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PERSONAJES ÚNICOS / ANTONIO HOYUELA

El constructor de paisajes

Este arquitecto de la UVA trabaja en un proyecto para recuperar la historia y la cultura del periodo de la Unión Ibérica en Brasil / Ha recibido una mención en la II Bienal de Arquitectura de Paisaje, en México, por el Plan Director del Parque Municipal de Belo Horizonte.

Antonio Hoyuela, arquitecto de la Universidad de Valladolid (UVA).-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Es el cantor de los parques y jardines. Del asfalto y de los edificios. Sus creaciones dialogan entre el cielo y el suelo, y generan consenso. Y sus ojos miran más allá de los objetos y dibujan en su mente cientos de posibilidades. Antonio Hoyuela es arquitecto y con su lápiz traza fantasía y realidad, placeres efímeros, sueños, barrios de placer y distintos asuntos de la vida cotidiana.

Los trabajos de este profesional que nació en Santander son reflejo de un palpitar a ratos urbanos, a ratos rural. Todas sus creaciones estimulan los sentidos. De hecho, ya lo hacían cuando sólo tenía 14 años. Dibujaba casas, fortalezas, ciudades y paisajes con la única aspiración de dejar con la boca abierta a sus progenitores. Por ello, siendo solo un adolescente decidió que estudiaría Arquitectura. Y lo cumplió. Se licenció en la Universidad de Valladolid (UVA) y, petate a la espalda, recorrió el mundo para conocer edificios, arquitectos, obras de paisajismo, urbanismo y ordenación del territorio.

Otra de sus pasiones, unida al arte de proyectar y construir, es la cartografía, a la que dedica gran parte de su tiempo y sus conocimientos. Es profesor de cartografía histórica y digital. Como investigador siempre orienta sus trabajos hacia el urbanismo. Es verdad, según reconoce, que nunca ha ejercido como docente en esta materia, pero participa en muchas conferencias a lo largo y ancho del planeta que le permiten estar en contacto con los principales equipos y líneas de investigación.

Tras ostentar diferentes cargos en asociaciones relacionadas con su profesión, en 2010 entró en la Asociación Española de Paisajistas. Allí cambió su percepción del mundo. Aprendió a buscar en el paisaje la expresión de la conjunción de sus intereses y conocimientos, y un instrumento con el que entender y ordenar el territorio y la ciudad en sus diferentes escalas, expresiones y percepciones. A día de hoy se siente más paisajista que arquitecto. Por su venas fluye la escala urbana y territorial, y la escala de parques y jardines.

Tocado por la crisis económica, Hoyuela supo modificar el rumbo de su vida para trabajar en lo que de verdad le gusta. En 2013, cruzó el charco y creó una empresa en Brasil dedicada a la ingeniería, a la arquitectura, a reconocer el título de arquitecto y urbanista, y a desarrollar importantes trabajos. «Brasil, en aquel momento, crecía a un ritmo del 3% y llegó al 7,5% en 2010», manifiesta el santanderino.

Así que poco a poco, y gracias a sus conocimientos y a su buen hacer, se fue abriendo paso, incluso en 2015, consiguió colarse dentro de un grupo de asesores expertos y especialistas en patrimonio cultural, «en los que hay muy pocos extranjeros, y de cuya condición me siento enormemente orgulloso», sostiene muy emocionado.

A día de hoy no se arrepiente de ahondar en otros caminos lejanos a su país natal. El proyecto en el que está trabajando en la actualidad se encuentra enmarcado en el contexto de la Ley Rouanet. Brasil Hispánico –así se llama la iniciativa– intenta recuperar la historia y la cultura del periodo de la Unión Ibérica en los brasiles. Está apoyado por la embajada brasileña y la española, por el Instituto Cervantes, por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, por el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico de Brasil y por el Ministerio de Educación y Cultura de Brasil. También está trabajando en el desarrollo de más de 120 acciones previstas en el Plan Director del Parque Municipal de Belo Horizonte, por el que recibió una mención en la II Bienal de Arquitectura de Paisaje, en México.

En el ámbito del urbanismo, ha trabajado en múltiples proyectos. Fue director y coordinador de los equipos que realizaron el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valladolid aún vigente y el plan de ámbito regional del Valle del Duero. Una experiencia interesante, en su opinión, fue la dirección de las normas urbanísticas de San Cebrián de Muda, donde trabajaron con un ayuntamiento pionero en el desarrollo rural de montaña. También ha dejado –y deja– su sello en materia de ordenación del territorio, rehabilitación y planificación cultural.

Su siguiente paso será crear una fundación llamada Ecoinno, dedicada a promover la innovación desde la perspectiva ecológica y funcional. «Queremos crear puentes entre España y Brasil y, por tanto, tendrá sedes en Valladolid y Río de Janeiro», señala, antes de añadir que el objetivo principal es la difusión de las buenas prácticas urbanas y territoriales comprometidas con el desarrollo sostenible y con la ecología en sus tres ejes: ambiental, social y económico.

Por otra parte, Antonio Hoyuela opina que se han separado «demasiado» las políticas de innovación y las de investigación de Castilla y León, de las realidades económicas, sociales y ambientales. «Hemos burocratizado estas parcelas hasta extremos cercanos al colapso. Quizá por eso, nuestra experiencia ha estado más unida a proyectos nacionales e internacionales, de mayor escala, mejor valorados, y donde buscamos experiencias y contactos de mayor valor añadido», reflexiona.

A su juicio, el desafío de las políticas autonómicas reside en resolver las necesidades más básicas como la pobreza y el hambre, la educación, y la participación pública en los asuntos que afectan a la salud, la desigualdad, la sostenibilidad del medio ambiente y del paisaje. «Hablamos de smart cities sin entender los fundamentos del urbanismo, de la ciudad y del territorio, intentando crear nuevas herramientas y soluciones que no tienen relación con sus entornos, ni con sus gentes».

Otro desafío es, tal y como indica, integrar a la comunidad en redes nacionales e internacionales de innovación y desarrollo. «Tenemos que unir las iniciativas del sector público con el privado porque juntas tienen un espacio en el marco internacional y global, aisladas no», expone el arquitecto. En este sentido, dice que su equipo está intentando promover por ejemplo un clúster de empresas en el área de las tecnologías geoespaciales y no lo consigue.

A punto de cumplir 50 años, Hoyuela manifiesta que la crisis ha tocado todo. Y uno de los puntos más calientes que se ha llevado por delante es, según sostiene, el mantenimiento de las grandes empresas y la pérdida de profesionales competentes que acumulan un «gran conocimiento» y «saber hacer» en múltiples sectores. «Todo eso ha sido especialmente importante entre el colectivo dedicado en todas sus dimensiones a la economía inmobiliaria, mal llamada del ladrillo», subraya.

Respecto a si la sociedad valora el talento y la innovación, afirma que una parte de ella sí que lo hace gracias al uso de las redes sociales, de internet y de las herramientas para la difusión de la información. De hecho, considera que los profesionales deben apoyarse en esos instrumentos para convencer y desarrollar nuevos proyectos. No obstante, asegura que cada día hay que explicar que la innovación no sólo radica en la tecnología sino también en el tiempo y en el espacio. «Tenemos que aprender a ser generosos, ya que la innovación y el talento nacen en climas de trabajo colaborativos donde es muy importante la labor del equipo y del contexto creativo», concluye Antonio Hoyuela.

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