A romper el ascensor
El conjunto blanquivioleta comienza la Liga con el reto de establecerse en Primera y dejar de subir y bajar como en los últimos cuatro años / Kenedy causa baja ante el Espanyol
El Real Valladolid se ha transformado en los últimos cuatro años en ese niño que, lejos de la vigilancia de sus mayores, trastea con los botones del ascensor. A Segunda. A Primera. A Segunda. A Primera. Esos han sido los viajes del equipo pucelano en este póquer de temporadas locas. Es hora ya de coger la botonera y arrancarla de la cabina. Aquí ya no se baja ni por las escaleras.
Ni el club ni el equipo deben despreciar la lección de fidelidad de su hinchada. 24.000 abonados y lista de espera con más de 5.000. Ese patrimonio humano hay que conservarlo y, si se puede, engrandecerlo.
Hoy es el primer día para lograrlo. Llega el Espanyol, viejo conocido en Segunda la temporada pasada. Un Real Valladolid bien trabajado en pretemporada pero sin todas sus piezas tiene el reto de comenzar ganando, antes de viajar al Bernabéu y ser el cristiano que arrojen a la arena de Mbappé y el resto de fieras blancas.
En una plantilla aún con hilvanes, el once es un misterio. Si Pezzolano sigue fiel a su 4-3-3, un probable equipo inicial es el formado por Hein en la portería; Luis Pérez, Boyomo, Javi Sánchez y Rosa en defensa; con Meseguer, Cömert y Kike en la medular; Amath y Moro en los extremos; y Sylla en la punta del ataque.
El Espanyol puede estrenar la temporada en Zorrilla con Joan García en la meta; Tejero, El Hilali, Sergi Gómez, Cabrera y Romero, como quinteto defensivo; Kral, Gragera y el ex blanquivioleta Aguado en el centro; con el dúo de ataque compuesto por Milla y Puado.
Antes del partido se homenajeará a los ganadores de la Copa de la Liga de 1984. No hace falta decir que eran otros tiempos.