UEMC RVB toca el cielo ante San Pablo

No fue un partido. Fue el partido. Ojalá se quite pronto el apelativo de encima, porque lleguen otros mejores y más importantes, pero el UEMC RVB tocó ayer el cielo ante San Pablo, con una victoria para guardar en el disco duro y poner en bucle a este equipo cuando baje el ánimo y no crea en sus posibilidades. Porque las tiene, y para llegar donde quiera.

En un bonito y muy competido derbi regional, pasaportó al equipo burgalés de forma merecida, realizando un absoluto despliegue de baloncesto en la segunda mitad. Pudo mejorar en el número de balones perdidos y en el acierto en el tiro, pero proporcionó una clase magistral de defensa. El mismo rival que le endosó 48 puntos en la primera parte de quedó en 36 en la segunda.

Esto, unido al acierto en la elección de tiro y a la superioridad en el rebote en ambas canastas, ayudó a materializar un triunfo que acabó de decantarse por el acierto en el tiro libre: 21 de 26 para los pucelanos, 14 de 22 para los burgaleses.

El partido comenzó con un 3-0 con triple de Torres. Justo es recordarlo, pues el UEMC no se volvería a poner por delante hasta la segunda mitad. El San Pablo mandaba en la pintura con Fischer y Rogic inabordables. Speight hacía pleno con tres tiros de dos y llegaban los problemas. Nwogbo era la boya de salvación local, con 8 puntos sin fallos, ya que Schmidt valoró -3 sin anotar en este cuarto, en el que los locales fallaron cuatro mates. Pese a las mano blandas locales y los fallos en el pase, el cuarto acabó 23-26.

El segundo transcurrió de forma parecida, con la única diferencia de que Schmidt comenzó a entrar en combustión, llegando a anotar 7 puntos seguidos. El San Pablo continuaba con su gran acierto en el tiro y Ristic doctorándose bajo el aro. La defensa local, con cambio a zona, era mejorable, con ese 43-48.

Se comprobó tras el descanso, cuando los blanquivioleta salieron a morder. Entre su gran defensa y el desacierto burgalés, propiciado en gran parte por ella, el marcador se dio la vuelta. Kovacevic y Ziggy pusieron el empate a 48 y Nwogbo hundió la pelota tras asistencia de Sergio para colocar por delante al Pucela desde el 3-0 inicial.

Un parcial de 9-0 colocó al UEMC RVB 52-48. San Pablo no se lo esperaba pero cuenta con mucha calidad y aguantó el tirón hasta empatar. Schmidt deshizo la igualada con un canastón limpio desde su campo sobre la bocina, para el 65-62.

El último cuarto fue apoteósico. Cuando el UEMCse iba, San Pablo recortaba. Jaime Fernández y N’Guessan se habían unido en esta segunda parte a la fiesta de Torres, Kovacevic y Schmidt. El 72-64 parecía ventaja suficiente pero Corbalán y Lapornik se negaron a tirar la toalla.

Un parcial de 0-8 trajo un nuevo empate. Parecía que la mayor experiencia y calidad de los burgaleses podía ser decisiva, pero el UEMC peleó cada balón como si fuese el último de su vida. El marcador hacía la goma. A ambos equipos les quemaba el cuero en las manos. De ese 72-72 se pasó al 82-76 que parecía decisivo... pero llegó el 84-84.

Entonces Schmidt tomó el mando. Tras anotar tres tiros libres (87-84), quedaban 34 segundos. Era posible otro empate, pero dos pérdidas visitantes provocaron las canastas de Jaime y el propio Schmidt para el 91-84 y el delirio final.

Sí, este UEMC RVB puede ganar a cualquiera. Sólo hace falta que se lo crea. Y que defienda como en esta segunda parte.

PACO, 200 PARTIDOS. El club entregó un póster enmarcado a Paco García por sus 200 partidos con el equipo.