La tarea inacabada de Juan Carlos Pastor en los JJOO con Egipto

La selección de Egipto de balonmano causó sensación en París, con una fase de grupos en la que los de Juan Carlos Pastor hicieron méritos suficientes para ser tenidos en cuenta en los cruces. Caprichos del destino la selección española fue la que dejaba en el camino al combinado africano en cuartos de final por 29-28 en la prórroga. «Hemos hecho un gran torneo y merecíamos más, al menos estar en semis», explica Pastor. «Nos tocó un grupo terrorífico, fuimos segundos y ante España tuvimos mala suerte con las lesiones. Desde la defensa pudimos romper el partido para irnos más de 4, Gonzalo siempre estaba ahí y la segunda nos fueron cogiendo y siguió parando mucho. Al final se va a un cara o cruz, tenemos opción de ganar, fuimos mejores, pero Gonzalo paró mucho y hubo goles desde sitios difíciles». El desenlace cruel les apeó de la penúltima ronda, confirmando la igualdad del balonmano actual: «Había seis equipos en un solo gol». Ganaron a Argentina, Noruega, Hungría, firmaron tablas con Francia y cayeron ante Dinamarca.

Otra experiencia positiva para él en unos Juegos, en Pekín fue bronce con España, pero que le deja un regusto sabor por el alto nivel mostrado en la cancha. «Me gustaría tener más gente que jugase partidos de nivel en el extranjero, se nota quien juega en alta competición», explica Pastor que tiene contrato con Egipto hasta junio de 2025.

En el horizonte tiene «el Mundial en la sede de Zagreb» entre enero y febrero, y será en diciembre cuando comience a trabajar con el combinado africano, de manera más intensa, aunque tiene semana internacional en noviembre. Además, aprovechará para ver la SuperGlobe en Egipto, y otras competiciones de primer nivel. Pastor tiene una tarea inacabada.