BALONCESTO / LEB-ORO
El colmo de los colmos para el Real Valladolid Baloncesto
La resistencia de un mejorado UEMC Real Valladolid es frenada de cuajo por el Betis en el último segundo con un triple a tablero del uruguayo Rodríguez (70-69) / Quinta derrota consecutiva de los de Paco García, que no levantan cabeza tras la sanción a Schmidt
El merecido y a la vez necesitado chute de autoestima que se iba a dar el UEMC Real Valladolid en Sevilla ante el anárquico Betis se esfumó en apenas tres segundos. La última posesión del partido que tuvo el conjunto verdiblanco para arreglar el desaguisado provocado por un gran triple del que iba a ser el gran salvador de los blanquivioleta Jaime Fernández, cambió el sino del partido y devolvió al estado de depresión al conjunto de Paco García, que acumula cinco derrotas consecutivas. Curiosamente los partidos en los que ha estado sancionado su ‘estrella’ Devin Schmidt.
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Diario de Valladolid | El Mundo
El triple liberado de Jaime Fernández, que en la jugada anterior había metido tres tiros libres tras falta, hizo pensar en un triunfo sudado y trabajado. Los abrazos al ala-pívot del UEMC así lo atestiguaba ante un Betis al que no le quedaba más remedio que solicitar tiempo muerto para preparar una de esas últimas jugadas imposibles con 3,6 segundos por jugar.
Pero el conjunto sevillano no solicitó un tiempo muerto sino dos para preparar su jugada de estrategia. Una jugada que acabaría con el deseado y buscado final feliz. Y con un órdago a la grande. No con una jugada de dos puntos para ir a la prórroga sino con un triple ganador. Su artillero uruguayo Joaquín Rodríguez fue el encargado de lanzar ese último lanzamiento con suspense. Un triple mal dirigido pero que acabó impactando en el tablero, un tablerazo en toda regla, para acabar en el cesto y ejecutar de la forma más cruel a su rival ante el jolgorio de una afición sevillana que se frotaba los ojos. El colmo de los colmos.
Sin bases, sin su mejor jugador ofensivo, con el equipo diezmado y con el ánimo por los suelos. Aún así el equipo de Paco García fue capaz de competir, no precisamente con un baloncesto brillante pero sí efectivo (en ataque con Kovacevic enchufado y en defensa con su zona 2-3) laborioso y sobre todo solidario. Ni siquiera el apagón que sufrió en los inicios del último cuarto, cuando en unos instantes perdió una renta de hasta nueve puntos tras un parcial de 15-3, le hizo perder su sitio en el campo y ese deseo hasta ayer quebrado en el olvido.
El Betis, que se juega un puesto de playoff, el último ya que el penúltimo parece destinado al Real Valladolid, se agarró primero a la bandera de la anarquía para a golpe de espasmos sobreponerse a varias técnicas por su alto estado de ansiedad y después a la suerte de esa última jugada que condenó a los vallisoletanos (70-69).