Diario de Valladolid

BALONCESTO / PRIMERA FEB

La fe del Real Valladolid Baloncesto mueve la montaña en Menorca

Un gris UEMC Real Valladolid resucita de la mano de Kovacevic, Hoover y Vucetic en Menorca tras un parcial en el último tramo  de 4-18 / Calco de errores y desconexión de varios jugadores / Los triples ejercen de llave del triunfo en la remontada

Hoover penetra ante la oposición de un jugador del Hestia Menorca.

Hoover penetra ante la oposición de un jugador del Hestia Menorca.LOF

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No se vive sin la fe, decía Tolstoi. Y si la fe tiene la ayuda de la anarquía representada por un francotirador como Kovacevic, mejor que mejor, que fue capaz de echarse el equipo a la espalda, a todo o nada, como a él más le gusta, más allá de la línea de 6,75 metros y sin pensar si es bueno o el lanzamiento. ¡Pim, pam, pum! y el equipo resucita cuando estaba totalmente muerto a merced de su rival. 

El UEMC Real Valladolid Baloncesto sumó o más bien se encontró, desde esa fe infinita en el mencionado Kovacevic (5 triples) y en su torre Vucetic, decisivo en los últimos compases sobre todo con su último rebote ofensivo y la canasta que dio el triunfo a tres segundos para el final, con una victoria inesperada en Menorca. Porque el equipo de Lolo Encinas volvió a las andadas para repetir errores y quedar retratado ante Menorca, un rival menor con desventajas que alcanzaron los 16 puntos (36-23) o 13 puntos (53-40) a tan solo 6.14 para el final.

Una imagen del Menorca-UEMC Real Valladolid Baloncesto jugado en Mahón.

Una imagen del Menorca-UEMC Real Valladolid Baloncesto jugado en Mahón.LOF

tal y como estaba discurriendo el partido nadie se hubiera podido imaginar una resurrección del Real Valladolid o una fundida de plomos como la de Menorca, como lo quieran llamar. Bueno sí, el siempre inquieto Lolo Encinas, azuzando desde la banda cada defensa, se encomendó a sus salvadores en el ataque bajo la más pura ley de la anarquía.

Porque apareció Kovacevic y despertó también Hoover para liderar un increíble y a la vez incomprensible (según desde el lado que se viera) parcial de 4-18 para dar la vuelta al marcador (57-58) y jugarse todo a un cara o cruz. Ese golpe de fe desde el banquillo, de no bajar los brazos pese a quedar en evidencia en muchas, demasiadas  facetas del juego ante un rival menor (bloqueo de rebote, defensa del bloqueo directo, alarmante desconexión de los dos ‘cuatros’ del equipo De la Fuente y Egekeze, mala dirección desde el base...), les sirvió al menos esta vez para no ser ‘burreados’ por el rival.

Su espectacular despertar tras tiempo muerto de Lolo Encinas   a 6.14 para el final cuando el marcador reseñaba un claro 53-40 para los insulares metió el miedo en el cuerpo a un Menorca que tiró en apenas tres minutos todo su buen trabajo por la borda. Porque el corazón del Real Valladolid, representado por el ‘querer’ y por qué no ‘poder’ esta vez de su canterano Juangar, con un triple también decisivo en el tramo final como ‘cuatro’ improvisado pero a fin de cuentas centrado y resolutivo, pudo más que la mala cabeza de un Menorca incapaz de cerrar el partido cuando lo tuvo todo a favor, que tampoco supo jugar la última posesión (65-67).

El UEMC Real Valladolid, 'in extremis', como más se disfruta, evitó abrir la caja de Pandera con otra derrota. Y lo hizo con un aceptable primer cuarto (solo en defensa) y su reacción en el último cuando estaba marcado. Ganó aunque valorara menos que su rival. Y abrió otra vez el interrogante de jugadores que aparecen y desaparecen como los mencionados De la Fuente o Egekeze, han perdido chispa de un tiempo a esta parte (Rozitis) o simplemente no dan con la tecla de lo que quiere Lolo Encinas (Sans).

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