Valladolid juega ‘su’ Mundial en Marruecos

Unirse es el comienzo. Estar juntos es el progreso. Trabajar juntos es el éxito. Bajo el lema ‘El fútbol es de tod@s’ la Fundación Valores del Fútbol, una fundación nacida en Valladolid que pretende ser una respuesta responsable a la realidad social que vivimos, una sociedad que se encuentra en situación de riesgo para los colectivos más vulnerables como son la infancia y juventud vuelve a sacar su lado más solidario en Marruecos.

En Tánger, con el trabajo y entusiasmo de dos familias vallisoletanas, nueve voluntarios (Mila, Isabel , Paula, Juancar, Pablo , Guille Ángel, Álvaro y el responsable de la entidad, Antonio Rodríguez,) de forma desinteresada y pagándose sus gastos, continúan no sólo con su labor solidaria enviando botas de fútbol a países en desarrollo, 2.000 en sus primeros 5 años de vida, sino que da un paso más en su misión. Durante esta semana y por primera vez esta desarrollando en una pequeña y humilde Granja Escuela de Tánger en un improvisado campo de fútbol de tierra, un campus de fútbol para 50 niños y niñas pertenecientes a la Asociación Darna, una entidad local que trabaja para evitar su exclusión social. Es su particular forma de jugar ‘su’ Mundial antes de ese año 2030 en el que España y Marruecos, junto a Portugal, organizarán de forma conjunta el Mundial.

El fútbol fomenta la integración social, incentiva y promueve la educación y forma a las personas en los valores necesarios para conseguir un mundo más justo y feliz para todos. Bajo este ideario y gracias a la colaboración desinteresada de empresas vallisoletanas como Jesús Suministros Industriales, que ha asumido el coste del transporte de los más de 100 kilos de material deportivo donado por el Club Deportivo San José y muchos particulares, los Farah, Adam, Ali, Malak, Houda.... un grupo de niñas y niños marroquís de entre 8 y 12 años han podido esbozar una gran sonrisa haciendo realidad su sueño de vestir como auténticos jugadores de fútbol y ser durante unos días pequeños aprendices de futbolistas.

Antonio Rodríguez se muestra agradecido de poder vivir esta experiencia. «Muchos amigos y amigas que han donado sus botas para este proyecto nos dicen que estamos haciendo felices a estos niños, pero honestamente considero que esa felicidad no es comparable con la experiencia de vida que nos ofrecen: todo en ellos es gratitud, con sus gestos nos transmiten una sensación que es muy difícil describir. Nos sentimos miembros ya de su comunidad».