Un Pucela bipolar gana fuera cuatro meses después y se reengancha a la Liga
Cuatro meses después el 'híbrido' Real Valladolid del osado Pezzolano toma una plaza visitante, Cartagena (0-2= para ponerse cuarto a dos puntos del ascenso directo / La buena primera mitad da paso a una soporífera y ultradefensiva segunda / Pezzolano sorprende a todos con la alineación titular
Dicen que la libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad; es creación y osadía. Y Pezzolano es terco como pocos, como ‘Don Erre que Erre’, desafiando a la lógica, no casándose con nadie y sorprendiendo, vaya si sorprende. No le importa ni siquiera que todos, casi todos carguen contra él. Nunca baja la cabeza, al menos de puertas hacia afuera. Y ayer fue el enésimo capítulo de su caminar sobre el alambre cual funambulista.
El técnico uruguayo sorprendió a propios y extraños con el once inicial sabedor que su equipo no termina de arrancar ni por supuesto convencer aunque a pesar de los pesares sigue vivo en una Segunda División ramplona en el que todos fallan, no solo el Real Valladolid.
Pezzolano agitó el árbol en busca de respuestas. Y lo hizo como siempre suele hacer desafiando, incitando, provocando. Porque en ese agite en el que puso patas arriba el equipo metió de inicio de pivote defensivo al brasileño Oliveira prácticamente debutando desde su llegada, condenó al central Boyomo en favor de Javi Sánchez, que no jugaba desde el 4 de junio ante el Getafe y recuperaba del cajón del olvido a Escudero.
Pero la duda que creó las novedades dio paso a la mejor versión del Real Valladolid, que no ganaba fuera de casa desde hace cuatro meses. Se dice pronto. Sin florituras, eso sí, pero con el deseo necesario para irse a por el partido en una primera mitad en el que el Cartagena apenas inquietó.
Real Valladolid
Las imágenes del triunfo del Real Valladolid en Cartagena (0-2)
Diario de Valladolid | El Mundo
El Real Valladolid pisó área contraria desde prácticamente el inicio de partido. Y uno de los ‘inventos’ de Pezzolano, Oliveira, fue el encargado de filtrar la transición que dio lugar al primer gol tras una buena jugada a la espalda de Sylla que remató Biuk y que forzó el error en el despeje de Lizoain para dejar el balón manso a Meseguer que no perdonó viniendo desde la segunda línea, como más le gusta.
El 0-1 a los 19 minutos de juego hacía bueno, muy bueno el ‘experimento’ del osado Pezzolano. Porque el real Valladolid, lejos de esconderse (ya tendría tiempo de hacerlo después) siguió en un acoso y derribo sobre un Cartagena inocente que demostró sobradamente por qué es el peor equipo local de la categoría pese a los brotes verdes evidenciados con la llegada de Calero. PorqueSylla, letal y trabajador como pocos en el trabajo oscuro, forzó una falta que momentos después ejecutaría con su ‘guante’ Monchu para poner el balón en la cabeza de Tárrega, que hacía el 0-2.
La buena y sobria primera mitad del equipo de Pezzolano le hacía acreedor a la victoria pese a un error de Oliveira que supo salvar atento y bien colocado Masip.
Todo hacía pensar, por fin en la anhelada metamorfosis del Real Valladolid. Nada más lejos de la realidad porque ese equipo ‘híbrido’ cambió lo eléctrico por el diesel para quedar a merced de un Cartagena que embotelló, literalmente, a un Real Valladolid ultadefensivo y ramplón al que no le duraba el balón y que por momento dibujó atrás una línea de seis. Sí, seis escuderos de Masip. Pero afortunadamente el Cartagena no tenía pólvora y su insistente pero estéril acoso no cambió las cosas. El Real Valladolid mantuvo con incertidumbre su portería a cero para recobrar de nuevo la vida al ser cuarto a dos puntos del ascenso directo.