Caos en el Recoletas: obligado a fichar otra vez un portero

El gozo en un pozo para un Recoletas Atlético Valladolid mediatizado y condicionado por esa  Ley de Murphy que dice que  «si algo puede salir mal, saldrá mal». Y nos referimos a lo males que sufre su portería y que ha afectan de lleno al rendimiento deportivo de un equipo que como por arte de magia se ha desinflado de forma espectacular. 

Primero vino y por sorpresa la retirada de Yeray Lamariano antes del inicio de la segunda vuelta. El veterano portero decidió poner fin a su carrera profesional tras un percance físico (balonazo en la cara) antes del final de la primera vuelta. Esa baja dejó al equipo cojo en la portería, con solo César Pérez y el novel juvenil Enrique Llorente como escudero. 

Un percance que obligó al club por vía de urgencia a fichar un nuevo portero, dado que su portero juvenil, no deja de ser un estudiante de Segundo de Bachillerato, con todo lo que ello lleva consigo no solo por inexperiencia sino por la  imposibilidad de entrenar por las mañanas. La llegada del chileno Pipe García , recuperado para la causa tras estar casi retirado en un equipo de Primera nacional, ejerció de parche para mejorar los negros números de una portería convertida, por números, en la peor de toda la Liga Asobal. Cruel decirlo pero una realidad. ¿Dónde estaría el equipo con mejores números en la portería?

CÉSAR, AL QUIRÓFANO . Aunque los números no han mejorado desde la llegada de Pipe García, la Ley de Murphy ha rizado el rizo con la lesión de gravedad del portero titular César Pérez. Rotura del ligamento cruzado de su rodilla y adiós a la temporada. El capitán del Recoletas Atlético Valladolid, que acaba contrato el próximo mes de junio estará de baja cuanto menos hasta el próximo mes de noviembre o diciembre según las previsiones médicas.

Nueva luz de alarma y grito de socorro en un Recoletas Atlético Valladolid que es consciente de que la aportación que pueda dar el joven Quique Llorente, aún demasiado verde, no es suficiente.

COMITÉ DE COMPETICIÓN . La lesión de César Pérez obliga a incorporar a un nuevo portero hasta final de temporada. El club ha mandado un escrito a la Federación Española para preguntar si puede fichar  a un portero que haya jugado o haya sido alineado en la Liga Asobal en la presente temporada . Y se basa en una cláusula de la Liga Asobal en la que podría hacerlo de «manera excepcional» por causa de una lesión de gravedad como es el caso aunque en la Federación Española no lo tienen claro. El mercado sigue abierto hasta la jornada 26 (cuando resten cuatro) pero impide fichar a jugadores que ya hayan sido alineados en el presente ejercicio 23-24, aunque sea de forma testimonial o para parar un penalti. El Comité de Competición, que se reúne hoy, dará respuesta al Recoletas Atlético Valladolid para tomar uno u otro camino.

UNA CESIÓN. La secretaría técnica del Recoletas Atlético Valladolid trabaja en conseguir la cesión de un joven portero. Sus miras se focalizan principalmente en dos clubes, el Ademar de León y el Granollers. En ambos casos se ha tirado la piedra sobre porteros de proyección y futuro (son o han sido internacionales de categoría júnior con España).  

En el caso del Ademar se ha preguntado por la situación del vallisoletano Álvaro Pérez, ahora desplazado a  tercer  portero en beneficio de Kyliam Ramírez (25 años), escudero de  Saeid Barkhordari (34).  En el caso del Granollers se ha pedido la cesión de Pol Amores (20 años) o de Pau Panitti (19), jugadores con los que ha coincidido Alejandro Pisonero en la selección española júnior. Estos dos porteros ejercen de escuderos de Roberto Rodríguez (23) en el cuadro vallesano.

Si la Federación no da vía libre al Recoletas no le quedará más remedio que busca en la B o fuera de España.