'Secuestrada' en el CD Parquesol

Clara Martín Nistal se formó en el mundo del fútbol sala, posteriormente dejó los pabellones por los campos abiertos y hace tres años recaló en el CD Parquesol. La jugadora, menor de edad, iba y venía los días de partido y entrenamiento desde la localidad segoviana de Cuéllar, donde reside con sus padres. Se sentía cómoda en el José Luis Saso, de ahí que mantuviera ese compromiso durante tanto tiempo, pero en el último año ha sido víctima de una situación de crisis general en la entidad naranja, y se ha llegado a un punto que no beneficia ni al club ni a la propia deportista.

Tal y como relata Teresa, su madre, Clara quiso formar parte un año más del CD Parquesol, donde, pese a su corta edad, jugaría en Tercera RFEF. Sin embargo, con el paso de la pretemporada, el desencanto fue creciendo. El entrenador cambió, también la plantilla. La ‘niña’ que era Clara el año pasado ahora era una de las veteranas, y conforme pasaban los días las sensaciones para ella estaban cada vez más lejos de mejorar. Ya el Trofeo Diputación dio una pista de la mala dinámica deportiva del Parquesol, provocada por la inestabilidad institucional con los descensos sucedidos desde que el equipo abandonó la categoría Reto Iberdrola. A lo que hay que sumar la irrupción del Real Valladolid Simancas en el panorama del fútbol femenino vallisoletano. Sea como sea, Clara no disfrutaba en el campo. El equipo no era capaz de competir no solo por nivel, sino también por número. Entre los dos equipos femeninos senior del Parquesol, en ocasiones era difícil poder hacer una convocatoria y tenían que intervenir juveniles para poder disputar un partido. Finalmente se optó por disolver el filial para poder salir a competir en Tercera RFEF. Aunque la gota que colmó el vaso fue la primera jornada de liga. El equipo viajaba para enfrentarse al Victoria FC, y el autobús nunca llegó a salir de Valladolid por falta de chicas para disputar el encuentro. Clara pidió la carta de libertad y se le negó en todo momento. Desde entonces, el equipo ha disputado 7 partidos en los que ha marcado 3 goles y ha recibido 46. Ha perdido 5 encuentros y ha empatado 2.  

Según su madre, Jaime Bermejo, director de la sección femenina del CD Parquesol, les comunicó que para dársela tenía que aparecer el interés de otro club. La Gimnástica Segoviana se ofreció para acoger entre sus filas a Clara, pero entonces el discurso cambió. Los padres de la menor también pudieron hablar con Jacinto Santos, presidente de la entidad, y ,según relatan a este medio, no se deja marchar a la jugadora porque «sería un precedente y, si ella se va, todas querrían irse».

A nivel legal, la institución está en su derecho de conceder o no la carta de libertad a cualquiera de sus jugadores y jugadoras. Sin embargo, este caso en concreto tiene otros cabos sueltos. Se recurrió a la RFCylF y a la RFEF para anular la ficha de Clara, pero se desestimó la solicitud ya que las federaciones consideraron que el contexto no cumplía con los requisitos necesarios como para llevar a cabo esta acción. Tras agotar esta vía, Clara y su familia se amparan en una irregularidad llevada a cabo durante la firma de la ficha para poder liberarla.

Cuando se efectuó, no sólo Clara tiene que firmar, también uno de sus padres o un tutor legal debe dar su consentimiento. En este caso, un día después de entrenar fue la propia Clara quien firmó por uno de sus progenitores. «Ella firmó y la iba a recoger su padre, pero llegaba después de que cerraran las oficinas del club, así que le dicen a la niña que firme ella por su padre. Ella no se sabe su DNI pero sí el mío, así que la convencieron para firmar por mí, que en ese momento estaba en Segovia», relata Teresa Nistal. 

El CD Parquesol, por su parte, no da el brazo a torcer. El caso se llevará por vías judiciales al no llegar a un acuerdo entre ambas partes. Mientras tanto, la familia y las amistades de Clara intentan visibilizar su caso por los campos de fútbol. El club, en cambio, se refugia en el hermetismo y no quiere pronunciarse sobre el tema «para evitar malentendidos».