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SOSTENIBILIDAD

Cartones que ‘iluminan’ y sirven de asiento

Una empresa vallisoletana confecciona muebles y objetos de decoración realizados cien por cien con esta materia prima reciclada / Un mobiliario que, además de ligero, económico y ecológico, es resistente y exclusivo.

Luis del Hoyo, María Dolores del Hoyo y Ricardo Núñez en la tienda de decoración Bersos de cartón de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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Una caja de una televisión de 50 pulgadas hoy es una lámpara que luce en el salón de alguien. Y un montón de envoltorios de zapatos se han convertido en una silla. Más allá de modas, de la cultura del comprar y tirar, el sector del mueble se suma al carro de los artículos sostenibles. El mobiliario de segunda mano da a luz piezas que aportan su grano de arena a la ecología.

Pero ¿qué dirían si esos productos están hechos solo con retales de cartón? Seguramente alucinarían. Pues, aunque piensen lo contrario, existe una firma de interiorismo que se dedica a confeccionar piezas únicas realizadas cien por cien con esta materia prima. Bersos de cartón es una empresa made in Valladolid que plasma en sus muebles y artículos de decoración funcionalidad, reutilización y originalidad.

Ricardo Núñez y Luis del Hoyo, pintor y arquitecto, respectivamente, vieron una oportunidad en la elaboración de mobiliario con este material y gracias a un periodo de dos años de ensayo y error y con sus familiares de conejillos de Indias, han conseguido forjar un proyecto propio que tiene como meta conquistar el mercado internacional, principalmente los países nórdicos, y País Vasco y Cataluña, «comunidades que apuestan más por estas compras».

Estos emprendedores abarcan todo el proceso: realizan un boceto a mano y planos de los que extraen una plantilla para trabajar de forma más precisa; elaboran una estructura interna y ensamblan los materiales que ellos mismos cortan, formando así el armazón, y montan en el destino. Además, los artistas personalizan cada pieza con colores, serigrafías y grabados.

Su modus operandi es el siguiente: visitan el lugar o analizan una fotografía del espacio; estudian las características, gustos y necesidades del cliente, y en su taller elaboran piezas «cálidas y vivas», señala Del Hoyo, quien tiene claro que cada artículo es único e irrepetible. «Huimos de lo convencional y de producir en serie. Es verdad que de cara a estas fechas contamos con series limitadas, pero en general diseñamos productos exclusivos». En su web hay «un catálogo de pinceladas» para que el público vea lo que son capaces de hacer, pero el cliente solicita su ayuda y ellos adaptan una idea a un espacio, expone.

La elaboración, según cuenta, depende del producto final. «No hay técnicas mejores, ni peores, todo depende de cómo se utilicen y así conseguimos artículos adaptados a nuestras necesidades». El resultado final es fruto de tres caminos. Por un lado, las láminas se pueden pegar. Por otro, se pueden ensamblar. Y la tercera opción es una pasta de cartón que puede llegar a utilizarse como baldosa debido a su impermeabilidad.

Las ventajas de este mobiliario es que, además de ligero, económico y ecológico, es resistente. Además, sostiene Luis del Hoyo, al cartón se le puede dar el tratamiento que se quiera. «Te da muchas más posibilidades que la madera o el vidrio», manifiesta. La ligereza es otro valor añadido. También dice que se puede mojar porque respetan la composición del material pero aplicando productos para hacerle resistente al agua.

De su taller salen lámparas, mesas, sillas, bancos, relojes, altavoces, taburetes... Y la materia prima la obtienen de la calle y de lo que la gente les lleva al centro de operaciones situado en la calle Acibelas. Eso sí, cuando los pedidos son grandes como, por ejemplo, un banco adquieren el material en una cartonera de la capital del Pisuerga. Detrás de cada mueble hay «un importante proceso de trabajo».

«La gente se sorprende mucho, porque no se imagina que hagamos productos con un material como es el cartón», comenta el arquitecto, que asegura que su principal motivación es confeccionar artículos bellos. «El diseño es fundamental para nosotros. Realizamos objetos útiles». Por este motivo, no descartan investigar otros como puede ser la seda.

Bersos de cartón vende sus creaciones a través de su página web y en su taller. No obstante, Luis del Hoyo reconoce que el local no es una tienda al uso, es «un punto de encuentro» para que el cliente pueda ver lo que este equipo –formado por cuatro personas– es capaz de hacer. La intención de Núñez y Del Hoyo es vender sus creaciones a través de los profesionales de la decoración y el interiorismo. «Son nuestro canal. De hecho, muchas veces no nos enteramos ni quién es el cliente final porque lo gestionamos a través de ellos», explica.

No son los únicos del mercado que diseñan y fabrican muebles de cartón, pero sí que son los únicos que ofrecen artículos asequibles. «Estamos en medio del lujo y los muebles de Ikea. Somos conscientes de lo que cuesta, pero también queremos que cualquier persona pueda permitirse una de nuestras creaciones».

Sus proyectos de futuro pasan por consolidar una empresa que nació de un puñado de ilusiones y quiere conquistar el mundo. El entramado empresarial se tejió gracias al trueque. Estos compañeros de viaje han pagado a sus colaboradores con sus propios productos. El dinero recibido por un plan de negocio, el blog o la identidad visual ha podido ser un reloj, una lámpara o una mesa.

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