Oviedo-Real Valladolid: 90 minutos y una guillotina

Las aguas bajan revueltas en Oviedo, próxima parada y posta del Real Valladolid. El pobre bagaje del conjunto carbayón en este arranque liguero, penúltimo clasificado después de seis jornadas en las que no ha conseguido ganar (tres puntos, fruto de tres empates ante Racing, Sporting y Levante), colocan en el disparadero a su entrenador Álvaro Cervera, que llegó al banquillo la pasada campaña en la undécima jornada.

La paciencia con el técnico del Oviedo parece haber llegado a su final una vez que el técnico del Oviedo con una productividad de 14 triunfos 10 empates y 13 derrotas en los 37 partidos dirigidos desde octubre de 2022, no termina de arrancar y dar con la tecla no solo de los resultados sino también del juego.

 

Pero si en Oviedo las aguas son turbias, en Valladolid la fuerte marejada que rodeó al equipo y a su entrenador Paulo Pezzolano hasta el minuto 90 del último envite ante el Cartagena en Zorrilla, ha pasado a simple marejada. Porque el agónico triunfo ante el Cartagena no aplacó la ira de una afición tremendamente descontenta con el presidente, el ausente Ronaldo, con su equipo y sobre todo con su entrenador al que no dudó en pedir a gritos la dimisión pese al gol salvador de Cedric. 

El duelo del sábado en el Carlos Tartiere (16.15 horas), que bien podría etiquetarse como el de ‘la necesidad’ ejerce de ultimátum para ambos entrenadores, cuyo futuro pende de un hilo. Porque si en el Oviedo es tenso con el único apoyo a Cervera de su presidente, ese apoyo se convertirá en guillotina para él si no es capaz de ganar al Real Valladolid. En la antesala ya esperan posibles sustitutos como Aitor Karanka o Gaizka Garitano, los mejor colocados en una lista que con el paso de las horas gana candidatos.

Pero esa guillotina que amenaza el cuello del entrenador del Real Oviedo también lo hace sobre Pezzolano, discutido hasta la saciedad tras no ser capaz de salvar al equipo la pasada campaña tras relevar en el banquillo a un Pacheta que tenía al equipo en zona fuera del descenso y cuyo comienzo ha abierto la caja de Pandora pese a ese último triunfo que no oculta el desbarajuste táctico y de identidad de equipo que persigue al equipo.

 

El ‘duelo de la necesidad’ obliga a unos y otros a sumar los tres puntos en Oviedo. No hay otro camino. Una posible destitución planea sobre ambos entrenadores que abriría la puerta de los despidos en la presente campaña en Segunda División.

Álvaro Cervera se defiende como gato panza arriba. «La situación es preocupante por muchas cosas, por lo que se ve en el campo. Creo que es el tercer penalti que nos pitan, la tercera expulsión, cosas en contra que hay que analizar... Más allá de que el partido sea bueno o malo, tú estás en una situación complicada. Me sorprende muchísimo», decía tras la última derrota ante el Andorra.

Mientras en Valladolid esperan con el miedo de que el equipo no vuelva a ser  un ‘equipo aspirina’, como ocurrió ante el colista Alcorcón y el Albacete, que venía de tres derrotas consecutivas, algo que le costaría sin duda el puesto a Pezzolano.