De mal en peor

En un San Lorenzo-River, el Loco Abreu regateó al portero y se encontró la portería para él solo. Se trastabilló al controlar el balón, cayó y lo mandó fuera. El comentarista televisivo, después de repetir su nombre con todos los tonos posibles de sorpresa, incredulidad y decepción, dejó después una frase histórica, con voz queda y resignada: «No lo marca ni en la repetición».

Algo parecido cabe decir de este Real Valladolid. «No juega ni en los amistosos». Y por supuesto, sale goleado. En el XLIV (44, para los de la Logse y posteriores) Trofeo Villa de Leganés había bajas reconocidas: internacionales y lesionados. Pero los suplentes habituales no aprovecharon la ocasión para reivindicarse cual maletilla que se tira al ruedo. Antes bien, algunos como Juric, una máquina de perder balones, demostraron que sentados durante los partidos están bien. Sólo Sylla apareció con algo de fuerza gracias a su gol, certero con el exterior del pie ante la salida de Soriano.

Pezzolano alineó a Ferreira en la puerta; Luis García, Juma, Ortuño y Torres en defensa, Kike, Maroto y Meseguer en la medular, con Kenedy y Anuar en los extremos, y Sylla en punta.

Estos, como ocurre en la Liga, demostraron que los errores ante rivales de la élite se pagan con la derrota. Cada fallo grosero casi costó un gol. Un córner botado por Raba fue cabeceado cruzado a la red por Sáenz, solo. Parecía la marca de Juma. Y no se sabe por qué Pezzolano no aprovechó para dar más minutos a la pareja Juma-Torres y que así se complemente menor, en vez de mandar al pucelano a la banda. Porque Rosa faltará un partido y esta pareja puede prolongarse en el tiempo, incluso con Cömert y Cenk bien. Cosas de entrenadores.

El tanto llegó tras un paradón de Ferreira a Miguel, que sacó un tiro seco tras un buen regate en el área. El Leganés olió la sangre y fue a por la presa. Casi marca en una acción que fue fuera de juego. El Pucela se estiró poco a poco y pasó a discutir el balón a los locales. Para Kenedy fue peor, porque se comprobó su extrema lentitud y las pocas ganas de reivindicarse. No se iba en ningún regate y no se llevó ningún balón dividido. Ya no se trata de falta de ritmo de juego, sino de no aguantar el tirón ni en el fútbol de peñas. Parece un prejubilado, eso sí, a razón de dos kilos por año. Menos mal que no los paga el Fondo de Pensiones.

En la acción más inteligente de los visitantes en todo el partido, Maroto sirvió un excelente balón entre líneas a Meseguer, que lo prolongó en profundidad a Sylla para el empate.

La ilusión por la remontada en la segunda mitad se cayó al suelo de dos sopapos al poco de reanudarse el juego. En el minuto 47 Juma comete un penalti tonto sobre Miguel, que hace todo por caerse.

Raba marca el 2-1 en el 48 y sólo dos después, Diego García recibe un balón en profundidad entre los centrales (ahora sí eran Juma y Torres, pues Chasco salió como lateral izquierdo) y fusila a Ferreira.

Con el 3-1 se acabó el partido, aunque el Leganés pudo marcar por medio de Raba, que disparó al palo, y Diego García, con un envío cerca del travesaño. Anuar tuvo el 3-2 en un tiro a bocajarro pero Alvin le sacó el balón.

El partido demostró que el Leganés está mucho mejor trabajado, con automatismos que, sin ser del otro mundo, parecen envidiables para el Pucela. También se comprobó que a los de Zorrilla cualquier error les cuesta la vida. Lo típico de un equipo que es pequeño hasta en los amistosos.

FICHA TÉCNICA

Leganés: Soriano (Alvin 46’); Alti, Porozo, Jorge Sáenz (Javi Hernández 66’), Franquesa; Solozábal (Fernando 66’), Chicco, Brasanac; Raba (Piri 88’); Diego García y Miguel (Munir 72’).

Real Valladolid: Ferreira; Luis Pérez (Rosa 46’), Juma, Ortuño, Torres (Chasco 58’); Maroto (Juric 46’); Kenedy (Iván Sánchez 46’), Meseguer (Martín 75’), Kike (Amallah 46’), Anuar (Amath 75’); y Sylla (Marcos André 46’).

Árbitro: Hernández Maeso.

Tarjetas amarillas: Juma.

Tarjetas rojas: No hubo.

Goles: 1-0 (9’) Jorge Sáenz; 1-1 (33’) Sylla; 2-1 (48’) Raba (p.); 3-1 (50’) Diego García.