FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Un Real Valladolid con escudo y sin espada pierde en Villarreal
Un equipo blanquivioleta alocado y disperso tras un comienzo de control de juego es incapaz de brindar puntos a su afición en el día en que recupera su blasón histórico / Sin delantero centro desde el minuto 61
El mismo 2023 en que el Real Valladolid fue capaz de ganar al Villarreal en La Cerámica, en Primera, vio cómo el cuadro blanquivioleta caía ante el filial amarillo, en Segunda, el día que recuperaba su escudo histórico. El coliderato tendrá que esperar y, lo que es peor, la diferencia que podía agrandarse con los equipos de la zona de promoción queda estancada en ese punto que le separa de Sporting y su próximo rival, el Racing de Ferrol. Los blanquivioleta tiran cada bola extra que se les presenta. Su máximo signo de regularidad es que son irregulares.
En el fútbol nada viene dado. Ni siquiera el buen comienzo de un equipo, con el juego controlado, las líneas bien colocadas y buen balance en el campo, es garantía de que se prolongue en el tiempo. Lo difícil es empezar bien, y el Pucela lo consiguió.
Bien pertrechado atrás con ese chaleco antibalas que atiende al nombre de Juric y que también atacó hasta que fue cambiado, el Real Valladolid se veía a gusto y alegre con el balón. Moro era un misil al que Lanchi sólo tapó a base de faltas, con la total permisividad arbitral, hasta el punto de irse sin tarjetas del partido. Los de Pezzolano llegaban por el flanco izquierdo, pero alternaban sus incursiones con el derecho y con internadas por el centro. Su dinamismo se vio con el gol anulado a Salazar, titular, por claro fuera de juego. Luego disparó Moro. Después, Kenedy, cerca del larguero.
El Pucela estaba tan a en su salsa que no dudó en plantear un partido abierto al toma y daca. Y salió daca. Forés recogió un balón en la frontal. Nadie le entraba. La defensa, delante y mirando. El punta del Villarreal pudo pensar su tiro y lo ejecutó cerca del poste, a gol.
Esta vez el error fue fatal para los pucelanos, que pasaron de embridar el partido como si hiciesen doma clásica a montar un toro mecánico. El orden dio gradualmente paso la improvisación y después al caos. Se llegaba a empellones, misma forma en que lo hacía el rival. El Pucela se apoyaba atrás en un infinito Juric que también atacaba y merece llevar de dorsal un ocho tumbado. Delante lo hacía en Moro, el único con chispa, desborde y profundidad. Había llegadas... sin remates.
La segunda parte fue de autor. Pezzolano rompió a su equipo mientras que Álvarez lo asentó. Salazar se marchó pero no entró Arnu y se jugó sin delanteros. Kenedy no lo es, y menos ayer, que no fue nada. Juric, después cambiado (¿?), Boyomo, Anuar y Meseguer tuvieron oportunidades, desperdiciadas. Iker salvó un autogol. El balón parado fue un desastre y hasta Masip sacó un mano a mano a Forés.
El Pucela acabó volcado pero sin orden ni una dirección desde el banquillo que lo rescatase de su anarquía, en la que cada uno hizo la guerra por su cuenta.
FICHA TÉCNICA
Villarreal B: Iker; Lanchi (Espigares, min. 90), Lekovic, Íñiguez, Romero (Del Moral, min. 58); Ontiveros (Ferrari, min. 90), Gelardo (Rodrigo, min. 79), Carlo, Tasende (Requena, min. 79); Forés y Pascual.
Real Valladolid: Masip; Luis Pérez, Boyomo, Torres, Rosa; Iván Sánchez (Anuar, min. 46), Monchu, Juric (Montiel, min. 61), Moro; Kenedy y Salazar (Meseguer, min. 61).
Árbitro: González Francés.
Tarjetas amarillas: Romero, Salazar, Moro, Del Moral, Anuar y Juric.
Goles: 1-0: Forés (min. 22).