El Real Valladolid con el sambenito de encajar la tercera derrota más dolorosa en 25 años

Pocas derrotas escocieron tanto. El 5-1 encajado por el Real Valladolid en Ipurua vuelve a abrir la caja de Pandora que alienta a los detractores de Paulo Pezzolano . El técnico uruguayo volvió a naufragar ante otro rival de la parte alta de la tabla, para muchos un claro síntoma de lo que le puede suceder al equipo esta temporada.

Y es que su planteamiento, de nuevo rácano e incluso obsesivo con esa línea de cinco atrás para no encajar que acaba haciendo aguas a las primeras de cambio para tener que variar el esquema de forma obligada sobre la marcha, no hace sino alimentar las dudas que cantan sobre él. El quinto gol del Eibar en las postrimerías del encuentro resucitaron, casualidad o no, los c ánticos de ‘Pezzolano, dimisión ’ gritados con altavoz en Ipurúa por las valientes que viajaron a Eibar para ver al difunto Real Valladolid.

Más de lo mismo. ¿De qué sirve tener la posesión de balón (55% ante el 45% del Eibar) si el rival te acaba masacrando no solo con una goleada (5-1)  sino con hasta 13 ocasiones claras de gol? Sí, 13 por solo dos del Real Valladolid en lanzamientos entre los tres palos.

El equipo de un Pezzolano de nuevo descolocado, lento de reflejos y totalmente equivocado  firmó en Ipurua una de las derrotas más sangrantes en Segunda División. Concretamente en el presente siglo es la tercera peor derrota del Real Valladolid. Y en los últimos 50 años en Segunda, sin duda  de las más dolorosas por la paupérrima, sí paupérrima, imagen ofrecida. ¿De qué sirve tener   una de las plantillas más caras de Segunda si cuando ni siquiera se ha consumido un tercio de campeonato el entrenador ya pide entre bambalinas refuerzos en el próximo mercado de invierno ?

Los 23 remates recibidos por el Real Valladolid ante el Eibar, 13 de ellos entre los tres palos ejerciendo el criticado John curiosamente de milagroso flotador,  pueden incluso llegar a ser récord, reforzando la tesis de que el 5-1 es una de las derrotas más dolorosas y sangrientas del conjunto blanquivioleta en los últimos 50 años siendo equipo de Segunda División.

En este siglo el Real Valladolid solo ha tenido dos peores resultados como equipo de Segunda División  que el obtenido en Ipurua en la tarde-noche del pasado viernes abriendo la 13ª jornada. Solo el 6-2 ante el Sevilla Atlético en 2017 con Paco Herrera en el banquillo y el 6-1 encajado ante el Cádiz en 2005 con Marcos Alonso de entrenador evitan un sonrojo mayor.

Además es la séptima vez en los últimos 50 años que encaja cinco o más goles en Segunda . Desde la llegada de Pezzolano al banquillo blanquivioleta esta es la derrota más dura tras el 2-5 encajado la pasada campaña en primera ante el Atlético de Madrid. 

Echando la mirada atrás, concretamente a la última temporada del ascenso a Primera con Pacheta, aquel Real Valladolid de la campaña 21-22, justo ahora hace dos años, también con sensaciones similares (el equipo fuera le costaba mucho) sufrió un sonrojo de similar calibre al salir goleado de Amorebieta por 4-1. Cabe recordar que en las primeras jornadas también perdió en Burgos (3-0), Girona (1-0) y de aquella ‘debacle’ continúan en el equipo cuatro jugadores: Javi Sánchez, Masip, Luis Pérez y Anuar.

La hemeroteca enseña también otras derrotas de gran calibre como  los tres 5-0 encajados en Cádiz en 1976, en Sevilla en 1975 y en el campo del San Andrés en 1974.

La derrota duele aunque menos que las malas sensaciones que, sin ir más lejos, costaron el puesto a Pacheta la pasada campaña tras el 6-0 en el Bernabeu.