FÚTBOL / REAL VALLADOLID
El Real Valladolid firma su peor inicio en Segunda División de este siglo
Pezzolano iguala con 3 puntos en cuatro partidos los números de Boronat en la temporada 92-93, que fue destituido inmediatamente después
El Real Valladolid ha comenzado muy mal la Liga. Tan mal, que está firmando su peor arranque en este siglo. Tres puntos de doce no sólo suponen una paupérrima recolecta del 25% de los posibles, sino que le han depositado tras cuatro jornadas en plena zona de descenso.
El conjunto de Pezzolano no admite la comparación con ninguno de los que han hollado la categoría de plata en este siglo XXI. Con Pacheta (21-22) el Pucela llevaba a estas alturas de Liga 7 puntos y era sexto clasificado. Acabó subiendo.
En la 17-18, bajo el mando del peculiar Luis César, el Real Valladolid sumaba también 7 puntos y era cuarto. Acabó subiendo, pero con Sergio. Paco Herrera calcó en la 16-17 las cifras del gallego en los primeros cuatro encuentros. Su equipo no se clasificó ni para la promoción.
Garitano (15-16) lo tenía undécimo en este lapso de competición, con 6 puntos. Un logro que no le evitó ser destituido poco después. El equipo no subió. Mucho mejor comenzó el equipo de Rubi (14-15), que con 9 puntos era quinto, cayendo finalmente en la promoción.
En la 11-12 Djukic tenía a los blanquivioleta como un tiro. Eran líderes con 10 puntos. Al final subieron en la promoción. Antonio Gómez (10-11), cesado pronto, registró sin embargo un excelente comienzo, con 9 puntos y quintos en la tabla.
Mendilibar (07-08) subió campeón con récord de puntos pese a vivir un mal comienzo... mejor sin embargo que el de Pezzolano. El vasco obtuvo 6 puntos y tras cuatro jornadas su equipo era octavo. Marcos Alonso (06-07) también fue despedido pero comenzó con 6 puntos y un decimotercer lugar. Y Kresic (04-05), que también fue fulminado, inició el campeonato con 7 puntos, siendo séptimo su equipo.
Para vivir un comienzo igual de pésimo hay que remontarse a la temporada 92-93. Con el Pucela recién descendido, Boronat sumó tres empates y una derrota. Su Real Valladolid era decimotercero (en aquella época la victoria cotizaba a dos puntos)... y fue inmediatamente destituido. Tomó su relevo el inolvidable Saso y después Mesones, quien certificó el ascenso pese al convulso año vivido, con final feliz tras el cambio.