Diario de Valladolid

Pezzolano: "Si vuelve a pasar lo de Barcelona, ya no es un accidente"

El entrenador muestra de todas formas su confianza en el equipo y viaja a Vigo con la baja notable de Javi Sánchez, que obliga a estrenar pareja de centrales, como ante el Barça

Chasco también es baja y los laterales no tendrán relevo natural

Pezzolano, durante un entrenamiento de esta semana.

Pezzolano, durante un entrenamiento de esta semana.REAL VALLADOLID

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Han pasado ya dos semanas, pero el 7-0 de Barcelona aún duele. Aunque ya ha pasado el tiempo de lamerse las heridas. Pezzolano lo explica en la rueda de prensa previa a la visita al Celta. «Fue un golpe duro, pero ya es pasado, como las cosas buenas que hicimos en los tres primeros partidos. Fue una semana muy dura, psicológica y físicamente. Ahora debemos demostrar que lo que hicimos bien, podemos seguir repitiéndolo. Y que lo del último partido, que fue una catástrofe, no tiene que volver a suceder».

El uruguayo resume su sentimiento en una frase de aviso a navegantes. «Debemos tomarlo como un accidente, pero si vuelve a pasar mañana, ya no es un accidente».

Pezzolano profundiza sobre los errores defensivos cometidos en el Olímpico barcelonés. «Se encontraron dos zagueros por primera vez, Cömert y Javi Sánchez, y eso sucede, porque no se conocían. Trabajamos, pero no tuvimos tiempo porque se jugó un partido tres días antes. Hay comportamientos que tenemos que ir mejorando, como estar perfilado, cuando haya amenaza de balón en largo hay que ganar dos metros para atrás... son pequeños detalles que hay que ir corrigiendo. Esperamos que mañana no suceda, aunque el fuerte de ellos es ese».

En Balaídos volverá a haber una pareja de centrales de estreno: Cömert y Cenk, con el peligro que conlleva. Javi Sánchez es baja para este encuentro, y quizá para más. «No llega. Vamos a ver el tiempo que está fuera». Tampoco habrá recambio natural para el lateral izquierdo. Otra alarma roja. «Chasco está con una sobrecarga muscular y Anuar en recuperación. Los demás están todos a la orden».

El equipo vigués presenta una forma de juego asimilable, a su escala, a la del Barcelona, pero con más desorden defensivo. «El Celta te hace mucha ruptura de segunda línea, te atrae y te busca la espalda. Estuvimos trabajando mucho eso. Son comportamientos de jugadores que no están acostumbrados, por el tiempo de trabajo que llevan. Tengo que llevarlos a que no se cometa ese error».

El charrúa continúa describiendo el juego celeste. En lo bueno y en lo malo. «Tiene buen trato de pelota, jugadores muy desequilibrantes, mucho gol, muchas ocasiones... como también le hacen. Tienen sus debilidades. Sin la pelota sufren. Tenemos que aprovechar esas ocasiones para transformarlas en gol y bajar el número de ocasiones que crean, porque son contundentes».

Las características del rival quizá le empujarle a cambiar el dibujo táctico, aunque no es lo que más le preocupa. «Puede ser, pero lo más importante son los espacios entre nosotros. Deben ser más cortos y tenemos que saber que el fuerte de ellos es el balón. Es un equipo muy agresivo ofensivamente».

El Real Valladolid suma un gol en cuatro partidos. Al míster no le obsesiona el dato, al menos de puertas para afuera. «Hay que aumentar la efectividad, porque oportunidades de gol tenemos. Ningún equipo de nuestra tabla va a tener diez o quince oportunidades de gol en cada partido. Nosotros hemos tenido cuatro o cinco y tenemos que mejorar esa efectividad».

No es habitual escuchar a Pezzolano dar un palo al club, pero ha llegado a causa de los viajes. A Barcelona se fue en autocar y a Vigo se va en avión. «Es algo normal. Un equipo de la Primera División española tiene que viajar en avión a todos los lados. No veo como un trofeo viajar hoy en avión. Lo que no veo bien es viajar siete horas (en autocar). Lo dije internamente, pero no por esas siete horas sino por el trajín de la semana que tuvimos (con tres partidos). Sabemos que el club hace lo posible para que los viajes sean cortos».

Lo que no fue capaz de explicar, como casi nadie, son los límites salariales. «No se pueden fijar en eso. Yo tampoco. Hay un equipo con dos millones y poco, otro con nueve... no lo podemos entender».

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