SOMOS CASTILLA Y LEÓN
Iberdrola, su ‘efecto tractor’ en la economía de Castilla y León
Iberdrola refuerza su apuesta por Castilla y León, que se consolida como un centro relevante de desarrollos renovables en el ciclo inversor del grupo a 2025 / La tecnología hidroeléctrica de bombeo es actualmente el sistema más eficiente para almacenar energía a gran escala
Las grandes empresas tienen la capacidad de ejercer un efecto tractor sobre el resto de las organizaciones que consigue multiplicar los impactos positivos sobre el mercado. Al promover las políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), este perfil de compañías impulsa a su vez la creación de valor, la generación de empleo, la excelencia y la competitividad entre sus proveedores. Consciente de ello, Iberdrola, tras reformular su sistema de gobernanza y sostenibilidad en torno a los criterios ASG (medioambientales, sociales y de gobernanza, o ESG, por sus siglas en inglés), ha decidido dar un paso más allá y extender este compromiso a sus más de 22.000 proveedores en todo el mundo, a los que realiza compras por valor de 20.000 millones de euros al año.
En el caso de Castilla y León, aportó 1.183 millones en 2022, lo que supuso un incremento del 47% respecto al ejercicio anterior, efectuó compras a más de 400 empresas por 236 millones y ejecutó inversiones por valor de 691 millones.
Iberdrola refuerza su apuesta por Castilla y León, que se consolida como un centro relevante de desarrollos renovables en el ciclo inversor del grupo a 2025.
BOMBEO HIDROELÉCTRICO, CLAVE DE FUTURO
La gestión eficiente de los recursos hídricos se ha convertido en esencial para la salud del planeta. Iberdrola se esfuerza en hacer un uso racional y sostenible del agua y afrontar los riesgos relacionados con su escasez. Para lograrlo, la compañía busca el método más adecuado para evitar afecciones y pone en práctica diferentes medidas encaminadas a un uso más sostenible del agua.
La tecnología hidroeléctrica de bombeo es actualmente el sistema más eficiente para almacenar energía a gran escala. Es más rentable y aporta estabilidad, seguridad y sostenibilidad al sistema eléctrico, al generar gran cantidad de energía con un tiempo de respuesta muy rápido, presentar un rendimiento muy superior a las mejores baterías del mercado y sin generar ningún tipo de emisión contaminante a la atmósfera.
Iberdrola es líder en almacenamiento de energía con una potencia de más de 4.000 megavatios (MW) instalados mediante esta tecnología y con más de 90 millones de kilovatios hora (kWh) de capacidad de almacenamiento, lo que supondrá un aumento respecto a 2018 de casi un 30%, 20 millones de kWh más, equivalentes a 400.000 baterías de coches eléctricos o a 1,4 millones de baterías para uso residencial.
Centrales hidroeléctricas como Villarino y Aldeadávila (Salamanca), las de Tâmega (Portugal) o el complejo de Cortes-La Muela (Valencia), la mayor instalación de estas características en Europa, son una salvaguarda para el sistema eléctrico.
En Castilla y León, la central de Villarino, en la presa de Almendra, es de vital importancia con sus 810 MW de potencia instalada reversible. Así, se genera energía hidráulica renovable y limpia para abastecer a casi medio millón de hogares, y crear un beneficio ambiental y social para las comunidades del entorno de la cuenca hidrográfica.
Esta central utiliza el desnivel de 400 metros entre los embalses de Almendra, el tercero más grande de España, y de Aldeadávila, ambos localizados en la provincia de Salamanca.
Este tipo de central eléctrica cuenta con dos embalses a distinta altura que permiten almacenar el agua en los momentos de menor demanda y aprovecharla para generar energía en las horas de mayor consumo para satisfacer toda la demanda eléctrica.
En las horas valle, generalmente durante la noche en los días laborables y los fines de semana, se usa la energía sobrante —que además en esas horas tiene un coste más bajo en el mercado— para elevar el agua contenida en el embalse situado en el nivel más bajo (1) al depósito superior por medio de una bomba hidráulica que hace subir el agua a través de una tubería forzada (2) y de la galería de conducción. El embalse superior (3) actúa, así, como un depósito de almacenamiento.
Durante las horas pico, es decir, durante el día, la central de bombeo funciona como una planta hidroeléctrica convencional: el agua acumulada en el embalse superior cerrado por una presa (4) se envía por la galería de conducción (5) al embalse inferior. En este salto, el agua pasa por la tubería forzada, en la que adquiere energía cinética que se transforma en energía mecánica rotatoria en la turbina hidráulica (6). A su vez, esta se convierte ya en energía eléctrica de media tensión y alta intensidad en el generador (7). Para la regulación de las presiones del agua entre las conducciones anteriores se construye en ocasiones una chimenea de equilibrio (8).
El paso siguiente son los transformadores (9), que envían la electricidad producida en la central por las líneas de transporte de alta tensión hasta llegar a los hogares e industrias de la red eléctrica (10) que la consumen. Por su parte, el agua, una vez generada la electricidad, cae por el canal de desagüe (11) hasta el embalse inferior, donde queda de nuevo almacenada.
Por todo ello, las centrales hidroeléctricas de bombeo son eficientes en el almacenamiento de energía, suponen una solución de larga duración, favorecen la integración de las energías renovables en el sistema y ofrecen una gran rentabilidad.
SOLUCIÓN PARA LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
El objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima – PNIEC de generar el 74% de la electricidad con energías renovables y la necesidad de incrementar las renovables para reducir la dependencia plantean un reto importante en la operación del sistema eléctrico, ya que la generación renovable es intermitente, además de estar sujeta a estacionalidad y al riesgo de vertidos. Esto hace que el sistema precise del apoyo de las tecnologías gestionables y el desarrollo del almacenamiento, que resultan imprescindibles para asegurar el suministro.
La compleja situación energética que afrontamos ha puesto de manifiesto que debemos reducir nuestra dependencia del gas natural y de otros combustibles fósiles. La única forma de conseguirlo es acelerar la transición energética y fomentar las energías renovables.
En este sentido, el bombeo tiene un papel fundamental puesto que permite flexibilizar la producción de energía renovable, garantizar su integración eficiente en el sistema eléctrico y aportar firmeza a la producción renovable. El bombeo permite utilizar el excedente o los vertidos de energías renovables para bombear agua al embalse superior, que posteriormente permitirá turbinar agua al embalse inferior para generar electricidad cuando no haya recursos de sol y viento (momento en el que se consumiría gas natural para generar electricidad). Además, el bombeo permite gestionar rampas de cargas y desvíos.
Consciente de los beneficios que el bombeo aporta al sistema, el PNIEC prevé instalar 3.500 MW nuevos de bombeo hasta 2030. Actualmente, en España hay 5.000 MW de bombeo instalado (2.000 MW de bombeo mixto y 3.000 MW de bombeo puro).
El bombeo es una solución madura, pero existen nuevos desarrollos tecnológicos que mejoran la flexibilidad y la eficiencia de las plantas, aumentan la viabilidad de emplazamientos o reducen los costes.
Hay distintas opciones para construir una instalación de bombeo:
- construyendo nuevas instalaciones
- creando un embalse superior en las inmediaciones de uno existente
- enlazando embalses existentes o reconvirtiendo centrales ya existentes con turbinas reversibles de velocidad variable. Esta última opción tiene importantes ventajas ya que supone reducción en costes, tiempos de desarrollo y menor impacto ambiental.
APORTACIÓN A LA ECONOMÍA NACIONAL
En España hay potencial para construir 10.000 MW de bombeo con coste inferior a 1.000 €/kW haciendo reversibles centrales de turbinado existentes (con un coste entre 150 y 500 €/kW) o conectando dos embalses existentes mediante grupos reversibles (con un coste entre 500 y 1.000 €/kW). Su construcción supondría una inversión de 8.000 M€ y la creación de 112.000 empleos/año (efecto directo) y habilitará inversiones en renovables de 10.000 M€ y 140.000 empleos/año (efecto inducido).
El 85% de la inversión en bombeo beneficiaría a empresas de construcción y de fabricación de bienes de equipo, con un elevado porcentaje de participación nacional y con empleo cualificado. Los proyectos contribuirían de forma directa y significativa a la reactivación de la economía local, con especial impacto en la “España vaciada”, dentro del marco de la Transición Justa.
SALAMANCA, CENTRO DE CONTROL DE LAS CENTRALES HIDROELÉCTRICAS
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado del CEO de Iberdrola Renovables Energía, Julio Castro, el alcalde de Carbajosa de la Sagrada, Pedro Samuel Martín, y el delegado de Iberdrola en Castilla y León, Miguel Calvo, ha visitado el Centro de Operación Hidroeléctrico de la compañía, una importante infraestructura que, desde la localidad de Carbajosa de la Sagrada a tan solo 3 kilómetros de la capital salmantina, realiza el control y la supervisión de todas las centrales hidroeléctricas que Iberdrola tiene en España.
Con una plantilla total de 52 personas, su diseño responde al concepto de operación telemandada de las instalaciones, disponiendo de modernos sistemas informáticos y de comunicaciones que permiten la operación segura y permanente, las 24 horas del día, los 365 días del año, como el auténtico comodín de la producción energética y el medio para asegurar que las necesidades de la demanda siempre sean satisfechas al instante.
Históricamente la operación de las centrales hidroeléctricas de Iberdrola en España se realizaba desde cuatro Centros de Operación de Cuenca (COCs): Sil, Tajo, Duero Norte y Mediterráneo. La tecnología de estos COCs era de finales de los años 90. En 2018, se inició la renovación de los sistemas y una reestructuración de la operación de las centrales hidroeléctricas, que ha tenido como resultado la unificación de los cuatro COCs en un único centro, denominado Centro de Operación Hidroeléctrico (COHI), situado en el centro de trabajo de Iberdrola del Polígono El Montalvo, en Carbajosa de la Sagrada, en la provincia de Salamanca.