Diario de Valladolid

LA FIESTA DEL ASCENSO

Valladolid se rinde al Pucela

20.000 aficionados se citan en la Plaza Mayor para celebrar con la plantilla blanquivioleta el ascenso a Primera División / Antes el equipo viajó por el Pisuerga en barco y fue en autocar descapotado por el centro

Jugadores, técnicos y trabajadores del Real Valladolid posan junto al alcalde en el balcón del Ayuntamiento ante una abarrotada Plaza Mayor.

Jugadores, técnicos y trabajadores del Real Valladolid posan junto al alcalde en el balcón del Ayuntamiento ante una abarrotada Plaza Mayor.E.M.

Valladolid, Valladolid

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La película con trama de suspense y terror que concluyó en comedia, registró su final feliz en la Plaza Mayor. 20.000 personas llenaron el foro de la ciudad para celebrar la fiesta del ascenso junto a jugadores, técnicos y dirigentes del Real Valladolid. Es cierto que el recinto presentaba algunas zonas no muy abarrotadas y que la afluencia no fue la misma de los ascensos de Pacheta, Djukic y sobre todo de Mendilibar, en el que incluso parte de las calles que desembocan en la plaza estaban hasta arriba de seguidores. Aun así, el número de asistentes a la fiesta pucelana en una soleada y agradable tarde fue muy numeroso.

Como ya es (en parte, por desgracia) habitual, la liturgia fue la misma de los últimos ascensos: viaje fluvial a bordo del ‘Leyenda del Pisuerga’ desde el embarcadero del hotel ACSanta Ana hasta el de la playa de Las Moreras, recorrido por el centro de la ciudad en un autocar descapotado hasta llegar a la Plaza Mayor, con subida al Ayuntamiento para la comunión con la hinchada desde el balcón del consistorio.

La novedad fue la instalación de un escenario para la Fan Zone en uno de los laterales donde habitualmente se instalan los de las Feria y Fiestas, para el festejo posterior con todos los aficionados.

El viaje en barco esta vez fue acotado y no pudieron subir al mismo los representantes de los medios de información, más que un equipo de RTVCyL para grabar las imágenes, «por limitación de espacio y ante las numerosas solicitudes recibidas», según el club. El barco estaba la mitad vacío. El club quería esta vez que su celebración fuese privada, quizá por los problemas con Pezzolano, pero no se atrevió a decirlo abiertamente. En la nao estuvo también el alcalde de Valladolid. Jesús Julio Carnero mostró su total sintonía con Ronaldo Nazário, visible desde antes de llegar aquél a la alcaldía.

Los puentes estuvieron colmados de seguidores que se dedicaron a jalear a sus ídolos desde arriba. El propio Ronaldo se llevó un susto cuando una de las bengalas le cayó desde un puente, muy cerca de donde estaba sentado. El brasileño se levantó tras el ruido y el fogonazo con casi la misma rapidez que cuando era futbolista y regateaba defensas en un palmo de terreno.

Del barco se pasó al autocar, en esta especie de triatlón que en Valladolid conlleva cada ascenso, para completar el recorrido por el centro de la ciudad. Las calles estaban bastante pobladas, pero no como en ocasiones anteriores. Aún así el calor de la hinchada fue evidente, con gritos de apoyo y reconocimiento ante un ascenso tan inesperado como reconfortante.

Los jugadores bailaban al son de la música mientras saludaban a los viandantes y recogían sus muestras de cariño.

El vehículo los llevó hasta la misma entrada del Ayuntamiento. Allí, en loor de multitud, jugadores, cuerpo técnico, trabajadores del club y dirigentes fueron desfilando hasta el salón de recepciones. Tras unas palabras de Ronaldo, Carnero y el capitán Masip, todos salieron al balcón para recibir el apoyo de los aficionados que atestaban el recinto.

Todos fueron muy bien recibidos y sólo hubo pitidos para tres: Luis Pérez, Kenedy y el entrenador Pezzolano.

Ronaldo abrió el fuego para pronunciar un breve: «Lo hemos conseguido. Pucela, somos de Primera».

Escudero tomó la palabra como uno de los capitanes y pucelano de nacimiento para decir que como «vallisoletano, es un orgullo estar aquí. Tenía una espina clavada y ha sido un orgullo conseguir el ascenso. Algo me dice que esto va a ir a mejor todos juntos. Tenemos una ciudad de puta madre y debemos estar orgullosos de ella».

Javi Sánchez, otro de los capitanes, dijo que en lo personal «fue un año muy complicado por las lesiones y agradezco a todos su apoyo. Nunca nos dimos por vencidos y hemos devuelto al club donde se merece».

Meseguer fue una de las revelaciones de la segunda vuelta, con goles fundamentales para atar el ascenso. «Gracias por acogerme de esta manera. Espero disfrutar con vosotros muchos años en Primera».

Otro de los más queridos por el público fue Tárrega, al que se le cantó «¡César, quédate!». El central se despidió, pues la temporada que viene jugará en el Valencia. «Gracias al club y a la afición por vuestro apoyo, sin él hubiese sido imposible el ascenso. Siempre os llevaré en el corazón».

Juric fue breve pero contundente. «Estoy muy feliz de estar aquí, me quedo la próxima temporada».

El parlamento de Rosa fue de los más emotivos. «Hace dos años yo estaba ahí abajo con vosotros y ahora estoy arriba. Es un orgullo muy grande».

La nota más sarcástica la puso otro de los capitanes, el canterano Anuar. Después de animar al público a cantar una de las canciones del equipo, dijo que ya tiene suficiente. «Celebro con vosotros mi tercer ascenso a Primera División. Es algo que me llena de orgullo, igual que ver vuestras caras, pero ya no quiero vivir más ascensos», concluyó el bravo jugador ceutí.

ALBERTO, LA PRESENCIA MÁS EMOTIVA

La gran sorpresa, infinitamente agradable , de la tarde fue la presencia del doctor Alberto López Moreno, después de haber superado una grave enfermedad. Ex jugador del Pucela, dijo: «la plaza está preciosa, teníais que verla». «Lo que se quiere con mucha intensidad se puede conseguir. Es una de las lecciones que sacamos de este ascenso», añadió el médico, muy aplaudido por la afición.

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