La hora de los nombres
El partido de Copa del Rey frente al Astur dará la oportunidad de ver el estado de pesos pesados atados a la suplencia, como Machis, Amath y Marcos André / Kenedy, sancionado
Kenedy se lleva las manos a la cara ante el Villarreal.
Punto 1: Jugar ante un equipo de Primera Regional no supone para un futbolista de la élite confirmar nada positivo. Si acaso, lo contrario. Los que son invisibles en la Liga y continúan siéndolo en Copa frente a un rival de la sexta división española, sufren un serio problema.
Punto 2: Aun así, la visita del martes del Real Valladolid al Astur en Copa del Rey posibilitará comprobar grosso modo el estado de forma de tres de los cuatro llamados a ser puntales del equipo y que por ahora no son ni piezas de repuesto en su construcción, pese a que su ficha es propia de vigas maestras.
Este trío de decepciones lo forman Machis, Marcos André y Amath. Kenedy ni siquiera podrá sacarse la espina de su horroroso paso por la Liga, ya que está sancionado por su expulsión en Copa del Rey de la temporada pasada contra el Espanyol.
Entre los cuatro suman 828 minutos oficiales de juego de 3.960 posibles. Su contribución conjunta no llega al 21% del total de minutos jugados. Todos menos Kenedy están en la horquilla entre los 250 y los 300 minutos de Liga por cabeza, a pesar de que gradualmente han ido desapareciendo de las alineaciones. El jugador de ficha más elevada sólo ha disputado 7 minutos, incluidos los 2 oficiales ante el Villarreal.
Habrá que ver cómo encaja las tres piezas Pezzolano en la Copa, ya que es difícil, que jueguen simultáneamente. Lo más probable es que el entrenador coloque a unos como titulares y otros salgan desde el banquillo. En el caso de que alguno no juegue, el cisma está garantizado. Y quien aproveche sus minutos quizá tenga la posibilidad de aumentar sus opciones para jugar más en la Liga y, quién sabe, encaramarse como uno de los habituales en el once, tal y como debería ocurrir si las fichas reflejasen la importancia deportiva de cada jugador. Precisamente ante un rival endeble se nota más quién le pone ganas y quién no.
El caso del Real Valladolid es único en la Liga española. En ningún otro equipo hay tal cantidad de pesos pesados que sean casi anecdóticos en las alineaciones, con el agravante del reducido límite salarial del club blanquivioleta y su aún menor presupuesto anual. Si hay un equipo que no puede permitirse el lujo de perder jugadores llamados a ser sus referentes, es el pucelano. Tanto por cuestiones económicas como por las consiguientes limitaciones de su plantilla.
El encuentro frente al Astur, en el otro extremo de las necesidades, también puede servir para ver en acción a jugadores del filial que entrenan habitualmente con el primer equipo y apenas han jugado, como Maroto. También será una reválida para Chasco, más que aprobado en Vitoria; o Juma, desplazado con el retorno de Javi Sánchez. Pezzolano también puede decantarse por dar entrada a jugadores del Promesas como Arnu, Delgado e incluso Ortuño... además del lateral derecho Koke, para dar descanso a Luis Pérez.
El encuentro también puede servir de reivindicación a suplentes cuya condición es difícil de entender, como es el caso de Juric, a quien se echó especialmente de menos ante un Villarreal que se comió el medio campo blanquivioleta casi de principio a fin.