LOS DESAYUNOS DE LA APDV
Perico Delgado se retrotrae en Valladolid 35 años atrás
El ex ciclista, ganador del Tour del 88, recuerda como pasó de sentirse un Dios a un demonio con el todavía recordado retraso en la salida del Prólogo del Tour del 89 en Luxemburgo / «¿Nadie ha llegado tarde en su vida?... Fue el mayor error de mi vida
1989-2024. Como si fuera ayer. Treinta y cinco años después de que Perico Delgado pasara del cielo al infierno, de ser un ‘Dios’ a un ‘Demonio’ y protagonizar el retraso más escandaloso del deporte mundial, cuando tras haber ganado un año antes, 1988, el Tour de Francia, en el prólogo del Tour siguiente, en Luxemburgo, 1989, vistiendo de amarillo, llegó tarde a la salida del prólogo perdiendo 2.41 minutos y echando por tierra su suerte en la ronda francesa, el run run de ese percance o suceso (nunca mejor dicho) sigue presente. El ex ciclista segoviano, ahora afamado y reconocido comentarista ciclista de Televisión, tiró de retrospectiva en Valladolid con motivo de una nueva edición, la 15ª, de Los Desayunos de la APDV celebrados en la Real Sociedad Hípica.
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Perico Delgado, ganador de un Tour de Francia y dos Vueltas a España, hizo repaso a toda su trayectoria deportiva y a la situación actual del ciclismo. Y lo hizo con esa naturalidad y cercanía que le caracteriza empatizando con todos los presentes. En el desayuno conducido por el cronista de la ciudad y experto en ciclismo, José Miguel Ortega, Perico Delgado comenzó el repaso vital con sus inicios en Segovia y su primer equipo, el Moliner vallisoletano. «Yo por entonces veía más la bici para moverme por la ciudad, pero sobre todo como la oportunidad de conocer otros lugares, otra manera de ver el mundo». Recordaba también como tenía que hacer viajes de Segovia a Valladolid, en autobús de línea y dejando la bici en el techo, «con el miedo que se volara».
POGACAR
«Su reinado es una dictadura. Es que es tan bueno. Es un prodigio. Es otro Eddy Merckx »
Su primer director deportivo, Moncho Moliner, ya vaticinó que ganaría un Tour. “El se enamoró de mi rebeldía y en aquella época con 16 años había meses que llevaba más dinero a casa que mi padre. Aún así dudaba de mí mismo. A mi padre ni se le pasaba por la cabeza que se pudiera vivir del deporte. El decía que si llevaba bien los estudios podría correr».
TOUR DEL 88
«Me sentía invencible. Era el Pogacar de entonces. Pero dejé de ser un Dios...»
El paso del ciclista segoviano al campo profesional también estuvo lleno de anécdotas. «Tenía ofertas de Kelme con Carrasco, de Mínguez en Valladolid y de Echavarri con el Reynolds y me quede con este último con el carácter de los ‘navarricos’. También me gustó su buena estructura y que me daba tranquilidad para el salto del amateur al profesional. No me apretaba tanto de salida como Mínguez. Me daban más manga ancha», recordó.
Perico Delgado comentó con pelos y señales su primer triunfo en la Vuelta a España en 1985. Fue con aquella histórica etapa con final en Segovia donde recortó los seis minutos que tenía de desventaja sobre Robert Millar (hoy convertido en la Señora Philippa York). «Se unieron una serie de circunstancias muy difíciles de repetir. Fue una carrera loca desde el primer minuto y mi único propósito era intentar ganar la etapa, nunca la general. Lo intenté en Cotos sin fortuna y en Navacerrada, donde hacia un día de perros con niebla y aguanieve. Y allí recordé la frase de Ángel Arroyo que me decía, ‘si no se puede subiendo habrá que aprovechar bajando’...».
PRÓLOGO TOUR 89
«Iba con mi maillot amarillo y visualizaba que la iba a armar. Y vaya si la armé»
Y... ocurrió. Una vez dio caza a Pepe Recio, escapado kilómetros antes, se fueron juntos camino de meta. «Nunca pensé que pudiera ganar la Vuelta y no se sabía que pasaba atrás. Así me lo confesó años después Millar».
Se aproximaba la pregunta del millón, esperada por todos con el Tour que ganó y el que perdió. «Creo que tenía calidad para haber ganado al menos un Tour más», reconoció.
"Tengo claro que Pogacar ha venido para dominar el ciclismo de los próximos cinco años».
En el 89 llegó el famoso y todavía recordada comparecencia tardía a la salida en el Prólogo del Tour en Luxemburgo. Perico Delgado quiso ser irónico antes de profundizar. «¿Nadie ha llegado tarde en su vida?», afirmó ante la carcajada de los asistentes. Fue su primera justificación de lo que el propio Perico Delgado calificó como «el mayor error de mi vida deportiva». Y es que reconoció que en ese momento se sentía invencible. «Venía de ganar el Tour y la Vuelta a España y estaba convencido de ser el mejor. Estaba eufórico. Y tenía esa visión de que bueno soy. Se podía decir que en el 89 me sentía lo que hoy es Pogacar. Mi talón de Aquiles eran las cronos y estaba convencido de hacer buen prólogo. Por ello esperando a la salida no quería estar parado. Iba con mi maillot amarillo y visualizaba que la iba armar desde el primer día. Quería estar en mi mundo. Me encontré con Thievy Marie y le pregunté y en ese preguntar me lie. Y vaya si la armé. Me hizo ser un demonio. Y deje de ser Dios. Me sentí fatal no pude dormir y empecé a hacer todo mal», recuerda 35 años después.
Perico Delgado reconoció que en ese momento se sintió el hazmerreír de todo el mundo y de hecho su frustración le hizo perder otros cinco minutos en la etapa del día siguiente en la contrarreloj por equipos. Se dijo incluso que había pensado en abandonar, pero el recuerda que «tenía claro que por muy mal que estuviera iba a estar peor en Segovia. Luego me recuperé y terminé tercero de ese Tour».
"¿Cómo sería el yo de antes ahora? Un ciclista normal. Ahora está todo controlado por la nutrición y yo ahí no puedo"
Como era de esperar el nombre de Pogaçar salió a escena para hablar del ciclismo actual. «Nadie pone en duda su calidad. Evenepol, con lo bueno que es, parece una aprendiz a su lado. Tiene unos valores de ganador y además tiene esa mentalidad. Es un auténtico prodigio. No sé cuánto va a durar su dominio, no por sus condiciones, sino porque se acostumbre a ganar. Se puede producir un desapego, pero tengo claro que ha venido para dominar el ciclismo de los próximos cinco años».
En cuanto al ciclismo español reconoce que «en la dictadura de Pogaçar es imposible brillar. ¿Cómo sería el yo de antes ahora? Un ciclista normal. Ahora está todo controlado por la nutrición y yo ahí no puedo. El ciclismo está muy controlado y falta ese punto de locura para que aparezca un corredor de los de antes, un Ocaña, un Fuentes.... Juan Ayuso, Carlos Rodríguez son ciclistas en progresión, pero no al nivel de Pogaçar», concluyó.