«Cada vez se da más importancia a la Copa de la Liga»

Una de las imágenes más icónicas de la historia del Real Valladolid tiene a Pepe Moré como protagonista principal. El capitán del equipo en la temporada 1983-84 era el encargado de levantar al cielo de Zorrilla esa Copa de la Liga, de la que este domingo se cumplen cuatro décadas y cuyo valor es incuestionable.

Pregunta. – Se cumplen ahora 40 años de esa Copa de la Liga, cómo ha pasado el tiempo…

Respuesta. – Parece mentira… 40 años y recuerdo perfectamente el partido y recuerdo las tres eliminatorias que pasamos en Zaragoza, Sevilla y ante el Betis y al final Atlético de Madrid. Conseguimos un trofeo que a medida que van pasando los años se le está dando más importancia. Fue importante porque por primera vez en la historia del Real Valladolid pudimos jugar una competición europea, algo que no se había conseguido nunca. Lo conseguimos porque llegamos al final del campeonato con una ilusión tremenda. En Liga nos habíamos clasificado bien, salvarnos sin problema y estas eliminatorias eran partidos importantes porque eran equipos de Primera y cada vez que pasábamos una eliminatoria éramos más fuertes. Llegamos a la final en Valladolid y con el estadio lleno y con la fuerza del público que nos arengaba para ir hacia la portería contraria conseguimos un gol, rápidamente les metimos 3-0 y disfrutamos sin ningún agobio de ninguna clase.

P.– Usted ha asegurado en varias ocasiones que daba igual el rival que el equipo tenía una inercia que se veían capaces de ganar a cualquiera…

R.– Según íbamos avanzando éramos más fuertes, teníamos más confianza y para nosotros era un torneo que nos motivaba mucho. Llegamos muy bien física y anímicamente y en la plantilla había jugadores veteranos y jóvenes, de la cantera como Eusebio, Jorge, Gail, Jesús López y jugadores que teníamos cierta experiencia en el fútbol, pero que estábamos en plenitud, yo tenía 31 años y me encontraba perfectamente. El mayor era Fenoy, pero era portero y no tenía que hacer tanto esfuerzo. Terminó el partido, era el 30 de junio y no se podía jugar nada más, acababan ahí los contratos, no tuvimos tiempo de celebrarlo como se hace ahora y era irse a casa porque era tarde y hacer las maletas el que tenía todo solucionado y se iba de vacaciones. Yo terminaba contrato y me tuve que quedar unos días para solucionar la continuidad y se firmó otro contrato nuevo. No hubo ninguna euforia al día siguiente ni nada, incluso las fotografías no se pudieron revelar para que salieran al día siguiente y salió al parecer a los dos días en los periódicos

P.– Ahora se le da más importancia a la Copa de la Liga, pero, ¿no cree que fue un punto y aparte en la historia del club?

R.– Sí, entre que ascendimos en la 1979-80 y nos fuimos manteniendo sin dificultad en Primera, conseguimos el trofeo y después el equipo va lanzado y era un equipo de Primera con solvencia y experiencia que podía contratar a jugadores nuevos e importantes y se pasó muchos años en Primera hasta que llegaron varios descensos. Fue una década, o 15 años en los cuáles el equipo era importante en Primera.

«El éxito para el Real Valladolid es afianzar al equipo en Primera División»Pepe Moré

P.– ¿Cuántas veces se le ha pasado estos días por su cabeza la imagen de hace 40 años levantando la Copa?

R.– Yo tengo el recuerdo de esa foto real y lo tengo en mi casa y en mi mente. El año pasado hicimos la foto con la copa por publicidad, pero la que vale es la foto que es un icono en este momento, es de las más conocidas para el Real Valladolid.

P.– Usted tuvo una trayectoria amplia sobre el césped y después en los banquillos, ¿Le quedó algo por hacer en su carrera?

R.– Jugué hasta los 35 años, estuve 12 años en el Real Valladolid y jugué casi siempre sin perder la titularidad y me he sentido bien en Valladolid, por las razones que fueron me quedé trabajando en el club, entrenar en varias ocasiones al primer equipo en momentos de dificultad y en la última etapa estuve dos años y medio y cuando me fui el equipo se había salvado sin problema, pero al año siguiente el equipo bajó. No sé si me hubiese quedado, pero me fui y no tuve esa mala situación si me hubiera quedado y el equipo baja. Yo me fui con buen sabor de boca.

P.– Esa fidelidad a un club ahora es casi inexistente, los jugadores son una mercancía…

R.– Antes había una Ley en el fútbol que era el derecho de retención y cuando terminabas el contrato, te podían retener el tiempo que les daba la gana. En muchas ocasiones si se presentaba una oportunidad de mejorar económicamente o de ir a un equipo superior, o se pagaba un traspaso o no se daba la oportunidad de irte. Por eso había plantillas que duraban bastante tiempo y veías siete u ocho años, plantillas con jugadores similares. Ahora ves situaciones en las que a falta de medio año de acabar ya aparecen rumores de si se va o se queda, y en febrero o marzo algunos ya tienen nuevos contratos y tienen que seguir jugando. Ahora varían mucho las plantillas y si los jugadores que vienen prestan un buen servicio es positivo, pero también es motivante ver jugadores nuevos. En mi caso estuve 12 y se cansarían de verme siempre en el campo, y a ver si le retiran a éste…

P.– Volviendo al presente, ¿cómo ha visto al Real Valladolid esta temporada?

R.– Ha tenido momentos irregulares, pero en la segunda vuelta ha competido muy bien y ha sacado los partidos adelante en los minutos finales, con dificultad, pero han salido adelante y ha llegado al final del campeonato en el mejor momento y se ha ascendido antes.

P.– ¿Hasta qué punto cree que es un riesgo ser un equipo ascensor?

R.– No puedes arriesgarte a que todos los años tengas que ascender a Primera, hay que hacer una plantilla competitiva y que el equipo esté varios años en Primera para tener una columna vertebral y poder ir acoplando otros jugadores.

P.– Usted ha sido entrenador, el de este año, Paulo Pezzolano, ha estado en el foco de la afición, distante, ¿cómo hubiera gestionado usted como técnico una situación así?

R.– He sido entrenador y no me compete opinar sobre lo que ha pasado en la última temporada. Hay que empezar de cero y olvidarse ambas partes de lo que ha pasado y pensar en el futuro con humildad y con el apoyo total de la masa social al equipo. Los domingos en Zorrilla tiene que ser un lugar donde el equipo visitante se sienta a disgusto viendo la gran afición que tiene el Real Valladolid.

P.– ¿Le sorprende ese incremento de la masa social hasta batir récords en la actualidad?

R.– Me sorprende sí, parece que tenemos que sufrir para después disfrutar mucho. En mi época de jugador éramos 12 o 13.000 socios, pero nunca llegamos a los actuales, y en Primera seremos muchos más

P.– ¿Vive ahora el fútbol con menos presión en Zorrilla?

R.– Voy con mis nietos, son los que me apoyan para que vaya más al fútbol. Tengo un nieto que con 4 años y medio tiene ganas de jugar al fútbol y en muchas ocasiones me somete a intentar jugar partiditos uno contra uno o dos contra dos y me alegra que le guste el fútbol. No es muy difícil jugar en un espacio reducido y con cuatro piedras haces dos porterías, por eso el fútbol es tan importante porque se puede jugar muy fácilmente con pocas cosas y tener una profesión, algo que en otros deportes necesitas instalaciones más importantes

P.– El actual mandatario habló de jugar en Europa, usted que sabe de la dificultad, ¿ve ese escenario probable a corto plazo?

R.– Esto es muy difícil, hay muchos equipos, siete u ocho, que sabemos quiénes son y que van a estar en posiciones avanzadas, pero lo importante para el Real Valladolid es mantenerse y es el éxito y si se mantiene es un éxito, y en el futuro ya veremos, pero ahora el éxito es afianzar al equipo en Primera División. Yo solo espero que este año compita bien, no pase apuros y haga disfrutar a los aficionados.