Golpe en la mesa de El Salvador en la Copa ante el vigente campeón

No cabe duda de que El Salvador ha vuelto. Y lo hace en la Copa dando un golpe encima de la mesa noqueando al vigente campeón Aparejadores de Burgos en su fortín de San Amaro. Palabras mayores. Y aunque supo sacar tajada ahondando en la herida y en la polémica de las bajas del Recoletas Burgos (Bernardo Vázquez, Vicente Boronat, Iñaqui Mateu y Tani Bay, convocados con la selección de cara al partido ante Uruguay, más los lesionados Valentín Bustos, Sebastián Dorigón y Ruan Snyman), su más que elogiable ejercicio de resiliencia se basó en saber aguantar hasta veinte minutos, por las sanciones a XX, con uno menos en el campo. 

Su remontada en la segunda mitad tiene mucho mérito demostrando su hambre y sobre todo sus avances. Porque los dos ensayos de Facundo Munilla tras el descanso acabaron por dictar sentencia pescando en río revuelto en un partido que puede valer el pase a las semifinales si el próximo fin de semana es capaz de ganar a Ordizia en Pepe Rojo.

El Chami salió muy centrado castigando de inicio por dos veces, la segunda aprovechando superioridad numérica (tras amarilla a Guillo Mateu), con puntapiés de castigo a cargo de un entonado Santiago Ortega (0-3 y 0-6).

La respuesta del vigente campeón de Copa no se hizo esperar tras una gran acción de la delantera, que permitía en el maul acabar posando el primer ensayo para los locales de manos de Urko Zumeta. El sancionado Mateu, en su regreso al terreno de juego lograba el segundo ensayo en una brillante acción para ampliar la renta a favor de Recoletas. 14-6. El desconcierto se apoderó de El Salvador que veía como en el final de la primera mitad y en el inicio de la segundo era sancionado con dos amarillas a Marcel Faaofo y Lucas Santa Cruz por faltas reiteradas.

Pero cuando peor pintaban las cosas resurgió el Chami, primero aguantando en inferioridad numérica y después con los dos ensayos a cargo de un escurridizo medio melé argentino, aunque internacional con España, Facundo Munilla con la guinda de ambas transformaciones a cargo de Santiago Ortega que puso primero el 14-13 en el marcador en el minuto 61 y después a tres minutos para el final el 14-20 definitivo sacando el máximo rédito posible al dinamismo de sus ataques castigando el más que evidente cansancio del paquete de la delantera gualdinegra.