FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Zorrilla vibra con España
La afición llenó el estadio y animó de principio a fin a una selección que pasó sus momentos más complicados con el empate y la lesión de Gavi / La ola surgió en la grada durante las dos mitades / Respeto total a Georgia
Todas las gargantas en el José Zorrilla fueron una para llevar al equipo local en brazos hasta el éxito. Esta vez el apoyo no fue destinado al Real Valladolid sino a la selección española, el otro equipo de la afición pucelana. 24.146 espectadores poblaron sus butacas.
La grada del coliseo blanquivioleta estuvo a la altura de la ocasión, con un apoyo constante no desde el primer minuto, sino desde el momento en que los internacionales españoles saltaron al campo para calentar. La gran parte de la hinchada rojigualda fue madrugadora y ocupó su plaza en el graderío de forma ordenada y amistosa.
Todos eran conscientes de que asistían una fiesta del fútbol en la que el combinado nacional ya estaba clasificado y se trataba de saber si lo hacía como campeón de grupo o como segundo clasificado.
Finalmente España fue líder, gracias a su victoria ante Georgia. El empate de Escocia en su feudo frente a Noruega la aleja a cuatro puntos. Continúa así el buen fario de Zorrilla con la selección española, la cual siempre ha ganado. Estados Unidos (2-0), Chequia (1-0) y Costa de Marfil (3-2) cayeron en Zorrilla. Georgia aumenta esta lista de víctimas de España en el estadio pucelano.
El buen talante de la afición que pobló las gradas del estadio, la mayoría abonados y seguidores blanquivioleta, se comprobó desde que sonaron los himnos nacionales. El de Georgia se escuchó como siempre debe ser pero no es habitual en España: con total silencio y respeto. Una quietud que se convirtió en ruido atronador tras el primer gol de España. En el cuarto minutos del encuentro Le Normand marcó el 1-0 y Zorrilla fue una explosión coral de alegría. La hinchada no aflojó ni siquiera después del empate de Kvaratskhelia, estrella del Nápoles y uno de los jugadores emergentes europeos, seis minutos después. El silencio inicial por el desconcierto del gol dio paso a una batería de aplausos, sin un atisbo de crítica ni decepción.
Las muestras de ánimo siguieron con el aplauso cerrado a Gavi tras retirarse por una lesión que parece grave. Continuaron con el gol de Ferran para deshacer el empate y se festejó con sordina el autogol de Lochoshvili que supuso el 3-1 final.
La grada prorrumpió de nuevo en aplausos tras la retirada de Nico y, sobre todo, con la de Rodri, el mejor jugador sobre el campo. La ola recorrió feliz el graderío en las dos partes. El pitido final trajo la última explosión de alegría de una afición que ya espera de nuevo a España.