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JUDO / JUEGOS PARALÍMPICOS PARÍS 2024

A los 47 años Marta Arce logra su cuarta medalla paralímpica en París

En sus quintos Juegos, la judoka vallisoletana, doce años después de su última presea, se cuelga la medalla de bronce tras imponerse en su último combate a todo o nada a la brasileña da Silva tras un ippon a los 19 segundos

La judoka vallisoletana Marta Arce, con su presea de bronce en París.EM

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Valladolid

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¿Quién dijo miedo? Ya lo dijo Marta Arce meses atrás en Los Desayunos de la APDV en Valladolid que nadie le iba a quitar la ilusión de tomar parte en sus quintos Juegos Paralímpicos pese a su elevada edad. Y es que con 47 años, la vallisoletana, abanderada del equipo paralímpico español, volvió a desafiar el muro de la lógica con su tesón. Un tesón y una fuerza de voluntad impresionantes debajo de esa inmensa sonrisa y ese inconfundible humor que la lleva a pujar por cualquier reto.

Y lo consiguió... No solo acudir a la cita de París, sus quintos Juegos Paralímpicos, sino en el más difícil todavía, subirse de nuevo a un cajón de la fama nada menos que doce años (tres Juegos Parlímpicos) después de su última presea. La incansable judoca vallisoletana es de bronce en 57 kg categoría J2 y añade una nueva medalla paralímpica, la cuarta, a su ya excepcional palmares: plata en Atenas 2004; plata en Pekín 2008; bronce en Londres 2012; y...ahora bronce en París 2024.

Marta Arce en su último combate que le valió la medalla de bronce ante la brasileña Da Silva.EM

Un Waza-ari ante Kumushkhon Khodjaeva le apartó de la plata en su penúltimo combate. La que fuera abanderada en la ceremonia de apertura de estos Juegos Paralímpicos de París 2024 se impuso en su último y decisivo combate por el bronce ante la brasileña Lucia da Silva. Y lo hizo de forma espectacular con un Ippon – Soto-makikomi cuando apenas habían transcurrido 19 segundos Y posiblemente en este combate la veteranía de la judoka vallisoletana y el conocimiento de su rival jugó un papel determinante en el tatami del Campo de Marte Arena de París.

Marta Arce, natural como pocas, se mostró satisfecha de lo conseguido tras su agotadora jornada desde por la mañana con varios combates que tuvo que sacar adelante. «La verdad es que creo que ha sido la competición con más flow que he hecho nunca. Ha sido un día en el que durante el calentamiento había visto que me encontraba bien. Incluso diría que mejor que en algunos de los Grand Prix anteriores. He tenido buenas sensaciones y he superado esa barrera física de fatiga que hay que pasar para poder hacer este tipo de trabajo físico que es un combate».

Lo que podía ser el final de su carrera le abre una puerta para el futuro. «Me acabará retirando la vida, pero ahora no voy a decir nada de retirarme porque, precisamente, lo que me hace volver es pensar que esa puerta está cerrada y quizás, si la dejo abierta, la voy cerrando poco a poco, pero es que es tan bonito...», indica la vallisoletana que cabe recordar tiene solo un diez por ciento de visión debido al albinismo óculo-cutáneo que padece.