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Con Moro no basta

Un gol del extremo, que entró tras el descanso al estar tocado, revive a un vergonzoso y esperpéntico Real Valladolid en la primera mitad

La aportación del único goleador blanquivioleta no es suficiente para puntuar tras un doloroso 2-0 en 36 minutos

Moro celebra su gol junto a Cenk.LALIGA

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Valladolid

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Decía Alfredo Di Stéfano, el mejor futbolista de la historia para muchos de quienes le vieron jugar a él y a sus sucesores, que ningún jugador es mejor que todos juntos. Si él mismo tiraba piedras contra su tejado, habrá que entender que es verdad.

Pero no siempre se sigue este guión. Es imposible comprobar que Raúl Moro fuese en Vigo mejor que todos sus compañeros juntos, pero sí fue quien cambió el partido. No lo suficiente para puntuar, pero sí para soñar con el empate y evitar una goleada que parecía más que factible tras la vergonzosa primera parte que perpetró el Real Valladolid.

En el minuto 36 ya perdía 2-0, pero pudieron ser más. Pezzolano se inventó la figura de Amath como carrilero, en una especie de 5-4-1, y el equipo se descompuso. No por el dibujo, que también, sino por su incapacidad de competir, llegando tarde a todos los balones divididos, siendo incapaz de encimar en los marcajes y sin ayudas entre jugadores. Eso, en el aspecto defensivo. En el ofensivo cumplió con la definición de la palabra al pie de la letra: no por atacar, sino por ofender. Ni un tiro en los 45 minutos. Ni a puerta, ni fuera.

Mario Martín debutaba de titular pero fue invisible. Como Latasa. Y como el resto. Incluso el canterano Chuki, que debutaba como titular, apenas entró en juego por una banda derecha infrautilizada.

Un balón estúpidamente perdido por Amallah provocó la entrada de Hugo Álvarez en el área en minuto 22. El canterano hizo una pared con Durán y, tras caño a Luis Pérez, tiró cruzado. El balón pasó entre los brazos y el cuerpo de Hein, en la estirada del estonio, y entró. Un fallo de segundo curso de portero.

El Celta estaba tan cómodo que hasta la grada se sumó a la fiesta, en un día soleado y con 30 grados que convertía el Atlántico en el Mediterráneo. Jugaban los celeste con el Real Valladolid, no contra el Real Valladolid. Lo alzaban y recogían como a un pelele.

Sabían que podían hacer daño cuando quisiesen y el 2-0 llegó en el minuto 36. Aspas se cuela entre Luis Pérez y Cömert para recibir un pase en profundidad, el rechazo de Hein al tiro del estandarte celtista lo cabecea a gol Borja Iglesias, adelantándose a Cenk, otro debutante como titular, en un partido para poner al once de la primera parte de cara a la pared bastante rato.

Tras el descanso, sin esperar curiosamente al minuto 61, Pezzolano introdujo tres cambios. Meseguer, Iván Sánchez y Moro dieron viveza al juego pucelano. Éste recogió un balón en la banda que se había comido Javi Rodríguez para penetrar por el carril interior y fusilar cruzado a Guaita, que pudo hacer más.

Era el minuto 50 y el Pucela resucitó. De la posible goleada al hipotético empate. Durante casi 2o minutos los castellanos llevaron la manija del juego. Rosa tuvo la igualada en sus pies con un disparo cruzado en el que el cuero hizo amistad con el poste. Y Latasa (tarde, siempre tarde) casi llega a un centro medido de Moro al área pequeña. En vez de pegar al balón, pegó en Guaita.

El Pucela perdió efervescencia y ganó cansancio según corría el crono. El Celta acertó con los cambios. Pezzolano falló en el del lesionado Cömert. En vez de sacar a Torres dio entrada a Juric, que no tiene movimientos ni reflejos de central. Se tragó un gol de Javi Fernández anulado por fuera de juego y tampoco estuvo fino en el 3-1, en el tiempo añadido, cuando Douvikas gana la espalda a Cenk (tan mal como Juric) y marca de tiro cruzado.

Mención aparte merece Hernández Maeso. Su arbitraje fue infame. Con todo lo mal que estuvo el Pucela en la primera parte, obvió una patada a Cenk propiciada por un defensa al despejar. Fue idéntica a la recibida por Vinícius el sábado que acabó en penalti. El belga masacró además a Latasa, víctima de faltas reiteradas, y expulsó a Martín por una entrada que no fue con los tacos sino con el empeine. Figueroa Vázquez debía estar en la sala VOR comiendo marisco.

Pero no se perdió por el arbitraje. Casi se empata gracias a Moro. Ojo no lo vendan en enero y salga Catoira diciendo que estaba previsto. El director deportivo dijo al final del mercado que habían planificado una plantilla corta y Pezzolano afirmó en la rueda de prensa de Balaídos que tiene «un plantel corto y lo vamos a sufrir muchísimo».

En el club no dicen la verdad ni al médico. Eso sí, los bisagrazos de cadera para inclinarse y obedecer a los dueños del club, a quienes lo manejan desde Madrid y a Ronaldo no faltan a ninguna hora del día. Ni de la noche, si están en América.

FICHA TÉCNICA

Celta: Guaita; Javi Rodríguez (Aidoo, min. 89), Starfelt, Jailson (Williot, min. 75); Mingueza, Fran Beltrán, Hugo Sotelo (Damián, min. 69), Hugo Álvarez; Iago Aspas, Borja Iglesias (Douvikas, min. 69), Pablo Durán (Marcos Alonso, min. 75)

Real Valladolid: Hein; Luis Pérez, Cömert (Jurić, min. 63), Cenk, Lucas Rosa; Kike (Meseguer, min. 46), Mario Martín, Amallah (Kenedy, min. 85); Chuki (Iván Sánchez, min. 46), Latasa, Amath (Moro, min. 46)

Goles: 1-0, Hugo Álvarez, min. 22. 2-0, Borja Iglesias, min. 35. 2-1, Moro, min. 50. 3-1, Douvikas, min. 90+.

Árbitro: Hernández Maeso (C.T. extremeño) amonestó a los locales Hugo Álvarez, Hugo Sotelo, Javi Rodríguez; y a los visitantes Lucas Rosa, Chuki, Amallah, Jurić, Latasa. Expulsó con roja directa a Mario Martín

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada en LaLiga EA Sports disputado en Balaídos, Vigo, el domingo 15 de septiembre a partir de las 14.00 horas