Diario de Valladolid

BALONCESTO / LEB-ORO

Sesteo del Real Valladolid Baloncesto ante el colista

Victoria sin brillo otra vez de un acomodado conjunto blanquivioleta ante el endeble Clavijo, liderado por los incombustibles ‘hermanos cuarentones’ Urtasun / Presentación de la cantera, debut de la mascota Dunki y estreno de los nuevos y espectaculares videomarcadores en Pisuerga

Puidet es defendido por un jugador del Clavijo. / PHOTOGENIC

Puidet es defendido por un jugador del Clavijo. / PHOTOGENIC

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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La visita a Pisuerga del colista, Clavijo , liderado por dos ‘cuarentones’ incansables e incombustibles como son los hermanos Urtasun (de la generación del 84, la misma del retirado San Emeterio, por ponernos en situación) requería un plácido baño y masaje para el UEMC Real Valladolid en un día grande con la presentación de la mascota Dunki , de los equipos de la  cantera y el estreno de los videomarcadores .

Sin embargo y en ese empeño casi obsesivo de complicarse la existencia, el equipo de Paco García , marcado por ese mal habitual de la intermitencia y las desconexiones que le condena un partido sí y otro también para acabar sufriendo, aunque sea contra el último clasificado, el UEMC Real Valladolid ganó sin más.

La mascota del Real Valladolid Baloncesto, Dunki, el día de su debut. / PHOTOGENIC

La mascota del Real Valladolid Baloncesto, Dunki, el día de su debut. / PHOTOGENIC

Objetivo cumplido de puertas hacia afuera, que era lo que se trataba,  aunque de puertas hacia adentro y conociendo a Paco García, las sensaciones volvieron a ser diferentes y encontradas.

EL MUNDO

EL MUNDO

 

Clavijo compitió de la mano de sus dos veteranísimos jugadores y del deseo de su entrenado Jenaro Díaz , buscando en todo momento actividad defensiva a base de diferentes defensas, con mixtas de ajustes (triangulo y dos y caja y uno), que cuanto menos complicaron la existencia a un UEMC Real Valladolid, de nuevo acomodado y con regalo de minutos para algunos jugadores. Y es que en el baloncesto actual querer jugar con los doce jugadores, aunque sea ante el último, chirría, como ocurrió ayer en un partido de guante blanco convertido no en guante negro pero sí en grisáceo en otra oportunidad perdida para recuperar sensaciones de cara al futuro.

La superioridad clara y manifiesta de los blanquivioletas en el juego interior, con Nwogbo imparable en el poste bajo y N'Guessan barriendo los balones sobre el aro, unido a los chispazos de puntería de Kovacevic en el segundo cuarto (tres triples casi seguidos) cuando el partido se rompió (parcial de 29-16), sirvieron para mantener a raya a un rival que nunca arrojó la toalla.

Todo lo contrario pese a su más que evidente inferioridad física pero agarrado al liderazgo de los Urtasun, con 20 y 17 puntos cada uno,  y la pleitesía o más bien condescendencia defensiva vallisoletana, algo que de momento sigue sin corregirse.

Quizás la ansiedad  por querer matar el partido cuanto antes (31 de 62 en tiros de campo) traicionó a un Real Valladolid Baloncesto que con 18 puntos arriba (66-48) accionó antes de tiempo (quedaba todavía un cuarto) el interruptor de 'se acabó', todo lo contrario de su rival, que se resistió en todo momento a ser masacrado y apalizado e incluso se permitió el lujo de poner nervioso al respetable, con murmullo incluido en la grada ante el desespero y filípica desbocada con toda lógica de Paco García a los suyos desde la banda.

Foto de familia de la cantera en el descanso del partido. / PHOTOGENIC

Foto de familia de la cantera en el descanso del partido. / PHOTOGENIC

 

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