Prometedor estreno del 'nuevo' Real Valladolid Baloncesto

La actividad es lo que hace feliz al hombre. Esta máxima de Goethe interpreta a las mil maravillas el sentimiento, filosofía de juego y deseo del nuevo entrenador del UEMC Real Valladolid Baloncesto, que en su primer test evaluatorio, metido con calzador por la FEB con una Copa de España que llega en esta primera edición de forma atropellada, no solo cumplió sino que mostró, ya de salida con un equipo prácticamente nuevo (solo cuatro repiten del año pasado) brotes verdes que cuanto menos invitan a pensar en positivo.

El primer test no era precisamente un plato de buen gusto ante el descendido Palencia Baloncesto, sobre el tapete con una plantilla superior y más rodada. Pero aunque Lolo Encinas vaticinaba fases de caos en el debut del equipo ante su afición en este duelo que llevaba consigo no solo los puntos en juego para la Copa de España sino un billete para la Copa de Castilla y León de la próxima semana, las hubo, sí, pero pocas. Muchas más en un rival desgobernado desde su banquillo con un Luis Guil acelerado que no hizo sino que acabar enterrando a su equipo con sus protestas.

 Porque a los dos parciales sangrantes de 13-1, que primero sirvió al UEMC Real Valladolid para meterse en partido en el segundo cuarto, y después con otro de 13-2 o 16-4 en el tramo final del cuarto periodo que ejerció de puntilla, se unió una técnica coincidiendo con un también desbocado Wintering, en su eterna guerra de guerrillas cuando juega con Valladolid.

El UEMC Real Valladolid, aparentemente un equipo pequeño (físicamente) en la cancha y con mucho trabajo por delante sobre todo en lo concerniente en las recuperaciones defensivas de sus pívots, las ayudas en el lado fuerte y la defensa de los bloqueos, mostró ese hambre que intenta inculcar el ‘intenso’ Lolo Encinas. Sin perder nunca el norte, el Real Valladolid, en el estreno también de sus nueva piel (equipaciones), supo vivir ante la superioridad de Palencia, muy clara en pista provocada por Vaulet en sus emparejamientos de fuera a hacia adentro a través de los triples. Kovacevic primero sacó su fusil y luego el ‘temporero’ Atencia (con dos meses de contrato) demostró que no solo tiene puntos, muchos puntos en sus manos sino que ha venido para quedarse. Tiempo al tiempo.

El Real Valladolid supo esperar su momento para asestar, a través de esa actividad extrema, aún con jugadores en fase de rodaje, el golpe definitivo. Y lo hizo con el despertar tras el descanso de un Hoover llamado a liderar el equipo y que en la primera mitad estuvo desaparecido con 2 puntos para acabar con 16. Y también con la polivalencia de los dos bases, Sans y Atencia que hicieron que el equipo nunca se cayese del partido.

En el debe, quizás, la aportación con cuentagotas de su juego interior,, con Wilson, Vucetic, Egekeze, De la Fuente e incluso 'Juangar' como ‘4’ con mucho trabajo por delante.

En definitiva, un triunfo (88-80) laborioso y... a la vez tremendamente valioso porque entre otras cosas ‘regala’ uno o dos partidos la próxima semana en la Copa de Castilla y León mientras Palencia deberá a esperar el desenlace del derbi burgalés entre San Pablo y Tizona para ver si el perdedor cae por más de 8 puntos para poder repetir presencia en la Copa.