FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Real Valladolid: ¿Fichajes o refuerzos?
Ninguno de los diez jugadores llegados esta temporada al equipo ha logrado asentarse como pieza clave en el comienzo de Liga / Moro, el más destacado, es ahora suplente
Fichaje’ y ‘refuerzo’ parecen palabras sinónimas, pero no lo son del todo. Un fichaje es un acto objetivo e irrefutable. La Real Academia Española lo define como ‘contratar a un deportista en un equipo o club’.
El refuerzo es subjetivo. La RAE fija esta entrada en su tercera acepción como ‘persona o conjunto de personas que se unen a otras para aportar su fuerza o eficacia’.
El Real Valladolid ha efectuado diez fichajes para esta temporada. Nadie puede discutirlo. Pero el debate está abierto para saber cuántos de estos jugadores pueden considerarse refuerzos, tras seis jornadas. Parece que la Liga no ha hecho sino comenzar, pero ya ha consumido un séptimo de su recorrido. Y en este trayecto no se ha vislumbrado ningún Bellingham (a escala del Pucela, no se sulfure) en la plantilla blanquivioleta.
Más bien al contrario, la aportación de la decena de fichajes está siendo pobre y, en algunos casos paupérrima. El club no ha fichado grandes espadas de la categoría, en un verano dedicado a hacer caja. Y la plantilla, descapitalizada a causa del descenso de sus jugadores más destacados, lo acusa. Han llegado futbolistas correctos, pero ninguno de los que se echan el equipo a la espalda, excepto Marcos André, si recupera su mejor nivel, visto en su primera etapa en el equipo.
Un condicionante para esta escasa aportación de los nuevos, además del económico, es la tardanza en la llegada de algunos de ellos, ya que el club se ha tomado el inicio de Liga como pretemporada y pese a sus cuantiosos ingresos por ventas, ha apurado lo máximo posible para fichar. Otro obstáculo han sido los vaivenes tácticos y de elección de jugadores de Pezzolano, que ha roto la continuidad de algunos futbolistas con buen rendimiento, permitiendo sin embargo que se estableciesen otros con escasos méritos para hacerse con un hueco en el once.
Un repaso individual a los fichajes permite ver un John de pésimo nivel al que Pezzolano puso bajo los palos nada más llegar, en la tercera jornada, y que ya tiene la grada en contra por sus pifias. Resulta inasumible que Aceves, canterano e internacional sub 21, salga cedido para dejar sitio a un arquero que a sus 27 años suma sólo 23 partidos en la élite, sin salir de Brasil.
En defensa, su compatriota Henrique despierta muchas dudas, con una leve mejora con defensa de tres centrales. No es rápido al corte y tarda en darse la vuelta. Boyomo, su compañero de zona, entra y sale del once y no puede ser el jefe de la zaga. Necesita un referente. Con Javi Sánchez y Torres recuperados, ambos tienen difícil la titularidad.
En medio campo De la Hoz comenzó bien pero ha desaparecido. Meseguer está diluido. Apenas ha entrado en juego y nada tiene que ver con su versión en el Granada o el Mirandés. Juric ha cumplido en ese mediocentro, pero sin ser ese jugador de corte y fuerza esperado.
En ataque, Montiel ha sido infrautilizado, Marcos André llegó tarde y debe rodarse para ser el futbolista que tire del equipo. Sylla fue el último en llegar y ha demostrado poco... aunque Pezzolano lo retiró ante el Cartagena cuando mejor estaba. El caso más peculiar es el de Moro, el único futbolista con desborde eficaz y que marca diferencias, víctima del cambio a 3-5-2 y al que el míster sólo ve como ‘revulsivo’.