FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Real Valladolid: Delanteros ¿para qué?
1.072 minutos del último gol de Sylla / La derrota en Andorra es la gota que colma el vaso en los planteamientos rácanos de Pezzolano en la que los delanteros son figuras decorativas
Don Erre que erre. Da lo mismo que vaya en dirección contraria. No importa que su miedo condicione las alienaciones y el sistema de juego en los partidos fuera de casa. Los errores se calcan , se repiten hasta la saciedad en una Segunda División que, al menos, concede la enésima oportunidad a un Real Valladolid marcado y condicionado por la racanería de su entrenador. Pezzolano es obstinado hasta la saciedad , de forma obsesiva y casi desafiando a todos, medios de comunicación, afición y posiblemente parte de sus jugadores. Pocos, nadie (salvo un presidente Ronaldo marcado por su invisibilidad) entienden por qué el delantero, el azúcar en los dulces, es mera figura decorativa.
La pregunta es obligada. ¿Para qué los delanteros centros? Por su cabeza y en su sistema la figura del ‘9’ parece condenada al ostracismo. Ocurrió en el aciago inicio de temporada hasta el tímido, sólo tímido, despertar de Sylla, con seis goles. Seis goles para convertirse en el máximo artillero del Real Valladolid al paso de la jornada 29. Ver para creer.
Un equipo con la vitola de ser candidato al ascenso, incluso al ascenso directo (a 4 puntos de distancia en estos momentos) con el lujo de no dar valor al delantero. Porque no es normal que Sylla , el delantero por el que se decanta Pezzolano pese a la recuperación de su lesión de Marcos André y el fichaje a bombo y platillo de Negredo en el mercado invernal, acumule ya la friolera de 1.072 minutos o lo que es lo mismo más de 11 partidos (su última diana se remonta al 2 de diciembre cuando hizo el 1-1 a los 8 minutos de juego en el duelo en el Ciudat de Valencia ante el Levante) sin ver puerta. Y otro dato clarificador. 1o partidos seguidos, 900 minutos, para ver el último gol del Real Valladolid a cargo de un delantero, Salazar.
El Real Valladolid ha vivido, mal vivido, en las últimas jornadas gracias a los goles de mediocentros, extremos o defensas. No parece haber más soluciones en la cabeza de un Paulo Pezzolano, también lento de reflejos , que incluso en el último envite en Andorra, se permitió el lujo de jugar 5 minutos, sin un referente en el área cuando sustituyó a Sylla. Ni siquiera el entrenador uruguayo parece tener un plan B para cuando las cosas, como ocurrió en Andorra por demérito suyo, se tuerzan.
¿Para qué delanteros? Cuando no los tenía, que no los tenía, y ahora que los tiene ( Marcos André y Negredo ), son carne de banquillo. Marcos André dispuso de apenas 5 minutos para arreglar el desaguisado. Y Negredo apenas ha jugado 26 minutos en dos partidos y además no siendo ni siquiera alineado en los dos últimos. ¡Ah! Y... Cedric, condenado.
La quinta amarilla a Sylla ante el Andorra acarrea sanción y obligará, o no, a Pezzolano a dotar de galones a otro delantero. O bien al ya recuperado Marcos André o al recién incorporado Negredo. Tiempo al tiempo. aunque con Pezzolano nunca se sabe con su consabida obsesión de cerrar los entrenamientos a cal y canto a los medios de comunicación. Visto lo visto. ¿Para qué?
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