La afición del Real Valladolid cambia y pone en la diana a Ronaldo
El descontento generalizado por la imagen de impotencia mostrada por el Real Valladolid en las primeras ocho jornadas focaliza su ira en Ronaldo y no en Pezzolano
Llueve sobre mojado. Era algo que se veía venir en un Real Valladolid, casualidad o no, empeñado en tropezar una y otra vez en la misma piedra. Si la pasada campaña, tras un verano compulso por el descenso a Segunda, la continuidad de Pezzolano en el banquillo y el cese del director deportivo Fran Sánchez en vísperas del arranque liguero, las aguas bajaron ya revueltas a Zorrilla, un año después la alegría por el retorno a Primera no ha cambiado el sentir de una afición cansada de tanto despropósito.
La pobre imagen y fragilidad mostrada por un Real Valladolid incapaz de competir pese al baldío empuje de su entrenador Pezzolano, empeñado en soplar para ver medio lleno un vaso que está medio vacío por no decir vacío, deja tras solo ocho jornadas disputadas al equipo con el cartel de ‘candidato para el descenso’. El buen arranque del equipo con cuatro puntos sumados en las tres primeras jornadas solo fueron una cortina de humo que tapaba las más que evidentes carencias del equipo, con lateral derescho, echo unos zorros en su eje defensivo, sin cerebro y sin pólvora en ataque pese al buen momento de Moro, único flotador del equipo.
La ira de la afición del Real Valladolid, que cargó sin piedad la pasada campaña contra Pezzolano una y otra vez e incluso después de lograr el retorno a Primera División, parece que cambia de foco, de diana, al entender que el entrenador poco o más bien nada puede hacer con una plantilla descompensada, con el menor valor de mercado de toda la Liga y predispuesta a sufrir al menos hasta el mercado de invierno.
La afición cambia su diana volviéndose, como se demostró en el último partido perdido en casa ante el Mallorca, contra el palco, contra Ronaldo Nazario y contra la directiva. El presidente y ‘propietario’ (entre comillas) del Real Valladolid está en el ojo del huracán de nuevo.
La afición, que sí respondió a la llamada del club tras el ascenso alcanzando el récord de aboandos en los 96 años de historia del club con esos 24.000 fieles, ha cambiado la diana para descargar su ira. Siguiendo el famoso «Lim go home» de condena en el Valencia contra el mandatario che, el ‘Ronaldo, fo home’ (Ronaldo vete a casa) sigue mortificando la figura del presidente no solo en el estadio con pancartas sino también en las redes sociales, donde no perdonan la aparente desidia de un presidente que quiere vender el club y por ende no quiere gastar. Una máxima que abre de forma obligada un interrogante. ¿Si en Primera no ha sido capaz de vender el club como lo va a hacer en el pozo de Segunda? La afición no perdona.
Ronaldo es culpable como lo es el director deportivo Domingo Catoira por su complacencia y por hacer creer (al menos de puertas hacia afuera) que la actual plantilla «es competitiva». Y en esa culpa, pese al cambio de diana de la afición, también tiene su parte en cierto modo Pezzolano por no haberse cuadrado cuando había que cuadrarse. Ahora ya es tarde.