Hara-kiri del Pucela que pone al pie de los caballos a Pezzolano

El que juega con juego acaba quemándose. Y el Real Valladolid y más concretamente su entrenador paulo Pezzolano no solo se quemaron que ni siquiera fueron capaces de jugar. Nueva decepción de un Real Valladolid impotente y timorato, con un solo tiro entre los tres palos (el del gol de Iván Sánchez en la prolongación) y de nuevo muy mal gestionado desde su banquillo. Porque Pezzolano, a las bravas, optó por poner el mundo por montera demostrando que no le importa lo que piensen los demás otorgando toda la responsabilidad a jugadores sin experiencia con una línea defensiva inmadura, que acabó haciendo aguas con errores impropios de un equipo de Primera.

Y para colmo de los colmos, un ex, Cyle Larin, le puso la puntilla con ese primer gol de calidad controlando entre líneas un centro de Dani Rodríguez para con un segundo toque con la puntera batir a Hein y poner el 0-1 en el minuto 14 de la segunda mitad.

Era el principio del fin porque el Real Valladolid, que fue capaz al menos de plantar cara en los primeros cuarenta y cinco minutos, sobre todo a partir del minuto 18 coincidiendo con un disparo de Latasa a centro de Moro que acabó impactando en el poste de la meta de Leo Román.

Es difícil de explicar que el Real Valladolid, primero que saltara al campo con el bozal en vez de estar dispuesto a morder a su rival, dejando la pelota al Mallorca. Fue esa jugada (¿cómo no?) de Moro que terminó escupiendo el poste derecho de la portería el que despertó a un Real Valladolid con pequeñas chispas de deseo por mediación de Machís, con un disparo envenenado a centro de Moro que se fue fuera (m.27) y desactivó al Mallorca que pareció perder su buen posicionamiento sobre el terreno de juego.

Las tablas al descanso y la tímida (solo tímida) reactivación del Real Valladolid hacía pensar en una mayor respuesta en la segunda mitad. Nada más lejos de la realidad porque el Mallorca, como hiciera en la primera mitad, salió con otra cara avisando de salida por mediación de Larin con un remate envenenado que acabó córner.

Todo comenzó a torcerse a los cinco minutos de la reanudación con la lesión de Luis Pérez, otra lesión en el equipo que invita cuanto menos a la reflexión, y que hizo que Pezzolano apostase por un doble cambio de Chasco e Iván Sánchez por el lesionado y el casi invisible Machís. Ocho minutos después se produjo el primer desajuste defensivo en un balón filtrado que ganó la espalda de Juma, hasta el momento acertado en los cortes, y David Torres. El gol de Larin (0-1), que pidió perdón a la que fue su afición, no hizo sino caldear el ambiente de Zorrilla, que comenzó a cargar contra Ronaldo y la directiva con cánticos de dimisión.

La reacción del Real Valladolid no llegaría entre otras cosas porque los cambios de Pezzolano, sobre todo el último haciendo debutar al joven Maroto y dejando en la caseta a jugadores como Amath, Marcos André o Meseguer, se convirtieron en un hara-kiri en toda regla. El Mallorca, nada exigido, se hizo con el balón y solo era una cuestión de tiempo que llegara la sentencia. Y es que con una defensa de ‘niños’ (Rosa, Torres, Juma y Chasco) todo podía pasar. Y así fue. Lucas Rosa, en otro error inaceptable perdiendo un balón en su área ante el acoso de Valery, regaló el 0-2 al jugador cedido por el Girona.

Inconcebible. Y Pezzolano dijo en la previa que su equipo era fuerte. ¿Fuerte de qué? En el añadido y en el único disparo a puerta Iván Sánchez maquillaba una derrota que pone casi sin querer a Pezzolano contra las cuerdas y a Ronaldo en una, en otra difícil tesitura. Porque ‘su’ Real Valladolid , visto lo visto, es carne de Segunda. Esa es al menos la apariencia.