Examen... ¿final? para Pezzolano

Las personas a veces se empeñan en transitar caminos opuestos, lo que no les impide cruzarse con el trasiego del tiempo. Zorrilla será esta tarde la intersección de dos rachas que representan dos mundos antagónicos. Joseba Etxeberria, recién renovado con el Éibar y adorado por su afición, se cruza con Paulo Pezzolano, que parecía fuera del equipo el lunes, rescatado por Ronaldo vía Paulo André el martes, y con menos apoyos en la parroquia pucelana que ningún otro de sus antecesores en los últimos tiempos. Es algo así como el Fernando VII del Real Valladolid.

Pero hay mas rectas secantes. Se miden el segundo mejor visitante de la categoría (21 puntos en 15 partidos) tras el Leganés, y el segundo mejor local (33 puntos en 15 partidos) tras el Burgos. Uno de los dos deberá echarse al lado en su trayectoria, de no mediar un empate que, con lo que hay en juego, para el Pucela suena a derrota.Los blanquivioleta son séptimos con 48 puntos y los azulgrana cuartos, con 52. Cualquier pérdida de puntos para el Real Valladolid supondría la práctica despedida del ascenso directo. El Leganés se dispara a 59 tras su victoria in extremis en Villarreal.

Por tanto todo lo que no sea ganar es funesto para el equipo de Zorrilla, y peor para Pezzolano, sostenido por un solo hilo. De acero, pero hilo. Ronaldo es su único asidero al banquillo, por recomendación expresa de Paulo André. Si el Pucela pierde o incluso empata, el resultado se convertiría en una cizalla que ni el presidente podría parar, pues Zorrilla es un clamor contra el míster. La Federación de Peñas pide que no haya animación durante los 10 primeros minutos y una pañolada de todo el estadio en el minuto 12.

O Pezzolano comienza a ganar de forma continua , o no le salva ni la Guardia Civil.

La alineación que presente el uruguayo es una incógnita. Como siempre. Y más esta semana, en que ha cerrado con siete llaves todos los entrenamientos semanales. Casi es hasta un favor.

Es posible que el míster adecúe su once a las características del Éibar o que por fin confíe en lo que tiene, que es mucho, y coloque a los mejores para dificultar que el rival puntúe. Parece fácil pero debe ser como pisar Marte, vista la errática temporada albivioleta. Quizá si Pezzolano no se encerrase para evacuar consultas en su sanedrín de colaboradores que siempre le dan la razón, y abandonase ese síndrome de la Moncloa para hablar con gente de fútbol que sabe lo mismo o más que ellos, cambiaría el panorama del equipo. Da igual quién juegue. Los que salgan tienen que ganar.

HOMENAJE A REDONDO. En las antípodas de Pezzolano se sitúa Fernando Redondo, entrenador del Real Valladolid que ganó su único título en la historia, la Copa de la Liga, y que pasó por todos los escalones del club, excepto la presidencia. Como técnico dirigió a equipos blanquivioleta muy brillantes en Primera y fue un gran formador de jugadores desde la cantera, sabiendo elegir con precisión a los que valían.

Redondo cumple hoy 50 años de su primer partido como entrenador del primer equipo y será homenajeado en el choque ante el Eldense, el 13 de abril, cuando regrese a Valladolid.

En este caso se cumple el refrán: Cualquier tiempo pasado fue (mucho) mejor.