Juan Manuel Bar pone el candado a la portería del Recoletas

El Recoletas puso una pica en Pamplona, plaza casi maldita para los vallisoletanos. El equipo de Pisonero, desde la defensa y sujetado bajo ese último eslabón llamado portería y que tantos quebraderos de cabeza dio la pasada temporada, supo tomar la siempre complicada pista del Anaitasuna. La estelar actuación de su portero, Juan Manuel Bar, que en su regreso a la que fue su casa se convirtió en toda una pesadilla para su ex equipo, acabó por dictar sentencia en una primera mitad sin duda para enmarcar y guardar en la memoria.

Y es que Bar puso el candado a la portería del recoletas con nada menos que 17 paradas de 38 lanzamientos y un 45% de efectividad. Aunque el verdadero mérito del portero internacional argentino estuvo en la primera mitad, con 11 intervenciones de 18 lanzamientos para dejar seco a un Anaitasuna que se quedó son tan solo 7 goles después de los treinta primeros minutos por 14 de su rival.

El Recoletas, con una gran defensa de anticipación y la colaboración de su portero, dejó encaminado el importante triunfo sobre el Anaitasuna con 30 minutos por jugarse. Y tras nadar, con un perfecto nado, refrendado en su defensa y su transición, guardó la ropa aguantando la reacción del equipo pamplonesa, que solo se pudo acercar a cuatro goles en el marcador.

Cerrado el eje central, donde el Anaitasuna tenía su máximo peligro en el pivote, Aitor García, el Recoletas supo contemporizar y administrar su laboriosa ventaja , que nunca se vio amenazada. Los hermanos Martínez sacaron sus látigos a pasear para firmar un triunfo, el primero como visitante de la temporada, que vale su peso en oro. Con todo decidido un desafortunado golpe a 14 segundos para el final a Álvaro Martínez agrió el triunfo (22-27).