán parte la nueva aventura de esta simpática figura están en proceso de selección para «ajustar las más interesantes y conocidas» a esta primera versión.

La idea del artista charro es solicitar ayuda de inversores y empresas para poder generar este entretenimiento virtual en todas sus versiones para Android. Según reconoce, razones no faltan para respaldar este proyecto innovador. Aparte de por sus componentes –«gráficos espectaculares y animaciones divertidas», apostilla–, la temática es «un tanto especial», remacha.

«Estudié en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca y la idea de que Manolín fuera un niño costalero me fascinó desde el principio. Para crearlo me inspiré en las cosas cotidianas de la vida, en vivencias y acciones que, como actor, dibujante y padre, me ha tocado vivir», cuenta.

El producto tiene parte tecnológica, pero también una faceta artística que, en su opinión, es lo que diferencia a un videojuego de otro. La historia gira alrededor de Manolín y cómo éste tendrá que recoger gotas de agua para los sedientos costaleros sin molestar a los cofrades. En cada pantalla, el jugador se encontrará con una hermandad distinta y diferentes personajes. «Queremos dar un toque divertido a la Semana Santa».

La primera versión estará disponible en unos meses. Eso sí, su lanzamiento al mercado dependerá de las empresas que apuesten por la idea. «Aun estamos intentando llamar la atención de las grandes firmas. De momento, se están creando las animaciones, los decorados y diseños de los personajes, fase con la que yo personalmente disfruto mucho», sostiene Vicente Martín.

La idea surgió a principios de año, cuando el salmantino decidió comenzar esta aventura por «el fascinante mundo de los videojuegos» acompañado por el ingeniero informático Pablo Martín. «Mano a mano, entre los dos, comenzamos a darle forma a esta nueva faceta de mi popular personaje».

Los planes, de momento, son a corto plazo «centrar nuestros esfuerzos en Manolín» y luego ya se verá, afirma el diseñador charro, quien agrega que, en principio, están abiertos a todas las posibilidades y tienen capacidad para afrontar cualquier reto siempre que esté dentro de su estilo y la forma de ver el mundo de la animación y los videojuegos. Al mismo tiempo, están trabajando en el nuevo cómic, que verá la luz en otoño y recoge las aventuras de este singular personaje.

Vicente Martín es un amante del dibujo y el costal. Siempre que su profesión se lo ha permitido, ha disfrutado de ambas, por lo tanto Manolín, al que considera como un hijo, tenía que aparecer tarde o temprano. Es un costalero de seis años que pertenece a una familia profundamente sevillana y con raíces costaleras.

Aunque todos sus trabajos van unidos al humor, asegura que sus viñetas son «muy blancas», para toda la familia, y que tratan el tema con el máximo respeto. Sus historias pueden seguirse en su página web, Facebook y Twitter que actualiza a diario.

Lo curioso es que Martín, además de artista, es actor, pertenece a la compañía salmantina Spasmo teatro, y animador, por ejemplo, realizó los títulos de crédito animados de Yul, el primer corto de Rodrigo Cortés, con el que ha colaborado en varios trabajos más. También ha publicado viñetas en periódicos y suplementos. En su cartera de trabajos figuran distintas campañas de diseño corporativo y exposiciones con sus dibujos como Rostros de la Pasión. Por todo ello, ha recibido, entre otros galardones, la mención de honor en los premios San Marcos en la modalidad de Audiovisuales.