Diario de Valladolid

BALONCESTO / PRIMERA FEB

'Despertares' o la vuelta a la vida insuficiente del UEMC Real Valladolid Baloncesto

Después de treinta largos minutos ‘vegetando’ el UEMC Real Valladolid Baloncesto despertó en Burgos, compitiendo e incluso pujando por el triunfo, pero fue tarde (94-85)

Un lance del partido del UEMC Real Valladolid baloncesto en Burgos.

Un lance del partido del UEMC Real Valladolid baloncesto en Burgos.TOMAS ALONSO

Publicado por
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Sumido en un profundo trance. El UEMC Real Valladolid Baloncesto, el equipo que iba a deslumbrar y marcar una nueva época con un baloncesto más moderno, volvió a hincar la rodilla víctima de la impotencia y... la incapacidad de estar en trance durante más medio partido. Medio partido sin agachar el culo con una defensa de sombras y sonrojo a beneficio de un rival que jugó a placer en ese baloncesto ‘coast to coast ’,  a campo abierto de correr y correr. Y ahí comenzó a cavar su tumba, incluso con el debut del 'gigante' Rozitis,  el equipo de Encinas concediendo canastas sin oposición y cayendo en la trampa de un scouting poco o mal trabajado. Porque acaso ¿no se sabía como y a qué velocidad jugaba su rival y qué jugador debía ser punteado en sus lanzamientos? 

Con ese ataque de amnesia, calcado y repetido, el UEMC Real Valladolid fue un pelele, un juguete en manos de un Tizona muy superior que le sacó los colores primero en el primer cuarto con 28 puntos y luego en el segundo con otros 27. Y con 55 puntos encajados en veinte minutos (55-40) mucho tenía que cambiar la cosa tras el paso por los vestuarios si no quería salir de nuevo ridiculizado por tercera vez consecutiva.

Lucha por un rebote en el Tizona-Real Valladolid

Lucha por un rebote en el Tizona-Real ValladolidTOMAS ALONSO

El intercambio de golpes fue un suicidio como la mala, la nula defensa al hombre balón, sin ayudas y, de nuevo, con las salidas de los bloqueos en el punto de mira. Tras unos ridículos e inconcebibles veinte primeros minutos hacía falta un reseteo por completo, primero para poder competir y no ser pisoteado y después para poder ganar el partido. Y ese despertar del todo necesario llegó aunque...quizás tardó en llegar demasiado, en el último acto. Después de treinta minutos vegetando y solo 10 trabajando.

Solo hizo falta agachar el culo y sobre todo no confundir la actividad con el aceleramiento desmesurado y desordenado donde Kovacevic te daba lo que después te quitaba en medio de la anarquía local como única respuesta a la impotencia. No se podía jugar peor. Tras la escabechina sufrida con los triples en los dos primeros actos, la reanudación al menos sirvió para que las diferencias no se dispararan (75-59).

Kovacevic como abrelatas en su lucha contra el mundo como mecanismo de reacción.

Kovacevic como abrelatas en su lucha contra el mundo como mecanismo de reacción.TOMAS ALONSO

Y cuando todo parecía perdido camino de otro fusilamiento esta vez en el paredón de El Plantío, el UEMC Real Valladolid, por fin pareció dar con la tecla. Y lo hizo, como debe de ser, desde atrás, con el mono de trabajo puesto.

Rebotes muy largos

Puesta en escena. lamentable la actitud defensiva de un equipo que calcó errores y actitud al encajar 55 puntos al descanso y le dejaron marcador.
Despertares. Apenas cinco minutos de trabajo y concentración bastaron para entrar en partido. Pero los 30 anteriores vegetando le llevaron a la tumba.

Casualidad o no el Tizona se atascó y se quedó los cuatro primeros minutos del último cuarto sin anotar. El UEMC Real Valladolid le devolvía a su rival, igualmente de forma incomprensible, un parcial de 0-13 del primer cuarto que rompió el partido y abrió la caja de las dudas.

Encinas hace indicaciones a sus jugadores en El Plantío.

Encinas hace indicaciones a sus jugadores en El Plantío.TOMAS ALONSO

Como por arte de magia en El Plantío había partido después de no haberlo durante 30 largos minutos. El 75-72 que reflejaba el marcador con seis minutos por consumirse otorgaba esperanza a los vallisoletanos. Pero como ocurriera en la película ‘Despertares’ en 1990, la vuelta a la vida del paciente senil de Parkinson (Robert De Niro), fue de ida y vuelta. Lamentablemente el famoso medicamento L-dopa (defensa), inyectado en vena por Lolo Encinas (en la película Robin Williams) en el partido de ayer tuvo, como en 'Despertares', fecha de caducidad. Porque el Parkinson del Real Valladolid llevó a su estado, por lógica, por desgaste, a caer ante un rival, por justicia y... por minutos, superior. Otra derrota (94-85), al menos esta diferente, pero a fin de cuentas otra derrota ganada a pulso.

tracking